¿La evolución se ha detenido?

Lo idóneo en política o lo políticamente correcto en la sociedad actual del empoderamiento de las minorías emergentes (la democracia inversa) o evolución política no virtuosa, es la nueva normalidad, la nueva conciencia. Lo guay es plegarse uno mismo, como un armadillo contra cualquier amenaza de pensamiento crítico, disidente y antagónico con la posverdad oficial. Con independencia de los 100.000 millones de neuronas y miles de millones sinapsis complejas que poseemos en el cerebro, algo de la maquina biológica perfecta, semejante a la de Turing, ha dejado de funcionar. “los humanos hemos detenido la evolución y aparentemente retrocedemos”. Seis millones de años de evolución se han visto comprometidos con la estupidez humana de última generación. ¿La civilización tal cual la hemos conocido y representado, está tocada…?

Lo importante hoy día, no es la renovación del poder judicial “jueces y juezas”, lo relevante para el gobierno comunista tribal de (Radio Colifata) está en la proporcionalidad de jueces y juezas y afines, hembras, barones y viceversa, machos, hembras y nuevos géneros en perfecta y sincronizada cremallera pseudo biológica, “one to one”. El problema surge por la demanda agregada de los nuevos géneros sexuales de los colectivos excluidos de la cremallera ideología de género. Una ecuación de difícil encaje lógico y racional y científico. No, no es la renovación, sino más bien, el cambio de paradigma ideológico de los jueces. No es renovar, sino cambiar el modelo de pensamiento. Ingeniería social de la parafernalia comunista

“En el campo de la Historia, la aportación de Ortega y Gasset se centró en la Teoría de las generaciones, según la cual, los cambios de época se deben a «variaciones en la sensibilidad vital», que se traducen en el cambio de generaciones: el desplazamiento de una generación vieja por una nueva. Así en la concepción de Ortega, la generación pasa a ser una «categoría histórica», el concepto fundamental de la historiología y el instrumento más eficaz del método histórico. Sin embargo, eso que Ortega denomina «cambios de sensibilidad vital» no es una de las causas del desarrollo histórico sino uno de los efectos en que este se manifiesta. Del análisis del pensamiento de Ortega, se deduce que esos cambios o variaciones son la forma en que se manifiesta el cambio o variación de las Ideas, con mayúsculas. Es decir, «una variación de las ideas disueltas de cada época, que están flotando y que el individuo no las posee, sino que está inmerso en ellas o gravitan sobre ellas». Empero, a su vez, como fue enunciado por la teoría del materialismo histórico y la investigación histórica empírica ha confirmado, esas Ideas, surgen de las condiciones humanas de existencia. Es decir, de las condiciones en que el hombre realiza su actividad productiva, en función de desarrollo técnico y social y de los sucesivos problemas que tal actividad le va suscitando”

Quedémonos con esta última reflexión imprescindible para entender el nuevo cambio de paradigma, que difiere al de fenomenología histórica…“De las condiciones en que el hombre realiza su actividad productiva, en función del desarrollo técnico y social y de los sucesivos problemas que tal actividad le va suscitando” Estos cambios están negados o ralentizados, a las sociedades menos desarrolladas del tercer mundo y, menos dependientes de los Estados ricos y proteccionistas… El mundo a dos velocidades… El estado de bienestar asociado a la tecnología y las sociedades avanzadas y “ricas”, desmontan la conciencia del progreso humano y social asociada al trabajo. El hombre como factor productivo y de riqueza de las naciones….

El problema de una sociedad que produce parias subvencionadas, mantenidas por el Estado y, las políticas sociales expansivas cortoplacistas basadas en la riqueza, y la deuda ilimitada, sólo crea dependencia, miseria gradual, o el llamado, o mal interpretado estado del bienestar. Ya nadie depende de sí mismo y sus capacidades intelectuales de lucha basadas en el trabajo y el compromiso con el país, con la Nación… Las sociedades progresistas se organizan a través del reparto y la distribución de bienes y servicios públicos a base del expolio de los beneficios de las empresas y los trabajadores.

El “Remake” de una nueva civilización gobernada por las minorías empoderadas y destructiva contra cualquier forma de pensamiento critico que no se pliegue a la irracionalidad del buenismo progresista… https://latribu.blog/2017/10/06/el-vacio-del-vertice// Una vez que la tecnología y la sociedad del bienestar (civilización) llegan al vértice de la pirámide, toca retroceder inexorablemente. Es un comportamiento animal que atrofia las capacidades cognitivas de los homínidos Hombres…

Todos alguna vez en nuestra vida, deberíamos leer “El malestar en la cultura, de Sigmund Freud” es una tesis brillante y profético, que contiene muchas claves para entender el cambio de paradigma de nuestra sociedad, y la ruptura con la historia. ¿Por qué el pasado estorba para reafirmar el presente?.  También el filósofo español, José Ortega y Gasset, lo planteo en clave de filosofía social, en términos de cambio generación atípico. Salvando las distancias ambas tesis se complementan en un espacio atemporal e imaginativo…   

Sobrepoblación de tribus en el planeta

Blog de Manuel Eduardo Ponte, latribu.blog

No sería una idea distópica pensar en colgar un mega cartel sobre el planeta del Mono desnudo, singularidad evolutiva del humano según el etólogo británico Desmond Morris: «No más tribus, aforo completo»… Luchar contra cualquier cosa que represente un valor, en la sociedad del mercado y para el mercado, y no del mercado, es el motor de la autorepresentación inextreme del activismo nihilista corporativo del mantra ¡Sí se puede!, del nuevo mono peludo tribal… El espectro de sobreexposición es tan amplio y heterogéneo que en una misma tribu pueden coexistir y cohabitar activistas con diferentes intereses. Ninguna “tribu en red” es excluyente o hegemónica por sí misma, y de serlo, serian inoperantes y estáticas como las primitivas asociaciones analógicas, verticales y selectivas (leyes naturales de la evolución política) que sostenían al viejo orden internacional, como lo conocemos desde el “Tratado de Westfalia” siglo dieciséis, focalizado en las «naciones, los parlamentos y el obsoleto estado centrípeta de la soberanía pre-global.». Aquí el ser social por antonomasia, no es lo colectivo ni la materialidad de la representación, sino la virtualidad de una idea emocional global en red.

Las tribus empoderadas son el nuevo avatar del orden global de la supremacía de las masas en red. Las masas hasta ahora, en su historia, nunca habían tenido poder, ni lo ejercían, solo representación abstracta. Alguien o algo pensaba por ellas, y actuaba por ellas. Las “masas inteligentes” ejercen funciones orgánicas como módulos de un sistema informático p2p en red. Pero cada una de ellas tiene su propia movilidad heliocéntrica a una idea emocional, sin compromiso de permanencia, aparecen y desaparecen de la red p2p, en dos estados, On, encendido, y Off, apagado. Nada ni nadie puede competir con un fenómeno tan abierto, dinámico y radical, y menos la sociedad que conocíamos hasta ahora… Su activismo sin fronteras (factor orgásmico del poder) crea la falsa ilusión de tener el control total y la legitimación del universo conocible, de ser legión activa en defensa de las partes y del todo.

Los neonihilistas existencialistas del siglo veintiuno, a pesar de su poder aparente, antisistema, antihistoria y antimercado, creen tener poder y autoridad, y ejercen dicho poder a discreción, y disparan a voluntad, son auténticas moscas cojoneras matando cañones. La reversibilidad o más bien, la sensación de darle vuelta a la racionalidad dominante, o realidad, no he hecho nada más que empezar, pero sin método, el método aquí son las emociones del sí o sí, nuevo positivismo social… En definitiva, lo que cohesiona a una tribu, no es el componente étnico, ni político ni antropológico, o territorial, sino la simple idea. ¡Dadme una idea, una emoción, y moveré el mundo…!

El Mundo actual de la hiperconectividad inteligente y emocional, se asfixia por buenismo del exceso de sobrerrepresentación de las masas tribales empoderadas y empasteladas de ideas salvadoras de las minorías y el Mundo, eso sí, no más extensas que un tuit, ni más complejas que la bandera de Japón.  Si logras encajar en la ecuación de una idea, algo de lógica y emociones, entonces tienes la fusión perfecta de la formula del activismo social, el gendarme salvador de planeta, el soldado universal de salvemos a Bambi, liberen a Willy o sigamos a Greta Thunberg, la nueva Juana de Arco del ecologismo.

El empoderamiento de los individuos hiperconectados en red y en nube, era inédito e impensable para las ciencias sociales y del comportamiento debido a su velocidad superior a la del pensamiento formal, algo así como la Paradoja de Zenón; una es Aquiles y la hiperconectividad, la otra la tortuga de las ciencias formales y el conocimiento: Psicología, Economía y Marketing, Antropología y Sociología, Etología humana, y la Política poética del siglo veintiuno, entre otras muchas, también la Ciencia Ficción y la Utopía como único rasgo heredado del Homo Paradisiacus, sobre cualquier otra especie terrestre o forma de vida orgánica e incluido los virus, debido a su velocidad de síntesis y paradigma efímero.

Uno de los elefantes blancos de la primera década de este siglo, fue el ensayo divulgativo de “NO-LOGO” de la eclipsada Naomi Klein, “NoLogo: el poder de las marcas” es uno de esos elefantes blancos, que de vez en cuando, adoptan las masas de su tiempo, pero sin ponderar el alto costo a pagar.  Aunque no voy a seguir un estricto orden cronológico ni exhaustivo de las apariciones históricas de estos costosos “elefantes blancos” Sí procuraré señalar su relevancia y su recurrencia periódica, en forma de indignación, eso sí, cada vez en intervalos de tiempo más cortos, cortísimos, hasta funcionarse en una línea de tiempo plana. Todos los elefantes blancos postsegunda guerra mundial y preglobalización del mono en red, son registros del momento cero de las tribus globales inteligentes. Naomi Klein, la gurú contra la sociedad insipiente del mercado global, advertía sobre el consumo vasado en las marcas y su personalidad y seducción.  

En realidad, en éste bucle de renovadas y potenciadas apariciones paquidérmicas, antes conocidos por las ciencias como ciclos históricos con periodicidad larga e incluso inconexa, eran hitos sin continuidad histórica… Desde La batalla de Kurukshetra, pasando por el el Apocalipsis de San Juan, y el manifiesto comunista de Karl Marx y Engels, a la visión desideologizada de Vance Packard, y sus alarmantes ensayos “Los trepadores de la pirámide” y el apocalíptico “Los persuasores ocultos”… Siempre habrá alguien que nos describa la nueva gran amenaza para la civilización conocida, En el trayecto lineal de la concepción de la historia como afirmación pedagógica, no primitiva, siempre hubo o habrá un profeta, un mensajero de la verdad verdadera, un elefante blanco para la sociedad, que nos exhorte a que nos indignemos en defensa del mundo conocido. .

La Globalización es un fenómeno natural irreversible de la evolución de la humanidad, y un devorador de dogmas resistentes a los cambios: Un ejemplo fue la dialéctica entre capitalismo versus el viejo mantra pre-tribal, como el marxismo y cristianismo de los años 60-70. El marxismo desapareció por exceso de masturbación mental, convertido en pragmatismo populista, y el cristianismo está en franca vía de extinción por sus complejos ante la sociedad disruptiva de las emociones. Ninguno de los dos dogmas hegemónicos del siglo veintiuno, tiene ni puede dar respuestas a la sociedad líquida y moral líquida, planteada por Zygmunt Bauman.

Es el nuevo desafío a la humanidad asfixiada por la sobrepoblación de tribus inteligentes. La próxima muerte será la del capitalismo en manos del extremismo conservador configurado en una tribu más, y en lucha contra el liberalismo global, perversamente llamado, progresismo, cosa que no comparto, me niego a caer en la trampa del reduccionismo militante, otra tribu más… Luchar contra la evolución natural de capitalismo, es encerrarse en la isla de las galápagos como reservorio del conservadurismo económico, político y emocional, o juegan a lo que yo juego o rompo la baraja…

Los antecedentes históricos previos a la configuración de las nuevas tribus, tiene también su Partícula de Higgs o Bosón de Higgs. Su momento cero, su Big Bang. Si hacemos minería del datos sobre nuestra memoria, nos encontramos con antecedentes al momento cero de las tribus en red, preglobales. Mi primer encuentro con una de esas partículas fue en 1967 con la obra The Naked Society (La sociedad desnuda) fue el primer libro sobre las amenazas a la privacidad que plantean las nuevas tecnologías, como las técnicas modernas de vigilancia y los métodos para influir en el comportamiento humano. Era un llamamiento velado a la indignación colectiva y al activismo social en defensa de la vieja humanidad.

Esto me recuerda el manifiesto panfletario de Stéphane Hessel, ¡Indignaos!, el cual tiene reminiscencias al cuento de hadas, Ricitos de oro y los tres ositos, y el mensaje ¡indignaos! Como moraleja para niños, era porque alguien ha entrado en casa, tomado la sopa, roto una silla y utilizado la cama… Aunque esta breve historia de la indignación, no difiere mucho de la realidad, en todos los tiempos documentados por la civilización ha habido indignación y/o arrechera, también conocida como paradigma histórico o ruptura epistemológica, concepto introducido por el filósofo Gaston Bachelard. Alguien o algo rompe la falsa armonía y enciende la indignación sin control, ni precio a pagar. Es la venta en fascículos de la conciencia sobre la sociedad y el planeta como propiedad individual, material y espiritual no enajenable. Antes, se compraban los fascículos de forma vertical, a diferencia de hoy día, que la hiperconectividad los distribuye horizontalmente y gratis…

En el mundo de la vida salvaje, los animales saben controlar su sobrepoblación, adaptándola a la disponibilidad de alimentos y territorio, algo así como, instinto adaptativo evolutivo. El problema con las nuevas tribus agitprop de la ¡Indignación¡, la justicia universal, las ideas y las emociones de 280 caracteres, es su crecimiento ilimitado descoordinado y explosivo… “El conjunto de todas las tribus universales, tiene un crecimiento geométrico exponencial ilimitado, hasta alcanzar su nivel de incompetencia y asfixia por aplastamiento. Deberían de colgar el cartel: No más tribus, aforo completo en el planeta.

“Si la sociedad se guiara por las emociones y las ideas twitteras, volveríamos a la Edad Oscura y los insectos, las enfermedades y las plagas volverían a heredar la Tierra”, de hecho hay indicios o registros de esta nueva configuración de la humanidad…  “Libros, videos y movimientos tribales, cuestionando el paradigma del progreso político y científico que definió la cultura universal de posguerra”. Una cosa es la promoción de la conciencia responsable, basada en la ciencia objetiva, y otra es el activismo, por el activismo mismo, como modelo de nueva humanidad; Todos contra todos, hasta imponer un modelo de racionalidad incuestionable como los dogmas”.

Aquí la nueva psicodelia no es el LCD, sino la pertenecia a la tribu. Hemos pasado del modelo de agregación a la disgregación de los Estados nación, incluida las democracias occidentales en franca decadencia, a un nuevo estado de agregación, la tribu.. El problema es que no existe ningún modelo sustitutivo del viejo orden político, económico y social. Hemos creado auténticas autopistas de las emociones y las ideas twitteras de 280 caracteres, pero sin límites de conducción, sin leyes de tráfico, ni seguridad vial, ni responsabilidad civil. La vieja idea de ciudadanía, ha caducado o más bien, ha sido dinamitada literalmente por las masas empoderadas de ideas aditivas y sentimientos como motores de la nueva humanidad tribal del ¡Sí se puede!…

Blog de Manuel Eduardo Ponte, latribu.blog

Virus alienígena (Cui bono)

Este post no va de “ciencia ficción”, sino de libertad de opinión, de hipótesis, de probabilidades, de pensamiento trasversal. En el campo de lo popular y el pensamiento común no científico, la hipótesis es hablar de paja mental, onanismo dos puntos cero, fantasía, quimera o teoría conspirativa, el bulo trending topic de una red social, el socorrido populista de las Fake news…

Toda ideología dominante, que se precie a sí misma, tiene sus “Brujas de Salem” aunque por cuestiones de supervivencia, se las inventa por exigencia del guión oficial del sistema. Un régimen sin amenazas externas, no se sostiene en el tiempo, la historia ha sido fiel a ello. La amenaza al sistema es el Leitmotiv, el peligro recurrente que cohesiona las masas, el muro invisible de contención, lo latente al poder real.

“La Sonda lunar Chang’e-5, lanzada con éxito por los chinos, el 23 de noviembre 2020, cuya misión fue la de recolectar muestras lunares de la antigua atmósfera de la Tierra que puede estar preservada en el suelo selenita y su utilidad militar estratégica… Es la primera misión en más de 40 años en traer muestras lunares de regreso a la Tierra, y convertiría a China en el tercer país en hacerlo después de Estados Unidos y la Unión Soviética”. Desde el 2013, el régimen comunista chino ha realizado diferentes viajes secretos “top military secret” al satélite y exploraciones de aproximación, e incluso, robot con retorno a la tierra en el 2019, antes del anunciado viaje del “Sonda lunar Chang’e-5” de noviembre del 2020.  Carrera armamentista.

El descubrimiento de material biológico en rocas lunares, no es nuevo. Lo novedoso, lo arriesgado es la “hipotética manipulación genética” de clonar el material contenido en algunas rocas, especie de capsulas del tiempo (bioética) y su cruce con otros virus terrestres letales. Un virus no tiene que estar vivo para prestar partes de su genoma o su secuencia molecular. No es ciencia ficción, es ciencia creativa, es ciencia aplicada, ingeniería vital para el desarrollo tecnológico… En siglos era tabú profanar, diseccionar un cuerpo, un cadáver. La curiosidad diametralmente opuesta a la prohibición, a los límites éticos, es impredecible. Leonardo Da Vinci ni siquiera era un científico para retar al dogma. Pero lo hizo.

No hablamos de la copia sintética de un virus, sino la clonación científica de éste, de una copia idéntica a partir de su ARN (ácido ribonucleico) como materia genética replicante. Los virus se replican, no se reproducen, son incapaces por sí solos de hacerlo, necesitan el material genético de un ser vivo como las células humanas o animal, o células huésped, ya que son agentes acelulares. Su origen puede estar en células muy primitivas, anteriores a LUCA (las siglas en inglés del “último antepasado común universal”.  Soy etólogo, algo se de biología. Pero no pretendo dar clase de biología y mucho menos de virología, solo hacer una reseña orientativa sobre la forma genética más abundante del universo, los virus.  

El mecanismo de introducción de un nuevo virus en los seres humanos es uno de los mayores misterios que un epidemiólogo podría querer desentrañar. Los virus, por lo general, tienen un reservorio, bien animal o bien humano. El problema es que no existen testigos ni taquígrafos, que relaten el momento de ese primer salto al humano. Hasta hora la teoría es su principal mentor histórico. Este virus, probablemente, tiene su reservorio natural en el suelo lunar, el suelo selenita.

El lado oscuro de la luna explorada por china, no recibe rayos ultravioletas, que maten los virus más resistentes del universo y primitivos, y más emocionantes resultan ser para virólogos y estrategas militares. Su uso experimental inmediato sería ganar la carrera armamentista y la hegemonía del poder biológico sobre el planeta. Hoy día no es la energía nuclear, el enemigo, ni los ejércitos armados hasta los dientes, ni su número, sino la guerra biológica y bacteriana, y la economía de mercado. Hoy china es más fuerte económicamente que el resto de potencias. Cui bono!. Peguntemos ¿Quién se beneficia de todo ello? y encontraremos al culpable,

Este virus, en cuestión, está demostrando ser resistente a cualquier condición climática, estacional, raza humana y expansión extra continental, e incluso resistente a un hipotético exoplaneta. ¿Ha llegado para quedarse?. Lo qué confirmaría en parte mi hipótesis sobre un virus alienígena. Este virus es atípico al resto de los virus conocidos con fecha de caducidad, es inédito en el planeta, y sobre todo, a la pregunta obligada: ¿Quién se beneficia? Cui prodest. Un régimen totalitario que no respeta los derechos humanos, y tiene un desprecio sobre la vida humana, es capaz de todo; de la misma forma, debemos también, ser capaces de hacer hipótesis de todo y sobre todo o pecaremos de inocentes…

La comunidad científica, y en particular la militar, no les tembló el pulso ante los riesgos de la primera reacción nuclear en cadena, con todos los riegos que implicaba para el planeta, y su posible desintegración. La historia está llena de chapuzas victoriosas…

“La nueva realidad o la nueva verdad”

A la verdad le sucede lo mismo que a los bienes de consumo, de hecho, es un “objeto” una mercancía más del mercado. La política es el arte de vender ese único bien de consumo. Hoy 27/01/2021, no los voy a oxidar con sociología Bambi, para bambis del siglo XXI. Les decía que la nueva realidad es la nueva verdad. Que no existe realidad, solo la verdad. Llamamos verdad a un constructo ideológico, de ahí que los ilustrados de las redes sociales digan aquello de: “esa será tú verdad, no la mía”. De aquello y de esto está hecho el posicionamiento político, o más bien la trivialización de las sociedades hiperconectadas y empoderadas rabiosamente por el motor de la verdad, no de la realidad. El nivel más alto de la verdad, no es producto de la ciencia sino del mercado. El enfrentamiento emocional aditivo (no racional) es el motor de la nueva sociedad en defensa de la verdad verdadera no contrastada, sino comprada adquirida como mercancía de un solo uso. 

La polarización política en occidente no es consecuencia de la racionalidad didáctica de la observación, sino, de la evolución inmanente de las sociedades líquidas. Los Estados nacionales ya no socializan ni amalgaman a los individuos en el bien común. El Ser social de las sociedades inteligentes empoderadas, determinan la conciencia social de los individuos despojados del bien común compartido, la ciudadanía. Los despojados se redistribuyen orgánicamente (evolución del mercado de la verdad horizontal creativa) en dos únicos nichos políticos, que nada tienen que ver con el progreso, el desarrollo ni la economía. Nada de ello se discute, es irrelevante, solo el signo de la tribu, izquierda o derecha, el mal o el bien, en una dicotomía antropológica perfecta, “fifty and fifty”. Tal dicotomía mecánica, la vimos configurarse en tiempo real en las elecciones presidenciales de EEUU. (Homo Paradisiacus).

La razón para Hegel era un principio inmanente a la historia, y por lo tanto al Ser social, es decir la conciencia social (historicismo), no era un proceso, sino un condicionante. ¿Qué ha cambiado hasta ahora en la fenomenología hegeliana? Nada, absolutamente nada, Todo se cumple como la ley del Péndulo de Foucault. Las sociedades han permanecido oscilantes hasta día de hoy, describiendo los mismos procesos históricos de una trayectoria descriptiva matemática. El problema es qué no podíamos, o no se podía, advertir nada hasta que ya ha sido realizado, hasta su propio consumo, que no es su extinción, sino su nuevo inicio. Un ejemplo de dominación cultural es la invisibilidad del dominante. Incluso el dominador desconoce sus leyes naturales, como el péndulo desconoce las fuerzas invisibles que operan sobre ella. Veamos un empleo de la alienación por medio de la razón de la filosofía hegeliana.

¿Todos podemos tener una conciencia revolucionaria?

No se necesita ser proletario, o lumpen de masas desclasadas, excluidas, marginales. En otras palabras: La izquierda, ni la pobreza material tienen nada que ver con la revolución y mucho menos en el pensamiento revolucionario. Por mucho esfuerzo y empeño que hagamos en buscarlo en las cajas de Corn Flakes de Kellogg’s de los años 50, y sus pedagógicos mensajes sobre historia y tic´s culturales. La “izquierda nos ha tratado y sigue con éxito tratándonos en sus experimentos de control social como perros de Pávlov. Sin ningún esfuerzo reflexivo moral, una de las partes del half and half , o “fifty and fifty” de la sociedad está dispuesta a extermina a la otra parte de la sociedad, obstáculo para la felicidad última. Han pasado muchos siglos desde Clístenes padre “inventor” de la democracia. El problema que tiene la humanidad en términos culturales es creer que la democracia es un bien natural humano, que viene con la especie animal. El problema de fondo es que nada de todo ello tiene nada que ver con la libertad del hombre en sociedad, más bien con la involución del modelo ideal de la humanidad abierta y global. En realidad la transición es mucho más simple de lo argumentado anteriormente. Hemos transitado desde la sociedad líquida a la verdad líquida.

El Ocaso Venezuela, una realidad aumentada.

“El Ocaso Venezuela”

En un espacio de tiempo muy corto, hemos pasado de ser el “El Caso Venezuela”, una ilusión de armonía, 1988, a este otro modo, “El Ocaso Venezuela”, un baño de realidad, 2020.  El título homónimo al ensayo de los Chicago Boys del IESA, no corresponde en la actualidad a ningún libro, estudio, ni ensayo alguno, no lo busque en Google; es solo una regalía eufemística, entre muchas otras ocurrencias posibles sobre la realidad aumentada, y no siempre lo suficientemente aumentada, del desastre de una nación diluida como un Alka-Seltzer en un vaso de agua. Alguien me dirá que la nación perdurará mientras dure el sentimiento de pertenecia y el recuerdo. También es válido decir qué, de ilusiones se alimenta el cuerpo como los champiñones en la oscuridad…

Entre Ocaso y Decadencia, no hay diferencias ni sintaxis política, ni discurso, ni colores, solo combinatoria mórbida. “Todos la matamos, pero ella solita se murió”. No hay culpable, por lo tanto, no hay delito, ni acto de conciencia, ni acto de contrición, ni propósito de enmienda. La teología no es literatura creativa, es el resultado de la observación metódica sobre los comportamientos sociales idealizados por la observación. Todos los pueblos conocidos por la historia y las ciencias, tienen el mismo resabio moral a modo de adagio: “Actos de contrición y propósito de enmienda”.

Siempre habrá alguien peor o más culpable que nosotros, lo que nos convierte en seres impermeables, impolutos. “Yo no he sido, no hice nada para que se muriera, solo estaba observando”. Es una obviedad sobre la jerarquía del delito o más bien implicación. No es lo mimo observar que ejecutar. En política y en la política, como ciudadanos no somos responsables reconocibles sólo en lo bueno y para lo bueno. Sin compromiso ni implicación no existe la ciudadanía, incluso la nación.  

A veces me pregunto ingenuamente, qué parte del ideal de Democracia hemos olvidado, o no hemos aprendido, y menos interiorizado. El sufragio universal, no es la democracia, sino una parte visible de ella. Se imaginan comprando un producto en un mercado, por su envoltura o embalaje, y no contenga nada en su interior, esté vacío el contenedor. La democracia exige sacrificios, como en la independencia de Venezuela, lo requirió la creación de una nación, con la implicación de todos los grupos sociales y étnicos en una lucha civil. Blancos, Blancos criollos, Peninsulares, Pardos, Mulatos, Zambos, Negros, y posiblemente algunos indios…

Por qué tenemos miedo a llamar a las cosas por su nombre, Incluso hablar de ellas sin tener que pedir disculpa o excusarnos por ellas, lo que, a mi entender, degenera en autoengaño ético y moral. Como si la excusa nos eximiese de responsabilidades políticas. Una cosa es la disculpa ética racional, y otra es el argumentario de la excusa. Benjamin Franklin, el de los billetes verdes, decía: “Nunca arruines una disculpa con una excusa”… El cambio en la Venezuela, de lo que queda de ella, comienza a nivel de la conciencia. Es como la búsqueda de Dios, no lo busques fuera, sino lo tienes dentro.Alguien con más sapiencia que yo, y no lo digo en broma, escribió en mi muro, lo siguiente: No podemos alzarnos, ni luchar, porque nos matan. Ellos tienen armas de guerra, nosotros palos y piedras. Y como colofón estereotipado, me remató con un argumento irrefutable. “tengo muchos amigos que han sido asesinados en las protestas callejeras” fin de la cita. Es la tormenta perfecta para el Ocaso de Venezuela, un baño de realidad, 2020… Hablaré más adelante en otros términos menos semánticos…

El retorno de la comuna

No comprendo, y menos puedo entender cómo personas adultas con pelo en el pecho y tetas, puedan creer en conjuras y conspiraciones galácticas judeo masónicas y comunistas. En Logias secretas dieciochescas para dominar “el mundo mundial” o destruirlo. Toda buena historia comienza con la expresión clásica de: Érase una vez; y créanme que funciona, especialmente en esta Era de las regresiones antropológicas culturales, la hiperinformación y la hiperconectividad virtual, el mundo en red.

Veamos algunos ejemplos de masturbaciones mentales: La conspiración reptiliana, el Club o foro Bilderberg, los sabios de Sion, George Soros, Bill Gates, Joe Biden, el «lado oscuro de la Fuerza» la globalización perversa, y sin olvidar los clubs de Bolas criollas de Yare y Tucupita existe.  Lo único seguro a día de hoy, es que Elvis Presley, John Lennon y Steve Jobs, están muertos. Tampoco creo en la maldición de Tutankamón, las predicciones de Nostradamus, la Piedra filosofal, el Calendario Maya, el Hilo rojo del destino, ni en la teoría del origen de la humanidad en el ADN extraterrestre (alienígenas follando con primates o simios).

Hablemos sin las paranoias pseudointelectuales de principios de siglo. Me preocupa la argamasa mental de mezclarlo todo en un crisol con ideas inconexas y extravagantes sin solución fáctica, ni continuidad argumental. Decir que Bill Gates y su fundación pretenden disminuir la densidad de población humana a través de virus y la inoculación de nano-chip con vacunas de nueva generación, es paranoia, es demencia colectiva. Las únicas fuerzas conocidas que pueden dominar el mundo, y así ha sido en la historia de la humanidad, son la ignorancia, el miedo antropológico, y la trivialización dogmática totalitaria.  De nada ha servido acumular tanto conocimiento, si no lo sabemos utilizar. De ello ya dieron cuenta Hegel, Kant y Fausto (Goethe), y Jean-François Revel

La hipótesis general de una teoría de conspiración tiene sus raíces en que ciertos sucesos importantes en la historia han sido causados por conspiraciones ocultas misteriosas. La teoría de la conspiración como explicación lógica al miedo, ha sustituido al animismo comunitario de los pueblos sin historia como los denominaba Arnold Toynbee. Los “pueblos ágrafos” son susceptibles a atribuirle alma a las cosas, incluidas las conspiraciones galácticas paranoides. Todo tiene un origen planificado por un ente superior, es invisible, pero existe. Vasta una acumulación de hechos para darle entidad propia en la historia.

En la práctica, todos los humanos arrastramos los vestigios del Ranchito cultural o protosocial de nuestro origen animal, en algunos casos suele ser más visible y acentuado que en otros. El sociólogo Ferdinand Tönnies, nos dejó un estudio sobre “comunidad y sociedad”, que, hasta el día de hoy era válido para la sociología, en el cual voy a apoyarme. La distinción entre lo orgánico comunal y lo mecánico social. Para Tönnies la travesía (tránsito) de lo rural a lo urbano no tenía vuelta, era un boleto sin regreso al pueblo, a los valores orgánicos de una comunidad. Es la tesis del ensayo “La Tercera Ola, de Alvin Toffler”, no solo hay que aprender, sino también desaprender. “Los analfabetos del siglo 21 no serán aquellos que no sepan leer ni escribir sino aquellos que no sepan desaprender y reaprender “.

En teoría, un individuo que ha pasado de lo rural a lo urbano, no necesita de las alforjas comunitarias heredadas del pueblo, las llamadas raíces… Tönnies denomina “comunidad” al conjunto social orgánico, es decir, lo orgánico comunal, opuesto a la sociedad urbana de los valores mecánicos.

El Fin de los Tiempos, Juicio Final, Apocalipsis o Fin del Mundo mundial están presentes en los dogmas religiosos que tienen un origen orgánico comunal. El éxito de una religión, es la predicción y la revelación cosmológica del mundo, el summum conocimiento sobre «el principio y el fin» y sobre todo quien conspira contra ellos, los enemigos perversos. En realidad, la configuración de la humanidad virtual, o hiperconectada no requiere de grandes catedrales, ni de sacerdotes, ni libros sagrados, ni muyahidines llamando al rezo, a la oración. Muchas religiones, como el cristianismo y el islam, incluyen creencias relativas al fin de los tiempos. Los cruzados de hoy son tribus luchando contra cualquier cambio social, económico, político y climático, que cambie el mundo conocido.

Para los neocruzados de izquierda (progresistas del siglo XXI), el peligro lo representan las sociedades democráticas abiertas, los mercados, el capitalismo, la prensa libre, la propiedad privada y la educación libre. Y para la derecha conservadora, la globalización, el multiculturalismo, el sector público expansivo, las tecnologías invasivas a la privacidad, la presión migratoria y la disolución de las fronteras, los aranceles sin condón, el negacionismo de los valores históricos, y los influencer tribales adánicos.

De hecho, muchas de estos miedos son compartidos, es decir, sus extremos y sensibilidades se tocan contradictoriamente. Lo bueno es su precaria temporalidad (efímero) Ninguna tribu dura más que el sol de verano, porque nada está escrito en un libro sagrado, ni en una tradición milenaria. Son como los graffitis, permanecen hasta que alguien pinta otro distinto encima de éste. Las redes se caracterizan por su precariedad, son código abierto, todos podemos sobrescribir el código hasta hacerlo irreconocible. Hasta ahora la humanidad había sido gradualista, los cambios estaban determinados por paradigmas científicos distantes en el tiempo. El estado natural de la sociedad hoy día son los paradigmas efímeros y sus paradojas. La sociedad hiperconectada ha permitido el tránsito sin trauma hacia la comunidad orgánica, algo inconcebible para la sociología clásica. Internet no es una sociedad, más bien, son infinidad de comunidades orgánicas, de ahí su desafección con la sociedad mecánica de los valores funcionales.

En una sociedad de valores mecánicos, las teorías de la conspiración y la resistencia a un nuevo orden mundial, no tienen cabida, porque no tienen vida propia como los valores orgánicos de la comunidad. En las “sociedades” todos aceptamos los cambios sin resistencia, sin la cultura retrograda del miedo, porque impera el principio de lo mecánico. La sociedad ciberorganizada e hiperconectada busca valores fuera de lo social mecánico, y los encuentra en una huida hacia la comunidad y el activismo tribal, que no necesita de la historia.

Si bien estadísticamente hablando eran una minoría colectiva la que cree en teorías conspirativas, hoy representan el 50% de la población electoral de occidente. La radicalización en las elecciones norteamericanas entre Demócratas y Republicanos no es un accidente, sino la constatación de la reconfiguración de la sociedad mecánica en comunidades orgánicas. Liberales y neo liberales contra las teorías Conspiranoides de los conservadores republicanos, ensimismados con el ombligo .

Como dice, Sandra Tamez en su blog: «De forma básica podemos decir que el ser humano rechaza las preguntas sin respuesta y las teorías conspirativas le brindan tranquilidad pues es más fácil aceptar la existencia de algo que consideramos injusto si se dice que pasa porque detrás hay un culpable y que solo eliminando dicho factor podrá eliminarse ese algo mucho más grande y grave, como la pobreza, las guerras o el hambre.»

Nota: Ver los posts «Liberalismo silencioso» , El vacío del vértice

D-503

No sabía cómo enfocar este post sobre la novela distópica rusa “Nosotros” escrita por Yevgueni Zamiatin en 1924, y su valor actual, o si hablar a partir de ella, de las distopías en general, y arriesgarme a reducirlo todo a un estereotipo de reseña habitual. Tampoco, hacer comparativas analíticas sesudas con otras novelas del género distópico, sería reiterativo, incluso aburrido.

En el fondo solo quería tomar una de sus inéditas y revolucionarias ideas, de la cual, todos hemos hecho acopio alguna vez, y trasplantarla a mi psicodélico jardín de reflexiones. Me estoy refiriendo al número D-503, no al ciudadano, ni a la ciudadana, I-330. Sino al número binario (D-111110111 y I-101001010) individuos, no personas, tratados como perforaciones cuadradas en la cinta de la máquina de Turing. Ninguna máquina por inteligente que sea, no puede dar respuesta a la aventura humana, ni tan siquiera saber por qué debe políticamente codificar a las personas sin nombre.

Reducir a los humanos en números contables es una cosa, y otra, que la contabilidad sea más importante que la persona. Fueron los Romanos, los primeros en ponerle número a los individuos a través del censo. Las poblaciones no se contaban, se calculaban con claridad meridiana, sin ir casa a casa, puerta a puerta, o cruzar números de nacidos y fallecidos. Los romanos descubrieron la relación, consumo anual de sal por persona y población… El consumo de sal de mesa por persona al año es un numero fijo con un margen de error estadístico muy bajo.

Discúlpenme una y otra vez más por mis veleidades hedónicas; no pretendo hacer autobiografía íntima como hombre supuestamente versado en la vida; aunque debo confesaros, que, a día de hoy no sé qué cosa es la vida social, quizás el número asignado por el sistema, un tatuaje indeleble en la piel del intelecto; no lo tengo muy claro y quien diga, a día de hoy, haber resuelto el hipotético misterio de la vida, ha dejado de aprender, y conocer, está muerto intelectualmente.

No me estoy refiriendo a lo biológico empírico, sino a lo social cultural y político. Para versado y sabio el propio diablo, ese sí que sabe qué es la vida en sociedad, ha estado interactuando con los humanos desde el principio de los tiempos, hasta camuflarse con la humanización de los primates.

Quiero hablaros del escritor ruso Yevgueni Zamiatin, poco conocido y poco apreciado y leído entre intelectuales domingueros de la tercera edad, y olvidado imperiosamente por la posverdad de las emociones como motor de la sociedad hiperconectada. Fue un libre pensador inédito para su tiempo. Yevgueni Zamiatin tenía una visión del futuro incómoda, molesta. Fue marginado como disidente de la ingeniería comunista de la felicidad planificada, y por los ministerios de la verdad progre.

Fue marginado e ignorado durante décadas. Conozco pocos intelectuales con certificado de calidad progresista, que lo hayan leído… En tiempos de mi juventud la hipérbole marxista brillaba más que el Sol de verano en Maracaibo. Alguna vez me he sentido reducidamente kafkiano, como un insecto atraído por el calor de una bombilla incandescente de tungsteno, y abrasado por el progresismo de vanguardia. La literatura marxista era parte del aire, oxígeno e hidrógeno, vitales para la vida intelectual. En aquellos días las tribus urbanas no existían, no había nada que conectara en tiempo real a los individuos. La perfección llegó a finales de la primera década del siglo XXI. La hiperconectividad humana y la cyberorganización social en números binarios. «tengo un numero, luego existo»

Entre utopía y distopía no hay diferencias aleatorias, sino certezas, proyecciones a futuro, aproximaciones, cálculos y probabilidades estadísticas. No es futurología, ni numerología, tampoco astrología predictiva. Alguien saltará de su butaca gritando, ¡herejía!. “Las utopías y las antiutopías, son un género literario, aproximado a la novela de ciencia ficción, e incluso a la imaginación poética.” El problema del lazo ideológico, es apartarla de la crítica política al infractor pensante, de la realidad. Fue lo mismo que le sucedió a Yevgueni Zamiatin, apartado de la sociedad por atreverse a disentir de la lógica y la racionalidad revolucionaria de los sóviets.

Las utopías políticas, e incluso las futuristas, no tienen que ser representaciones cósmicas de mundos posibles y felices como la novela de Aldous Huxley, o deshumanizadas como la distopía “Nosotros”, de Yevgueni Zamiatin”. Ambas visiones son extremadamente inhumanas por definición. Las dos se fundamentan en el dominio social para alcanzar sus fines: vigilancia y control. El fin último siempre justifica el orden del poder. En la sociedad hiperconectada la vuelta a la felicidad es la disposición natural de las cosas; hasta existe una economía global y financiera basada en tecnologías avanzadas para la vuelta al orden del mundo de las cosas naturales y binarias. (La lucha aquí, no es por la felicidad y la vida, ni por salvar el planeta, la casa del homo sapiens, ni la conciencia “Pets del siglo XXI”. La lucha es brutalmente financiera. Demasiado capital de inversión comprometido en los nuevos modelos industriales de economía verde, y tecnologías alternativas al consumo tradicional.

En realidad, es decir, que las cosas ocurren no por casualidad, sino, por interés materiales y financieros. No es salvar a la Orca Willy, sino a la apuesta de cientos de billones de dólares invertidos, por la economía verde sin transición. No es salvar a la ballena Willy ni a los millones de personas y empresa marginas por el cambio. En realidad, la ballena Willy es un activo financiero, solo mata gente. Quienes quedan marginados en el cambio de modelo es el tercer mundo, las tres cuartas partes del planeta.

En honor a la verdad, el nuevo liderazgo mundial no necesita de “Juan Bimba”, solo del número binario contable del individuo . En ARS Publicidad, agencia en la que colaboré, teníamos un eslogan que bien se podría aplicar a los nuevos modelos de economía verde: “Permítanos pensar por usted”… En la distopía de Yevgueni Zamiatin a nadie le cambian de género. El y ella siguen siendo el D-503 y I-330. A veces tenemos que mirarnos dentro de las distopías del siglo pasado, donde encontramos partes de la hoja de ruta del comunismo «progresista».

El tratamiento inhumano de las víctimas de la pandemia por parte de los gobiernos y la sociedad en general, pertenecen a la novela de Yevgueni Zamiatin, «NOSOTROS», no hay nombres, no hay personas, no hay sentimientos, no hay empatía, solo números de una lista de bajas de un balance contable. Nosotros no existimos como personas tampoco existe un listado de fallecidos con nombres y apellidos, sino, de números binarios dentro de un ordenador, y un superfuncionario con horario de reloj de cuco en un telediario, un comisario político para hablar de los números…

No explique su trabajo, hágalo.

A veces olvidamos que el confinamiento es contra el virus, no contra la inteligencia… No creo que éste sea el mejor momento político ni social, para contabilizar muertos o fallecidos con criterios de calidad epidemiológica científica: “tú sí, tú no, y tú tal vez”. Las víctimas de la pandemia perdidas en el limbo de un macabro cajón de sastre, esperando el frío escrutinio final de “tú sí, tú no, y tú tal vez”. Me congela el corazón!

El insoportable espectáculo diario de baile de cifras resulta perverso, para una sociedad angustiada por la tragedia de la pandemia viral, o por cualquier otro desastre de origen natural, que difícilmente la cordura, la razón ni el miedo pueden mitigar, cuando no hay certeza de nada. El “tú sí, tú no, y tú tal vez”. Puede tener todo el rigor científico, pero no deja de ser percibido como ruleta de la suerte.

Los filtros y las cribas son brutales e inhumanas, cuando el rigor estadístico supera la ética política y a la persona por el número. En medio de la zona cero no se puede dar tal espectáculo científico y verborreico, propio de aprendices de humanos. Una sociedad sobreimpresionada y en shock, lo menos que le puede interesar es la minuta científica, y el desorden que manifiestan inseguridad agudizando el dolor.

Una cosa es, mi querido Don Simón, es la gimnasia y otra la magnesia. “Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa dice el sentido común”. Confundir trasparencia con rigor científico es de imbéciles. Habrá tiempo para el rigor estadístico científico y epidemiológico académico, una vez terminada la pandemia. Pero por favor, los espectáculos públicos de malabares circenses, los mínimos.

No es ético, ni jamás lo será, la sobreexposición de los ciudadanos a un diálogo saturado de tecnicismos estadísticos, ni al pasteleo incesante del número por el número, como sinónimo de transparencia. Relativizar la tragedia humana con tecnicismos y eufemismos con “porcentajes del porcentaje de los porcentajes” o el angustiante “tú sí, tú no, y tú tal vez”.

A veces el cálculo y cómputo estadístico se deshumanizan en el análisis técnico, tienen un valor y un relato sólo para mentes entrenadas. Resultan ser un ejercicio confuso e infame. En plena pandemia no se pueden retener a miles de fallecidos en una suerte de cuarentena o cajón de sastre. El tratamiento de las personas como si fueran números resultantes del problema matemático de Collatz, uno de los más fáciles de enunciar y difíciles de resolver. No es aceptable como modelo de comunicación. ¡No nos explique su trabajo, hágalo!

Considero fuera de lo ético humano, el cálculo político cortoplacista en medio de una pandemia para sacar ventaja electoral e incluso penal. Anestesiar a los ciudadanos con nomenclatura técnica para amortiguar la indigerible tasa de fallecidos, hasta ralentizarla e incluso disminuirla, es lo mismo que desnaturalizar el costo en vidas.   Es cierta la metáfora de Einstein: “Dios no juega a los dados”, los políticos sí, pero con dados cargados.

Los aducidos por el cientifismo estereotipado del cine, no siempre se adaptan a la realidad, son individuos desarbolados de sentimientos y empatía social. El cliché impera antes que el sentido común. No todos pueden asemejarse al físico británico Stephen Hawking y sus estridencias, ni al humor de Einstein, ni al profesor Protón, de the Big Bang Theory, tampoco al profesor Hubert Farnsworth de Futurama, y no me olvido del genial profesor Poindexter, del Gato Felix. El problema aquí no es la exageración, sino el quedarnos cortos en el análisis.

No todos los científicos son actos para comunicar conocimientos, y menos explicarlos, por mucha que sea la apariencia de científico loco desaliñado o de detective Colombo. La inteligencia emocional es algo que se tiene o se entrena. El fracaso comunicacional de Don Simón en medio de la tragedia ha sido un duro varapalo para la confianza, la credibilidad y la paciencia, sólo superada por el dolor de las víctimas. Poner a miles de fallecidos en cuarentena, esperando las notas del examen de selectividad. “tú sí, tú no, y tú tal vez”. Solo puede tener una finalidad política amoral, como el rédito electoral, y el manual de resistencia.

La Censura en YouTube, sin objetores de conciencia

“Amigos, he encogido al país”

Cuando decimos que algo no se debe hacer, no significa que no se pueda hacer: como parchear la censura a base de eufemismos oficialistas convincentes. Pero la realidad nos dice, que sí, que sí se puede, siempre se puede en nombre del bien común y el interés general. Incluso se puede esconder un cadáver en el sótano o la buhardilla, y que huela a Chanel n.º 5… ¡Siempre se puede!.

En realidad, la censura se percibe en la sociedad como fenómeno sobrenatural, solo visible para quienes la sufren. He ahí su poder intimidatorio y su éxito en la historia, su invisibilidad. La censura es lo más parecido al Área 51 norteamericano, el misterioso lugar qué algunos creen que alberga extraterrestres. Todos hablan de él, pero nadie lo ha visto. La censura opera en el mimo nivel del conocimiento persuasivo que aparece en los evangelios: «ver para creer»…

El ejercicio de la censura ha cambiado, evolucionado por formas más expeditivas y selectivas de persuasión y control social, y todo ello en tiempo real. Incluso la censura es aceptada como el «gendarme necesario» el corral invisible de la cohesión social en torno a un modelo de pensamiento hegemónico único, especie de algoritmo vigilante, donde no se permite la disidencia. La sociedad líquida de hoy es una recreación del absolutismo político de Thomas Hobbes, toda vale para mantener el orden del mejor de los mundos posibles.

El problema de fondo de la censura es la concepción del hombre y la sociedad como propiedad del Estado bajo un signo político y color, «legitimidad funcional» cuya legalidad emana del poder. Hoy en día la sociedad es percibida como código fuente abierto, donde poder sobre escribir las veces que sea necesario por el omnisciente Estado administrador del código fuente.  El famoso y temible 404 Not Found, también existente en los avatares digitales.

La censura nos retrotrae a la literatura y la historia y sus registros inverosímiles para las nuevas generaciones bautizadas en sendas pilas o palanganas de lejía (poncheras sacramentales). Las visitas oficialistas con nocturnidad de los señores de negro, derribando puertas, y quemando libros, cartas y manuscritos, y detenciones arbitrarias y brutales, solo quedan para las películas de trasnocho en cines de barrio y cintas de VHS, y las novelas negras de bolsillo, basadas en el miedo, la violencia, la injusticia, la inseguridad y corrupción del poder político.

La censura según la RAE: ​En un sentido amplio, «se considera como supresión de material de comunicación que puede ser considerado ofensivo, dañino, inconveniente o innecesario para el gobierno o los medios de comunicación, según lo determinado por un censor». A todo sistema represivo, le acompaña un relato ingenuo, «la injusticia no es injusticia si se hace por un bien superior». O este otro: El sistema más justo de control y censura política, es el que emana de un algoritmo inteligente no humano, donde no media la personalidad del censor, es decir, es newtral.

Los medios digitales que operan en España, YouTube, Facebook, Twitter, y Whatsaap, están administrados por una generación de jóvenes adánicos y progresistas rabiosamente empoderados de complejos de clase social, hijos de la ponchera bautismal de lejía, el hipoclorito de sodio, que todo lo blanquea incluido el pensamiento político y la historia.

No esperemos de esta nueva generación empoderada de progresismo populista, a ningún objetor de conciencia, que se niegue al vil y despreciable oficio de censor, o a ser el brazo ejecutor contra la libertad. Hay una película que lleva un titulo muy sugestivo: «Cariño, he encogido a los niños». También vale para la reflexión de un censor en YouTube: «Amigos, he encogido al país». Cada acto de censura es encoger un poco más, y más el país. La censura es recortar libertades.

Quienes hayan leído historia de las ideas políticas, se habrán dado cuenta, en términos de conciencia, que el ejercicio liberticida de la censura no existe la izquierda y derecha, tampoco en el Cosmos, solo existe la simetrías, algo así como los espejos. Toda realidad es una denuncia en sí misma de la historia frente al espejo. Quienes no conocen el costo humano de la libertad, están dispuesto a repetir la historia sin verse inmerso en la huella del espejo. Al parecer, y para mucho administradores de las redes sociales, las acusaciones de censores podemitas, son el equivalente a los berridos de la ovejas trasquiladas, que no entienden que es por su bien, y el interés general de la sociedad.

Manuel Eduardo Ponte Ferreiro.

Escuelas para virus

De la quijada de burro de Sansón a los virus.

El guerrero más fuerte de Israel fue Sansón, quien utilizó la primera arma de guerras no convencional para aniquilar el solo a mil hombres. Una quijada de burro. Es decir, que, hasta la misma Biblia, nos dice, más allá de las parábolas morales evangelizadoras, que para la guerra y la paz se vale todo. Para mí la enseñanza moral de esta parábola es la defensa con un objeto no esperado por el enemigo.

Éste post va sobre “guerra, Paz y libertad” y no me estoy refiriendo a la invasión napoleónica de Rusia, o la Era postnapoleónica ni a ninguna otra guerra de las llamadas convencionales, guerras correctas, tampoco a la novela del inefable León Tolstói. El problema de la expresión convencional es su propia definición como: habitual, acostumbrado, convenido, reglado.

El sociólogo y el politólogo deben analizar antes de especular, el lenguaje, la fauna, y la historia. Y luego hablar paja en abundancia, pero no antes. En la universidad los estudiantes de sociología en Venezuela, decíamos que antes de meternos en una jaula, primero había que analizar el palo del gallinero, como indicador de cagadas. En otras palabras, toda sociedad tiene su palo de cagadas.

Ante tanto convencionalismo abusivo sobre lo que es una guerra, incluida la paz, las nuevas guerras y la futurología Star Wars, es casi imposible sostener un discurso diferenciado coherente, otra cosa es que sea serio. Ahí radica el problema de fondo, cuando el discurso y las ideas transitan fuera de las vías paralelas. Las paralelas son líneas que se extienden hasta el infinito, pero nunca se cruzan, ni se sobreponen las unas a las otras. Es una definición de la geometría perfecta del discurso político correcto.

La Guerra y la Paz, como decía al inicio del post, no dependen a día de hoy de los hilos de viejas guerras de conquista y paz. No hay que remontarse a la gran Guerra de Kurukshetra, 3102 a.c. Narrada por el Bhagavad-Gita, ni tampoco a las guerras de Alejandro Magno. No todas las guerras son conflictos bélicos.

Hace poco asistimos a uno de esos modelos de guerras no clasificadas, pero sí reconocida por analistas políticos. La guerra mediática de Rusia contra EEUU, que aniquiló en las elecciones presidenciales de 2016, al partido Demócrata de Hillary Clinton con millones de cadáveres votantes, pero ningún muerto físico.

Las guerras económicas son en principio, guerras políticas porque de ellas depende el poder real de cualquier ideología. Para la Rusia de Putin, las noticias falsas, Fake news y las noticias profundamente falsas, las Deepfake, noticias de diseño basadas en el análisis de la Big Data, con ingeniería de laboratorio, vienen a ser lo mismo que la quijada de burro de Sansón. Un arma de guerra digital no convencional, low-cost.

En la búsqueda del supersoldado «The supersoldier» con poderes sin parangón, tales como leer la mente del enemigo, atravesar paredes o incluso matar una cabra con tan sólo mirarla fijamente. Son parte de la vieja ficción novelada: El mejor supersoldier, bueno, bonito y barato, son las Fake news y su ingeniería basada en la Big Data.

Hay quienes opinan, con mayor o menor grado de acierto, y otros sólo lo pensamos, que las tres potencias militares “Street Fighter”, siempre han trabajado en un “hipotético escenario de guerra biológica no declarada, que sustituiría la vetusta quijada de burro de Sansón, y los misiles balístico intercontinentales, las bombas de neutrones, y la militarización del espacio exterior del planeta.

Tampoco las actuales guerra de nueva generación, las Fake news de Rusia Today RT, y la guerra privada de Trump a los mercados y las instituciones de naciones unidas y la globalización. Los actuales arsenales biológicos y sus respectivos laboratorios militares, tienen viso sospechoso de ser el origen de la pandemia. ¿Es un hecho verdadero o probable?.

Pero sí altamente probable, es el accidente en un laboratorio biológico en Wuhan. Lo que el mudo ya reconoce entre bastidores, que el COVID-19, es el Chernóbil chino. La fuga de un virus letal. Un accidente que también pudo haber sucedido a cualquiera de los actores de las tres potencias militares “Street Fighter”. 

No comparto las prisas de la elite científica (progresista) por desmentir las teorías de la “manipulación genética del virus” en un laboratorio militar biológico de Wuhan . Las prisas siempre son peligrosas. El efecto de esta gran mentira es tal que los científicos de todo el mundo han decidido estudiar sus genes para comprobar si, efectivamente cabe esa posibilidad. Lo que han descubierto es que una máquina de contagio tan perfecta está muy lejos del alcance de la creación artificial.

Ningún virus esta hecho o fabricado en una impresora 3D, tampoco es el resultado de pócimas mágicas combinadas, y mucho menos creados a través de la piedra filosofal del gran maestro Confucio. Los virus pueden ser manipulados genéticamente, y/o adiestrados. Si algo puede mutar, cambiar, puede también aprender; sí se les puede debilitar, también se les puede fortalecer.  

El gobierno chino, y no me estoy refiriendo al genial y emprendedor pueblo chino, sino a otro tipo de entelequia política y militar ajena a los pueblos. Los interese aconfesionales de una mega potencia como China, que tiene ante si, desafíos imperiales a lo Star Wars, desafíos galácticos. No va a reconocer el origen militar del virus.

Ninguna potencia entra en un mercado para ser parte del microcosmos del mercado, sino paras ser el propio cosmos, el propio mercado. Antes hablábamos de los rusos y de Vladimir Putin innovando en la industria de armas de guerra no convencionales como las qijadas de burro. Ahora aparecen otros actores en esta guerra de qijadas. Los chinos con su jefe, Xi Jinping. Y no me olvido del Tío Sam, Donald Trump.

Los laboratorios Biológicos militares de nueva generación, hoy en día, son escuelas para virus, no tienen nada que ver con la idea anacrónica de almacenes de clasificación de virus, bacterias y hongos letales. Seleccionar los virus más mortíferos, y someterlos al aula de entrenamiento, aprendizaje, y luego al examen de escenarios de guerra. El lema griego de: más rápido, más alto, más fuerte, y más letal (Citius, Altius, Fortius) es una realidad. Se manipulan virus con sus respectivas vacunas. Un virus puede y de hecho lo es, el sustituto del supersoldado jamás soñado por ninguna potencia hegemónica, en la historia.

El juego de guerra consiste en medir su capacidad de destrucción, durabilidad, resistencia al clima y expansión silenciosa. Algunos de ellos son llamados virus morales: Aquellos que solo afectan a la población económicamente activa, e incluso a grupos de edad y raza. También se valora el tiempo que el enemigo tarda en encontrar una vacuna, y la capacidad de anular y destruir las economías.

El estado natural del hombre en sociedad, según Sigmund Freud, era la neurosis. Confieso que siempre he sido un enamorado de esta apreciación ontológica del hombre. Lo peligroso para la integridad del ser humano y la humanidad es la racionalidad lógica del androide desprovisto del airbag de la neurosis. Hoy día se criminaliza el pensamiento crítico basado en el modelado algorítmico psicosocial Freud. Cuando alguien pone en duda la verdad oficialista, se le tacha de fascista o conspiranoico, por poseer un sistema de protección activo (airbag) o teorías alternativas a la oficial.

Esto ha funcionado así a lo largo de la historia de la humanidad, y sigue funcionando en el Sanedrín mediático. A hora ya nadie habla de censura, basta bloque al infractor de la opinión oficial. También bloquear a tu enemigo ideológico es una arma no convencional de destrucción masiva, es el equivalente a la quijada de burro 2.0 del modelo tecnológico fact-checking, newtral.

¿Qué hacer vs. qué no hacer?

El famoso Estudio Nacional de Seroprevalencia de Pedro y Pablo, resultó ser la crónica de una muerte anunciada; no se puede poner vendas antes que la herida, eso lo sabe cualquier párvulo pegado a una consola de vídeo, o de cualquier estudiante de primero de Estadística. Resulta extemporáneo hacer estudios generales sobre la seroprevalencia de un virus en una población en los inicios de una pandemia. Es como pretender estudiar los daños de un incendio en sus inicios. No es malo tomar muestras cada día, cada hora, cada minuto y segundo sobre el desarrollo de una pandemia. Pero no lo vendan como estudio general de la pandemia.

Los errores del gobierno forman parte de la nueva normalidad de la crónica anunciada. El gobierno es una maquina perfectamente engrasada para producir mentiras, engaños, errores, y ocurrencias, pero con tanta premura y velocidad, que solo recordamos la último de la autopista de mentiras, hasta la próxima ocurrencia.

Hace tiempo que me puse como disciplina moral, no olvidar el decálogo de ocurrencia de Iván Redondo, el perverso Cardenal Richelieu de Moncloa, el Rasputín de las alcobas y los ministros con glamour al estilo creativo de Emmanuel Macron, pero sin pedigrí político ni rigor técnico científico ni empresarial. Nicolás Redondo es el hombre de la Cábala mística del poder entre bastidores, el titiritero de los monigotes. Algo así como, la estilla clavada en la uña de la democracia en franca decadencia.

Hoy la prensa nos acerco a esta desconcertante noticia: “España, a merced del coronavirus: el bajo nivel de contagio aleja la inmunidad de grupo… Los primeros resultados del Estudio Nacional de Seroprevalencia apuntan a que sólo el 5% de los españoles tiene anticuerpos del Covid-19”.  (El Español)

Pretender tomar, y con rigor científico, una muestra representativa de la totalidad de la población en España a través de test, especie de mapa de seroprevalencia, o mapa epidemiológico del Covid-19, es tan sospechosamente insólito como extemporánea y etérea. Es algo así como realizar encuestas a través de técnicas de muestreo estadístico a la población en general española, sobre el nivel de satisfacción en la compra de Yates y aviones.   

La estadística lo aguanta todo, son como los carteles de publicidad, tienen sus extremos, los hay excepcionales, muy buenos, buenos, malos y muy malos. En mi caso, siempre he clasificado a la estadística en dos campos: Las que buscan conocer cosas bajo la luz de la lámpara, y las arriesgadas, que buscan conocer cosas fuera de la luz de la lámpara. Ambas tienen su metodología reconocida.  Otra cosa son los modelos estadísticos para el cálculo de probabilidades.

No se puede tomar muestras sobre lo que todavía no ha sucedido en Cantimpalos, pueblo de Segovia, ni en el Cabo Finisterre de la Coruña. Querer saber, si en España se ha formado lo que los epidemiólogos llaman la inmunidad de grupo, de rebaño o de racimo. Lo que representaría un estudio razonable, sería mapear las zonas y municipios o barrios más golpeados por la epidemia.  Pero lo más sensato resultaría hacerlo a colectivos como sanitarias, policías, militares y servicios conexos y familiares de riesgo, y ancianos. Lo demás sería ciencia ficción. Fragmentar un estudio tan pequeño para hacerlo representativo del estatus epidemiológico de la población en España, es impericia. No es el momento de coleccionar datos inconexos y mistos, para luego hacer deducciones científicas sobre la inmortalidad del cangrejo.

Estoy dispuesto a colaborar y trabajar ¡GRATIS! Y sin crédito social, ni reconocimiento alguno, y de forma anónima, con el gobierno podemita, si se deja aconsejar, sobre técnicas estadísticas de muestreo, modelos de aproximación e investigación epidemiológica y sociológica. Una cosa son las encuestas de opinión, y otra la gimnasia. Cómo alcanzar respuestas aproximadas a los problemas e incógnitas científicas, con métodos estadísticos.

El problema de fondo con el que se ha enfrentado la humanidad se llama: ¿Qué hacer?. Las ciencias empiezan con dicho dilema de trabajo. Bien sea en la filosofía, la política, la economía, e incluso la literatura. No tenemos que ir a la novela de Nikolái Chernishevski, un filósofo socialista utópico, para reivindicar el dilema de ¿Qué hacer?. Vladimir Ilyich Lenin, también se planteó el trabajo de organización metodológica y estrategias políticas basadas en la pregunta de Chernishevski.

He trabajado en investigación social y estadística para la OEA Organización de Estados Americanos durante años. Resolver problemas de metodología estadística en investigación social era mi trabajo. Hay dos errores de bulto en este Estudio de seroprevalencia, muy comunes a la falta de experiencia y conocimiento. Creer que los problemas e interrogantes se pueden adaptar a las estadísticas, o que las estadísticas se pueden amoldar a los problemas para darles forma lógica y sentido político a conveniencia.

La amenaza más letal, no es exclusividad de los virus, también lo son los políticos al servicio de ellos mismos… «A diferencia de los desastres naturales, cuya afectación está limitada a un territorio y un periodo de tiempo determinados, las pandemias tienen la capacidad de alterar para siempre y a escala global la vida de las personas: el trabajo, el transporte, la economía y hasta la vida social de la gente pueden cambiar radicalmente»… También el virus del populismo ha hecho el mismo trabajo de demolición, en las personas y la economías…

Qué dice el Manual de Resistencia sobre las pandemias.

The devil’s trident (El Tridente del diablo)

Bajo la amenaza del terrible tenedor de acero del diablo hay un pueblo esperanzado, eso creemos y repetimos todos como un sabio y elaborado mantra tibetano. El viejo resabio popular dice que es saludable pensarlo. El problema de este vicio popular es que viene sin prospecto de instrucciones y sin la etiqueta azul de homologación europea. Se nos pide transitar el desierto sin pasar hambre ni sed, y cruzar a pie el mar sin mojarnos el culo, e incluso aplaudir todos los días a una misma hora con exactitud suiza; lo más parecido que conozco hasta hora, son los mensajes mágicos e inútiles dentro de una botella. Es el síndrome del náufrago en estado puro, confinado en su casa.

El tridente del diablo tiene forma simple y reconocible como todas las amenazas políticas y sociales descritas y contadas por la historia. En nuestro caso la representación de la amenaza tiene tres puntas: Muerte, enfermedad y trabajo. El confinamiento combinado con la desconfianza en el gran timonel, Pedro, Pablo y Don Simón, es una implosión de nuestra personalidad, una implosión hacia dentro de nuestra integridad emocional. Todo ello, nos devuelve a la vieja precariedad protosocial del animal. Nuestras expectativas son las misma hoy en día, que un hombre de la prehistoria de la etapa Lítica de nuestros ancestros entregados al animismo del mundo natural desconocido. Hemos sustituido los miedos de nueva generación como no tener Wi-Fi, papel toilette, y perder el Móvil, a miedos menos racionales y más primarios del hombre atrapado y vacío de contenido social.

Para el gobierno podemita bolivariano de Pablo y Pedro, la extrema gravedad de la situación que está sufriendo el país se asemeja a un siniestro total, es también y por qué no, una oportunidad en términos de cálculo político y marketing de diseño electoralista. El control omnímodo del Estado y la ventaja electoral legítima que tiene el gobierno podemita, no lo van a dilapidar. Las estadísticas dicen que lo están haciendo bien. Es la indolencia política que recogen los libros de historia, pero de la que nadie aprende.  Aquí bien podríamos sustituir la lira de Nerón por las estadísticas de Tezanos. Y a Nerón por Pablo y Pedro recreados en ellas mientras Roma arde por los cuatro costados.

Hay que reconocerlo, lo mejor del gobierno ha sido el control de los medios de comunicación social embozados de bocadillos de jamón y chorizo ibérico. Podemos decir que Pablo y Pedro han tenido cintura de boxeador; y sobre todo con los comisionistas del partido e intermediarios, las aves carroñeras de esta crisis. Hay cosas prioritarias para el populismo de manual de resistencia, que están más allá de los respiradores mecánicos, materiales sanitarios, mascarillas, test rápidos, UCI hospitalarias, ancianos, y estadísticas epidemiológicas alarmantes. Decía antes que habían tenido cintura de boxeador, pero también, la consigna delirante de aguantar, y aguantar de pie a cualquier precio y como sea, incluido dar golpes sucios y bajos. Lo primero que construye el político de raza para su resistencia política son las empalizadas, las alambradas, el corral, y luego por último atender al rebaño y su emergencia, aunque sea a golpe de lentejas. Pero nunca, nunca hacer lo contrario a lo que dice la doctrina del Manual de resistencia de Pablo y Pedro Sánchez, héroes de la crisis para el progresismo antiparabólico…

La paradoja de la escalera de Penrose en las ideologías

El “modelo” de escalera imposible de Penrose, pienso que puede ser extrapolable a la política como espacio especulativo y supradimensional. La escalera así planteada o concebida como diseño de lo imposible nos ayuda a explicar las posiciones ideológicas y antagónicas en medios politizados, dónde nada es lo que aparenta ser, y su deriva hacia el infinito. Es decir, no se agotan en sí mismas, sino que representa el movimiento de las ideas. El problema del observador omnisciente fuera de la escalera, tiene un origen epistemológico de método clásico, pero también aporta una ventaja óptica sobre la totalidad del conjunto de movimientos, una autentica orgía para la imaginación especulativa y racional científica.  No sabemos sí las posiciones ascendentes son positivas, o si las descendentes representa lo contrario. Ninguna posición ideológica permanece fija en el tiempo sin avanzar hacia el infinito. Otra cosa muy distinta es la efimeridad transitoria de las ideas en tiempos de globalización, o de la efimeridad de los 280 caracteres de twitter, que también presentan arquitectura óptica virtual.

La noción de escalera en los humanos, es parte de un registro protocultural común a todas las civilizaciones, incluido el reino animal. La noción o concepción primaria de escalera se remonta al año 30.000 a.c. En algunas culturas más avanzadas, los escalones son representados por rampas, y estas llevadas a complejas plataformas helicoidales «zigurat» el más conocido fue el dedicado a Marduk, la Torre de Babel mencionada por la Biblia hebrea, en el Génesis. También las pirámides escalonadas, en Egipto, américa, Irak, Java y la India

No olvidemos a uno de los grandes hitos de la literatura universal, como el poema epopéyico de la Baja Edad Media: La Divina Comedia, de Dante Alighieri. Donde vemos expresada la ideología de una Era en forma de escalera descendente hasta el inframundo, como la ilusión óptica de Penrose. La visión político cosmológica de la historia a veces, expresada como escalera descendente, o espiral, con rampas o niveles con diferentes grados de moralidad, sobre el bien y el mal.

La mayoría de las veces, y sólo a veces, los valores políticos contrapuestos y antitéticos, incluida su síntesis histórica son escalables y pueden ser representados a manera de una escalera imposible de Penrose, donde el escalón más bajo es el más alto. En toda ideología el ideal supremo o fin último suele ser, con precisión matemática el escalón más alto. De ahí que nadie haya alcanzado a día de hoy ese escalón o fin último de la supremacía ideológica, o peldaño de Dios, y siga la humanidad intentándolo en bucle, debido a la naturaleza animal del “homo Paradisiacus”.

«La Escalera de Penrose, es una ilusión óptica descrita y representada por el matemático inglés Lionel Penrose». El pensamiento sociológico, que he practicado desde siempre, se basa en esta definición óptica del mundo de las apariencias, es el denominado pensamiento lateral o enfoque creativo (Edward de Bono, The use of lateral thinking). También lo denomino, sociología aditiva” por parecerse al sistema o modelo que permite la obtención de un tercer color a partir de la mezcla visual de dos colores en movimiento. Lo aprendí observando las obras de arte cinético de Carlos Cruz-Diez. Siempre me he preguntado si ocurre lo mismo con las ideas en movimiento, y los sistemas de creencias, valores y representaciones sociales.

Existe en todo ADN social una parte de animal inacabado de «Theodore Roszak» común a todas las sociedades de la imposibilidad de la observación óptica selectiva de un sistema, cundo tú eres el sistema, y no necesariamente se pertenece a él. La lógica del conocimiento científico nunca ha dado cuenta de ello. Ni David Hume, Kant, Hegel, tampoco Bachelard, ni el padre de la revolución científica Descartes, han concebido al individuo como suprasistema. Durante mucho tiempo de lecturas y observación me he dado cuenta de ello. Y me lo he estado recriminado durante bastante tiempo. La configuración de un sociólogo te dice que el objeto de estudio de la sociedad es su conjunto, y no el individuo, objeto de la psicología social y sobre todo la antropología y la etología comparativa. Toda ideología tiende a configurar y reconfigurar el éxito de una representación, hasta su perfección optimo, otra cosa es que lo consigan.   

La polis fue el marco esencial donde se desarrolló y expandió la civilización hasta día de hoy, y eso es una obviedad objetiva, pero también estamos obligados, concernidos, como científicos sociales a desandar ese camino. A menos que descendamos o hacendamos por la escalera de Penrose, o desescalemos infinitamente por ella, en la búsqueda de las huellas de nuestra protohumanidad. Y créanme, no estoy hablando del registro arqueológico polvoriento, ni del radiocarbono, carbono-14. No hablo de cosas que estén en nuestro haber, sino en nuestra realidad, o tangibilidad ideológica, es decir: “nada que desenterrar, sino ver”. Sí el mundo como registro es todo aquellos que vemos, entonces: «Houston, tenemos un problema».

Quizás lo más lejos sea lo más cerca, ello depende de las paradojas visuales al conocimiento. Y el racionalismo crítico popperiano, está más cerca de las especulaciones de la caja opaca de la paradoja de Schrödinger, que de la filosofía metafísica. Sí las cosas no tienen fondo, están abiertas a la imaginación del racionalismo critico. No es el camino de la «Teodicea de Leibniz, por demostrar lo indemostrable, para su época. «No hay forma de ver el mundo que pueda ser considerada definitivamente «verdadera». Ello se debe a que el ser humano, como decía antes: el hombre es si mismo es un suprasistema, también reconocido por Aristóteles, como animal político. Pero no se puede ser un animal político sin ser en si mismo un suprasistema de muchas otras cosas.

Quien ha utilizado en el arte el pensamiento lateral fue el neerlandés, M. C. Escher, con sus figuras imposibles, auténticas paradojas visuales. Hablar en sociología de lo invisible al intelecto, es un poco, utilizar la sociología imposible. Kant, Hegel, Ludwig Feuerbach, y Karl Mannheim, Darwin, Sigmund Freud, incluidos Goethe, Buda y  Stephen Hawking… Produjeron más conocimiento lateral de lo invisible al intelecto proactivo, que con la lógica formal al uso. Lo que quiero decir, es que no hay nada descabellado para el pensamiento lateral.

El perspectivismo es una doctrina filosófica que sostiene que toda percepción e ideación tiene lugar desde una perspectiva particular. Yo lo llamaría las paradojas ópticas de la escalera de Penrose.

Newtral y Malditos bulos

Cómo se pueden ser neutrales las personas y las empresas como NEWTRAL y MALDITOS BULOS, siendo beligerante y partidista a la vez.  El refranero español suele dar respuesta y pocas veces suelen equivocarse sobre ética. Son más efectivo que los test de fiabilidad del 30% importados por Pablo y Pedro Sánchez. Los refranes son como las pruebas del algodón de las abuelas, no engañan. “A Dios rogando, y con el mazo dando” Así es la neutralidad ética y moral de estas empresas de servicios de censura externalizadas. Perseguir en las redes sociales los delitos políticos de opinión, lo no autorizado, o lo que es peor, el “avatarcidio”, el asesinato de los Seres Digitales, hasta convertir la World Wide Web, en el cementerio más grande de la historia de la humanidad, por el bien progre, de una sociedad perfecta, sin pseudoBulos. sin pseudofake-news contra Pablo Iglesias, Monedero y PODEMOS, y su paso por Venezuela. Las demandas sociales, e incluso la indignación, pocas veces tienen un origen científico ni periodístico. No se puede colegiar la opinión pública en términos éticos. No se puede y no se debe hacer purismo con las ideas y la libertad de expresión. Amedrentar o enmudecer la libre circulación de las emociones en las redes sociales, persiguiendo el ideal progre, de la construcción del “hombre nuevo” en las redes sociales es liberticida. Que feliz seriamos todos, si esperáramos, como en antaño, el periódico y al lechero en la puerta de la casa, sin el desorden que hay hoy en día.

En algún momento de su historia, todas las sociedades se replantean el blindaje del modelo de Estado, del mejor de los mundos posibles. Y de una u otra manera, crean instituciones para protegerse de cualquier cambio en el modelo ideal de valores políticos. Toda sociedad tiene a escala propia, su Santa inquisición, sus juventudes SS, su Comité para la Seguridad del Estado KGB, sus milicias de Camisas Negras, sus colectivos criminales, y sus cuarteles de bomberos al estilo de la novela distópica de “fahrenheit 451”. Digamos que la tentación no siempre vive arriba, tampoco es rubia. La tentación tiene existencia propia como ideología y representación en todas las instancias de la sociedad, e incluso aspira a ser  omnisciente como Dios, conocerlo todo, y estar en todas partes a la vez, y sí el Dios Gobierno, o el Dios Estado se mudan a las redes sociales invigilando mejor, que mejor.

La distopía de fahrenheit 451, ha llegado para quedarse. Ya no se queman a los libros como manifestación de un delito de conciencia y a sus furtivos infractores, sino la actividad intelectual en forma de conversación. Se persiguen las noticias sin dejar rastros del incendio, un limpio interruptor en nombre del sistema, hace los mismo que los antibomberos de la novela de Ray Bradbury. Extermina unos cuantos números binarios, algo así como: el avatarcidio legalizado, una hoguera silenciosa. Lo peor de esta “orgía perpetua”, es el beneplácito de las juventudes progres, la nueva generación de camisas negras al servicio de la denuncia de Bulos y Fake News. Estas plataformas verificadoras de la “información”, buenismo 2.0 de la corrección política, se retroalimentan del activismo analfabeta de miles de entusiastas iletrados, al grito de “conviértete en maldito” y denuncia a tu cybervecino.  Es lo más parecido al último verso del poema de Martin Niemöller en la II Guerra Mundial, “Ellos vinieron” que me sirve como colofón a esta historia de la humanidad en bucle, donde nadie parece aprender de la historia de la represión: “Cuando vinieron por mí, ya no había nadie más”….

Extender el concepto de ética profesional del periodismo colegiado, a una pseudoética profesional de los internautas, es aniquilar el auténtico valor de las redes, la libertad. El empoderamiento es lo que Jean Cloutier da por hecho que los nuevos medios permiten a cualquier usuario ser a la vez emisor y receptor de mensajes. Es decir, producir y consumir noticias, y distribuir información sin intermediarios, ni tutelas oficiales.  Hemos pasado de una sociedad vertical, que nos decía que era verdad y que era mentira, a una sociedad horizontal empoderada. La red tiene sus propios equilibrios, sus propias leyes naturales binarias, nada dura, si es mentira, y todo prevalece si es verdad. Desnaturalizar las redes, por una trasnochada y victoriana moralidad, es desnaturalizar la fuerza y los autoequilibros de la red sin tutelas o censuras por el buenismo 2.0 de la corrección política. Solo el oficialismo es verdad. En el fondo, estas empresas de censura, no son otra cosa que el deseo desenfrenado por convertir en un bien público en términos progresista a las redes sociales… Es un intento más de convertir en ética de lo público a internet.

Concepto e idea de Prosumidores: “Los cambios provocados por los avances tecnológicos en la economía y las políticas de tráfico de información están haciendo desaparecer la relación que existía entre el consumidor y el productor, dando paso a una nueva forma de economía, la economía social de colaboración. La información se ha convertido en moneda de cambio y un nuevo grupo de consumidores-productores asume una posición importante en el mercado de consumo. Con la utilización de Internet, que proporciona la conexión para el intercambio de información, los prosumidores alimentan el ciberespacio con el conocimiento libre con el fin de colaborar y ser parte del proceso de producción. Internet influye en nuestras vidas y en nuestras costumbres, en la forma de buscar información, de entretenernos y de comunicarnos”, (Prosumidores / de Patricia González R)

Ponerle a las noticias un doble check azul, como noticia oficial y verificada, no tiene nada de inocuo. Mas bien limitan las fuentes a un Buró oficialista de la verdad, y persuaden o intimidan a los prosumidores de nueva generación, a través de una ingeniería del miedo.

Carta abierta de un Ser Digital.

No tengo la menor duda señores Facebook y WhatsApp, que ustedes son conscientes del precio social a pagar en términos de popularidad, por externalizar la censura en terceros. El trabajo sucio de limitar la libertad de expresión como un mal menor, como quien tutela y protege nuestra virginidad, e incluso nos castra por nuestro propio bien, es totalitarismo. Señor Whats, la delga línea entre libertad de expresión y censura, tiene el mismo ancho qué el canal de la mancha. Es una entelequia política abstracta, lo de delgada línea. El mal menor en una sociedad abierta es la libertad, con sus peligros y contradicciones. La censura, no es una medida sanitaria al uso, sino de abuso a la libertad de conciencia y expresión. La externalización de la censura es lo más parecido al intelecto criminal de las mafias: «Que parezca un accidente«, Encargar el trabajo sucio a terceros con un prontuario progresista y sectario, no es ejercer un derecho, sino más bien corromperlo, degradarlo.

Censura es censura, no importa su apariencia pseudocientífica y las pseudomotivaciones que la justifiquen o el hedonismo que la defienda. En este momento se me ocurren 100 motivaciones Naíf, de cosecha propia, y todas defendibles por el bien general. El problema señores Facebook y WhatsApp, de editorializar una red social y ponerla al servicio unilateral de un tipo de pensamiento tiene una larga historia en la humanidad, y siempre con consecuencias nefastas.

Señores Facebook y WhatsApp, no piensen por nosotros, no tutele nuestra capacidad de comprensión entendimiento y madurez racional y ciudadana, e incluso nuestras emociones. Hace tiempo que los terribles ingenios con esclavos, aislados y analfabetas, era una forma de control social, contra menos sepan mejor para ellos… Limitar la capacidad de compartir contenidos es volver al el cuernofono analógico de los Picapiedra.

Sabemos que “WhatsApp” encripta las comunicaciones de salida y entrada entre usuarios, que la plataforma no puede, en teoría, conocer el contenido de las conversaciones entre usuarios. Es cierto, ello o no constituye un acto de censura, sino el argumento pueril del uso perverso de la red. Limitar la capacidad de compartir y difundir contenidos entre grupos para que no cometamos delitos de opinión, es perverso. Para la lógica moral de las redes sociales “más vale perdonar a mil culpables que castigar a un inocente” Concepción Arenal Ponte (1820-1893). La moral en su defensa, no se pone de lado como los cangrejos. Para salvar el pensamiento virgen y progre de unos pocos, condenamos a unos cuantos millones de usuarios. Señores Facebook y WhatsApp, ¿A quién quieren salvar, acaso al gobierno de turno, o la moral progre o a las masas ignorantes? Ya entiendo, ustedes son los custodios últimos de la verdad, verdadera, los iluminados y defensores del bien común. Lo último que espero es el bautismo de fe, y pureza.

Señores Facebook y WhatsApp, a ver si me explico mejor:  las redes sociales son de sus usuarios, no de usted. Lo único que les pertenece es el dinero o usufructo de la red. La libertad no tiene dueño, y las redes sociales son parte de la nueva humanidad, ustedes no pueden aplicar el interruptor de la red. Sois dueños materiales de la tecnología, no los dueños de una red social. De ser así nos convierte a todos en estúpidos, en corderos.

Entiendo las responsabilidades civiles de invigilando de las conductas incívicas de particulares, y otra cosa es quemar el bosque porque no nos deja ver el horizonte. La libertad es esa cosa, esa vaina que molesta a quien quiere unilateralmente establecer su propia moral, y sin competencia. Aplaudo los algoritmos inteligentes, para detectar delitos contra terceros. Pero matar moscas a cañonazos, es impropio de los administradores de las redes. Administrar una red, no justifica, la contratación de comisariados ideológicos. El paternalismo de ponerle cuatro ruedas a la bicicleta sociales, con el pretesto de protegernos de las noticias falsa o bulos, es propio de otros tiempos. Existe algo en sociedad que se llama madurez intelectual, y responsabilidad ciudadana. Una red social es un sistema en equilibrio. Como dice el “Manifiesto Cluetrain” las redes son conversaciones, son sentimientos, son mercado. Una conversación unilateral, no tiene ningún valor social para la humanidad horizontal hiperconectada.

Por favor, señores prepotentes, no me amplíen los metros de la cocina, para ampliar mi libertad. No le tengan miedo a los autoequilibros en una red social. No me obliguen a pesar de una manera taxativa y excluyente. La perfectibilidad no está en la moral de uso, sino en la libertad de conciencia. Existe una cosa que se conoce como “Derecho consuetudinario” vasado en los usos y costumbres de un individuo o de una sociedad, pero opuesto al derecho escrito. Ni usted, ni yo, somos los dueños de las redes sociales, pero sí el conjunto de usuarios.  

Porque una sociedad tutelada por el celo (de la distopía orwelliana de 1984) de cuidarnos a todos por nuestro bien, es un don supraconstitucional, y visión adánica del edén ideológico. Un mundo mejor, un mundo feliz, un mundo chévere, donde la verdad os hará libres. Por favor señores de la verdad revelada, dejen el patriotismo dogmático de salvarnos del oscurantismo de los Bulos y los Fake news. ¿Pero quién nos protege de vuestra velada censura por el bien común?, ¿Qué mecanismo nos asisten para defendernos de vuestra verdad verdadera?.  Hasta “la santa inquisición” permitía el derecho a la defensa, e incluso la asistencia jurídica. Pero cuando una empresa de censura pseudocientífica, y pseudotecnológica nos anula, es otra forma de asesinato político virtual de un ”Ser digital” de unos cuantos dígitos binarios, de unos bytes; es el equivalente a la práctica mafiosa de «Que parezca un accidente«. También a mi pueden matarme digitalmente, ni tan siquiera soy un pez gordo, o un influence Youtuber… Mi maestro Nicholas Negroponte en el MIT advertía sobre los peligros de matar a un Ser Digital, sin dejar huella. La nueva sociedad hiperconectada también tienen derecho a la vida de su avatar. El «avatarcidio» es un crimen de lesa humanidad. No reconocer este paradigma es un error. Námaste!  

¿Virus vs. Democracias occidentales?

Los sacrificios colectivos producto de la conciencia ciudadana, sobre todo en las democracias occidentales, hace tiempo que dejaron de funcionar en el formato conocido por algunos de nosotros, solo tienen apariencia de poder real, pero no es así. Tienen existencia propia aparente como el arte y la estética, pero no real, y solo en los libros que nadie lee, o en el “The History Channel”, canal de historia. La apariencia de normalidad la cumplen las instituciones en sus viejas carcasas monumentales tipo catedral. Edificios vacíos de contenido útil.  Siguen estando ahí, eso sí, pero como simple atrezo y/o utilería de teatro o inmuebles patrimoniales de la cultura y la memoria efímera.

De ahí que las dictaduras sean las únicas capacitadas y reforzadas para enfrentarse a los nuevas amenazas inéditas y desafíos globales del siglo XXI, contra la civilización occidental y la humanidad de carne y hueso: Crisis energética, Terrorismo global, Guerras informáticas, Cambio climático y Pandemias virales de nueva generación. En estas últimas décadas entre siglos, hemos asumido la convivencia con la amenaza perpetua a la extinción de la humanidad. Primero fue la Primavera Silenciosa de Rachel Carson, seguida por la espada de Damocles a la III guerra mundial del holocausto nuclear y el exterminio final de la vida, incluidas la invasión extraterrestre y el Deep Impact de un cometa.  Las pandemias “inteligentes” y globales, no reconoce entre clases sociales, entre pobres y ricos, entre estados desarrollados o del tercer mundo, además de haber modificado su comportamiento letal… Nadie predijo en términos de probabilidad un desastre a lo Chernóbil, en un laboratorio «secreto» de microbiología militar de china.

Con el escalamiento al poder político, en esta década del progresismo de nuevo talante y marketing mediático, PODEMOS – PSOE y NACIONALISTA. Hemos visto la metamorfosis del totalitarismo eclosionar sin complejos. El hemiciclo parlamentario se ha convertido, hace tiempo, en un anfiteatro de variedades, un teatro de las apariencias y las sombras chinescas; nadie es quién es, especie de teatro del absurdo de Samuel Beckett. Las interpelaciones se han evangelizado (podemizado) en una suerte de ejercicios inocuos, con balas de fogueo. Guardar las apariencias de una democracia suicida, Kamikaze, por carecer de mecanismos democráticos de contrapeso (reales) equilibrio parlamentario. Sí la regla del 51% es el poder catastral del voto, estamos bien jodidos. Sobre todo, cuando el 51% está compuesto por un mix heterogéneo o mezcla caustica totalitaria, para las democracias abiertas y economías liberales.

Sí algo se ha cargado el coronavirus en su orgía de muerte, es a las democracias parlamentarias occidentales, tal cual las hemos conocido y vivido a día de hoy, y representado como modelo de libertad, desarrollo humano y riqueza. La debilidad en Física es carencia de fortaleza, y en teoría política es modernidad líquida. Quienes estén familiarizados con el concepto me entenderán mejor, sobre todo sí han leído las tesis del sociólogo Polaco Zygmunt Bauman. La pregunta de “Los tres centavos” para teatralizar el paradigma de Bauman, es referida al cómo hemos llegado hasta estos niveles de incompetencia en las instituciones democráticas abiertas. ¿Cómo un virus, un agente infeccioso microscópico acelular, puede anular a las democracias occidentales? Es una pregunta retórica, que a su vez denota una respuesta metodológica implícita y compleja. No quiero ser ambiguo con este razonamiento, tampoco entablar la teatralidad critica del modelo capitalista al estilo Bertolt Brecht.

Las democracias se han debilitado paulatinamente con la misma exactitud milimétrica del péndulo de Foucault. Sí existe una fuerza gravitacional en la política en tiempos de Google, son la sociedad de masas hiperconectada. El virus no se cargó a las democracias occidentales, éstas ya estaban muertas o debilitadas, venían así de serie. La dependencia del conocimiento horizontal, global y empoderado, las había matado. Los estados modernos ya no logran retener concentrar y centralizar los valores de igualdad, legalidad, identidad, nacionalidad y sacrificio. “Este proceso estuvo respaldado por la burguesía, clase social que se fue fortaleciendo con este tipo de Estado” El conocimiento era selectivo (las elites del poder) eran los custodios del conocimiento útil.

Hace tiempo que los parlamentos se han convertido en grandes y anacrónicos jarrones chinos, son parte de la vieja estructura visible del poder del Estado constitucional en decadencia líquida. La clase política actual ha perdido la sutileza del escalpelo o bisturí quirúrgico, para enfrentarse a una amenaza biológica. Prefieren el hacha y el machete, para la defensa, no requieren de entrenamiento previo, ni de permiso. Las dictaduras no necesitan de la sutileza del escalpelo, sino el rigor de la fuerza y respondiendo solo ante si mismos. El gobierno español en manos de titiriteros y vendedores ambulantes de peines con caspa, no quieren ser interpelados por la oposición en el parlamento. Y de ser así, no le tienen miedo a la piel de dos leones muertos con las bolas en las patas. Auténticos íconos de las puertas del parlamento.

Comunismo poético

El Comunismo poético de “todo es posible” no es una invención de los socialistas utópicos del siglo XVII , en realidad se remonta al principio de los tiempos. Dónde encontremos a un humano, ahí están las raíces utópicas (homo paradisiacus). El COMUNISMO, como idealización de la naturaleza del hombre, ha sido versionado, sin patente, en la historia de la humanidad y remasterizado indefinidamente hasta perder la marca de su nombre: COMUNISMO, pero no su así su identidad de marca. El Progresismo en esta época, no es otra cosa que el comunismo originario, incluido el Comunismo analógico 1.0 de mediados del siglo XX. La idea poética de: ‘Mi patria es el mundo; mi familia, la Humanidad’. No es un poema perteneciente a la obra del romanticismo del siglo XIX, de José de Espronceda, o Lord Byron. La poesía no puede ser refutada: “La libertad auténtica es la búsqueda constante de sí mismo, por eso su rasgo revolucionario es incuestionable. Debido a que el Romanticismo es una manera de sentir y concebir la naturaleza, así como a la vida y al ser humano mismo” Es como la existencia de Dios, no puede ser rebatida racionalmente.

«El Sociólogo Raymond Aron se refería al “Mito de la Revolución” (como el “Mito de la Izquierda” y el “Mito del Proletariado”) y sostenía que resultaba tan seductor precisamente por su atractivo poético: inducía la ilusión de que «todo es posible», de que todo puede ser completamente transformado en el fiero crisol de la actividad revolucionaria. Combinar la doctrina de la inevitabilidad histórica con el Mito de la Revolución era una receta para la tiranía totalitaria.» Wikipedia.

Mi posición política liberal, no poética, se remonta a mi paso por la Universidad de Chicago donde me reconozco y reafirmo en el pensamiento del sociólogo Edward Shils, y a través de este con Raymond Aron, a lo que denominaba, la vía Aron. La panoplia del marxismo, para aquel entonces, tenía el atractivo núbil de todo lo nuevo y salvaje como el mismo sexo imberbe y explosivo de un joven adolescente. El problema de la libertad de pensamiento, es que no viene con contrato de responsabilidad civil, es sexo sin condón.

Las librerías ambulantes que copaban los tropicales pasillos sombreados y abiertos de la Universidad Central de Venezuela, eran regentadas por izquierdosos anacrónicos con franelitas y boinas del Che Guevara. Lo único bueno de estos libreros era su neutralidad comercial, toda era bueno para el negocio. Vendían libros de diferentes orientaciones ideológicas: Desde el “Mein Kampf” de Adolf Hitler, o Los protocolos de los sabios de Sion, así como las Biblias Hebrea, la Católica, o el Bhagavad-gita, y el Libro de Mormón; lo anti, y lo pro. De Gramsci a Georg Lukács, y de Friedrich Hayek y Karl Popper y Raymond Aron. Cuando desaparecen el libre mercado, y la autorregulación, solo queda la religión.

Todas las ideologías políticas en la historia de la humanidad, incluidas la filosofía y las ciencias exactas, sin olvidar, la dúctil plastilina del pensamiento mágico del siglo XIX; todas ellas se han dado de bruces con el cortafuegos de la religión «firewall». Sin contraprestaciones, no hay cambio de paradigma. No es la razón, ni la lógica o el sentido común los liberadores del firewall. La religión nunca desaparece, solo es sustituida por otra realidad mágica mejorada. Desaparece el Dios vertical, por otro más horizontal y pragmático, el comunismo poético.

Las ideologías occidentales dominantes hablan de obstáculo insalvable para la dominación y/o transformación revolucionaria de la sociedad civil y científica (mercado o mundo ideal). Para el etólogo y biólogo evolucionista Richard Dawkins, la irracionalidad de la creencia en Dios, no es conocimiento, es miseria. «La religión es un delirio que sufren millones de individuos». Para Dawkins, unívocamente, esto ha sido siempre así. Si alguien no me entiende, es tonto, o profesa alguna religión, incluso, puede que padezcan ambas cosas. «Dawkins simpatiza con la observación tendenciosa de Robert Pirsig (EE. UU, 1928-2017), que dice: «Cuando una persona sufre delirio, lo llamamos locura. Cuando mucha gente sufre el mismo delirio, lo llamamos religión.

Ni Karl Marx, ni Richard Dawkins, y Stephen Hawking, son razonablemente potables, ni potabilizadores científicos, cuando hablan de religión, hablan desde una aproximación prejuiciada de la fenomenología del hecho religioso. Digamos que les falta, como a mí, más de una cocción sobre la complejidad de la humanidad. Lo que tienen en común todos ellos es la denuncia de la religión como obstáculo, como firewall.

La posición filosófica y crítica de Raymond Aron, no deja de ser paradójica, con respecto a la posición intelectual compartida de estos tres teóricos «ateístas» de diferentes campos del conocimiento científico. El historicismo, la biología y, la astrofísica; utilizan los mismos argumentos descriptivos sobre la religión como firewall a la libertad científica o al cambio revolucionario, aunque cada uno de ellos tengan ideas y orientaciones ideológicas diferentes vicisitudes y objetivos sobre política, libertad y sociedad. En los pensadores liberal del siglo XX, hasta el día de hoy, encontramos las mismas preocupaciones intelectuales y científicas contra el «firewall» el muro religioso.

En el ensayo “El opio de los intelectuales, Raymond Aron no escapa a la doctrina de la inevitabilidad histórica del, “todo puede ser completamente transformado para mejor”, siempre y cuando, desencriptemos el código religioso en la humanidad, especie de «firewall» que impide el cambio… Los liberales también tropezamos, en nuestras aspiraciones de cambio social, con el «firewall» religioso de la izquierda, opio de los intelectuales. Es una paradoja de libro, y una constante en la política. La única diferencia con el ateísmo clásico intelectual, es la ausencia de Dios. que Raymond Aron describe en «El opio de los intelectuales».

Hasta ahora, nadie había hecho una crítica comprensible al intelecto vulgar, de la inevitabilidad histórica como doctrina filosófica del historicismo marxista. Quizás Karl Popper, en el ensayo “La miseria del historicismo” o Friedrich Hayek en “Camino de servidumbre”. En palabras de Edward Shils, Aron pasó de ser un abierto socialista en su juventud a convertirse en «el más persistente, el más severo y el más culto crítico del marxismo y del orden social socialista – o más precisamente comunista – del siglo XX».

Tome usted lo que necesite de la teoría de juegos, y acertará.

La importancia de ser eficiente, a veces significa, no hacer nada. En sociedad el momento óptimo de la interacción social, no es un valor positivo necesariamente. Todo en sociedad (lo acontecido) a mi modo de ver, es parte de un juego que está representado por una recta numérica [continuum], cuyo valor central es cero, y sus extremos son infinitos, tanto para los valores positivos crecientes hacia la derecha de cero, y los negativos descendentes hacia la izquierda del valor absoluto cero. Todos los valores y hechos sociales que se muevan en ambos sentidos de la recta son valores racionales, pero individualistas y egoístas de los jugadores representados en el continuum de la recta numérica.

Quienes estudiamos sociología “marxista” en los años 70-80, no teníamos en cuenta “La teoría de juegos” por una razón muy simple. Negaba toda nuestra racionalidad materialista sobre el destino natural de las sociedades, incluidos los esquemas más bizarros, raros, extravagantes del ímpetu juvenil de la contracultura de los ´70. El comunismo marxista se nos presentaba como conciencia colaborativa emancipadora. El marxismo y la economía clásica coinciden en el fondo, cuando hablan de fuerzas invisibles, que organizan las sociedades «inteligencia natural». Según Adam Smith «el interés individual conduce a los seres humanos, como si fueran guiados por una mano invisible, hacia la consecución del bien común». Cambiemos en la teoría la figura retórica del individualismo, por la dictadura proletaria, el ápice del comunismo. El interés colectivo (naturaleza del hombre) o fuerza invisible del comunismo.

El problema de las manos invisibles correctoras del destino de los hombres, solo percibida por inteligencias superiores, es paja mental, onanismo teórico. Todas las especulaciones elevadas al orden de las leyes naturales, son sospechosas de doctrina dogmática. No poder demostrar los hechos, porque el fin último es tan bueno que es invisible a la inteligencia humana, es perorata.

El fin de la ideología, de Daniel Bell, resultó ser un lapsus histórico transitorio, «Coitus interruptus». En realidad, fue un invierno ideológico de la izquierda. Ahora lo que ha vuelto después de las vacaciones invernales, no es una izquierda con renovadas ideas historicista y globales sobre el destino natural del hombre, el comunismo. Eso sí, son los mismos brujos con diferente pipa. El comunismo renovado no es otra cosa que pragmatismo populista. La sociedad, incluida la política, no se mueven por las ideas deterministas del hombre nuevo, sino, por lo utilitario, de usar y tirar. El socialismo es hoy día, es el Prêt-à-porter, de la política de masas, es decir, no existe el diseño ideológico intelectual exclusivo y de autor, sino, el inducido por el consumo de necesidades, populismo del «Ta´ barato, dame dos»

Quien controla las necesidades humanas primarias (demanda) controla el orden de las cosas, incluido el juego en cualquier fenómeno interactivo. Hoy día, más que nunca, la democracia es parte de un juego de intereses interactivos. Es decir: las ciudades no se mueven por ideales colectivas o convicciones morales finalistas o naturales, sino por intereses individuales egoístas. La sociedad del mercado, ha modificado el viejo concepto monolítico de Democracia, el sacrificio de las partes por un interés superior al todo.

Los conflictos entre seres racionales que recelan uno del otro, o la pugna entre competidores que interactúan y se influyen mutuamente, que piensan y que, incluso, pueden ser capaces de traicionarse uno al otro, constituyen el campo de estudio de la teoría de juegos, la cual se basa en un análisis matemático riguroso pero que, sin embargo, surge de manera natural al observar y analizar un conflicto desde un punto de vista racional. Desde el enfoque de esta teoría, un «juego» es una situación conflictiva en la que priman intereses contrapuestos de individuos o instituciones, y en ese contexto una parte, al tomar una decisión, influye sobre la decisión que tomará la otra; así, el resultado del conflicto se determina a partir de todas las decisiones tomadas por todos los actuantes. (Wikipedia)

Ahora, la teoría de juegos planteada por Nash, Neumann y Morgenstern, nos plantea que el interés individual, el egoísmo y la racionalidad a la hora de tomar decisiones, conducen a los seres humanos a una situación no óptima, porque deben tener en cuenta las posiciones del resto de agentes involucrados en sus actuaciones. El empoderamiento individual requiere la renuncia al todo, por las partes egoístas. De ahí que, ser eficiente, a veces, significa en sociedad, no hacer nada. Estamos en una nueva sociedad que nos invita a jugar, a tomar decisiones arriesgas, sí o sí, posicionarse hasta encontrar el equilibrio optimo, inexistente.

“Juegos de la n-persona. La teoría evolutiva de los juegos considera los juegos que involucran a una población de tomadores de decisiones, donde la frecuencia con la que se toma una decisión particular puede cambiar con el tiempo en respuesta a las decisiones tomadas por todos los individuos de la población”. (Wikipedia).  

Estamos en presencia de procesos “evolutivos paradigmáticos” cambiantes acelerados (sociedad hiperconectada) La frecuencia con la que se toman decisiones particulares o colectivas es vertiginoso, nada permanece estable, incluido el recuerdo sociocultural.

En biología, esto se utiliza para modelar la evolución (biológica), donde los organismos programados genéticamente pasan a lo largo algo de su programación de la estrategia a su descendencia.  (Wikipedia)

Podemos decir que el estado natural de la sociedad, no es la neurosis, sino el juego, el egoísmo individual de los jugadores. Jugar en este modelo de sociedad, es estar vivo. El modelo interactivo de sociedad virtual es un gran menú de opciones abiertas, donde puedes tomar todas las opciones que necesites, otra cosa es que llegue a alguna parte con todas ella…

“La edad placentera”

La nostalgia por el pasado, o la armonía perdida de un octogenario renacentista del siglo XX, serían una forma nemotécnica de recordar esta obra de reflexiones antológicas, y verdades personales y miedos estereotipados. No olvidemos que somos mamíferos placentarios, que difícilmente rompemos con el claustro materno de nuestros conocimientos. El señor Umberto Eco, quizás fue, el más importante semiólogo del siglo XX. No he conocido a ningún genio, que a sus 80 años no se refugie en la nostalgia de la placenta de su época. “El mundo era anchado hermoso, generoso y bello, hasta que llegaron unos estúpidos y locos “con su cañón de futuro”. El problema de la edad es la nomenclatura de lo correcto. Dicen que la edad es un grado. En realidad, es una capa epitelial que engruesa con el tiempo y se vuelve opaca y callosa.

La modernidad extendida o líquida, que así como nos trajo tanto progreso, también nos ha vuelto estúpidos y superficiales…

“De la estupidez a la locura recoge una serie de artículos de prensa, publicados a lo largo de quince años, que tratan sobre los temas que más interesaban o preocupaban a Umberto Eco y que él seleccionó personalmente poco antes de fallecer. La lectura de estas piezas se convierte en un placer que invita a los lectores a interrogarse sobre el mundo en el que vivimos.

La nostalgia por el pasado perdido, el papel importantísimo de la cultura en la sociedad, la influencia de los medios de comunicación en la opinión pública, el poder de las nuevas tecnologías o la crisis del sentimiento de pertenencia a una comunidad frente el auge del individualismo son algunos de los temas a los que hacen referencia” (Reseña del libro, editorial Lumen, 1916…)

En 1964, Umberto Eco, escribió un insuperable ensayo sobre la cultura de masas: la apocalíptica y la integrada. Ahí están las claves para entender esta irreprimible urgencia por retratar y retratarse en un selfie con el futuro. Sí usted no ha leído previamente el ensayo sociológico: Apocalípticos e integrados. “Sobre los mitos modernos, desde la estructura, influencia y desarrollo de los medios de comunicación masivos hasta complejos conceptos de semiótica, tratados siempre desde un punto de vista de una comunicación práctica.” En realidad, todo lo que he leído de él, desde esa fecha, esta bajo la influencia de esas tesis maravillosas.  

La edad busca el recuerdo de la placenta, como el fuego al oxígeno. Hay por lo menos dos modos de envejecer en sociedad: Los que se recrean con la vital placenta, y los que renuncian a su dependencia. Umberto Eco, fue uno de esos intelectuales lucidos y geniales, que se convirtieron en activistas sociales en defensa de la placenta, el mejor de los mundos conocidos.

Iconantropo

(El hombre de la imagen)

El hombre contemporáneo no es el de las ideas, ni el del pensamiento ilustrado dieciochesco revolucionario, sino el de la imagen. Algo muy distinto es el concepto y epíteto de sociedad del conocimiento acuñado por Peter Drucker y aplicado a la sociedad actual. Créanme, que desde el siglo VIII a día de hoy en el planeta, nadie es más inteligente, ni más culto, sino más hiperinformado. Usted no es el inteligente, su teléfono sí que lo es. Las diferencias entre la sociedad del conocimiento y la sociedad de la información, es que la información no es conocimiento. Los humanos dejamos de ser primates, desde el minuto cero, cuando fuimos capaces de crear sociedades del conocimiento y la información hace aproximadamente 300.000 años. Los únicos animales evolucionados capaces de transmitir conocimientos y acumular información somo los humanos. La sociedad hiperconectada, solo ha acelerado el conocimiento virtual. 

Los humanos de hoy somos el homo sapiens de ayer, los primeros homínidos superiores, sobrevivientes a otras especies de humanos y de humanoides, incapaces de crear sociedades del conocimiento. –Sí no creas información y conocimiento compartido, te extingues–. Hace cientos de miles de años, el homo sapiens creó las primeras sociedades expansivas del conocimiento compartido y la información. Tenemos que diferenciar lo que por naturaleza somos como animales, –seres de la información y la comunicación–, de la evolución cultural, no heredada.

El nuevo paradigma de la humanidad, no es la información, más globalizada o menos globalizada que ayer, tampoco es el conocimiento que acompaña la información desde hace cientos de miles de años. En cambio, sí lo es la inteligencia artificial, y la virtualización de la humanidad. El nuevo paradigma humano es el de la imagen: el iconantropo.

El hombre de la imagen, es una nueva cultura, que sustituyen las viejas formas del saber. Quienes se percatan del cambio de episteme social, en política, y lo asumen como nuevo aprendizaje, disponen de una nueva herramienta de poder inagotable. Hace años vengo hablando del “quinto poder” en las sociedades abiertas y globalizadas. El Quinto Poder es el control del hombre de la imagen, el iconantropo.

Fahrenheit 347°

Las palomitas de maíz (cotufas) en sus pautas físico químicas, pueden ser equiparadas con las personas y pueblos sometidos por el totalitarismo. Si los depauperados por el comunismo populista en estado de semiesclavitud no reciben su caja de lentejas CLAP, como en Cuba y Venezuela, el maíz social empieza a calentarse aproximadamente a 347 grados Fahrenheit. La presión dentro del grano (pueblos e individuos) puede llegar hasta 9 kilogramos por centímetro cuadrado antes de que finalmente estalle la cáscara. Los regímenes totalitarios científicos, han aprendido la lección físico-química del estallido social por la acción térmica. Sobre todo, los cubanos que han controlado la temperatura del maíz a su perfección durante 60 años.  En la novela de Ray Bradbury «Fahrenheit 451°: Era la temperatura a la que el papel de los libros se inflama y arde».

En Venezuela, en apariencia, no hay una guerra convencional, pero las bajas humanas y el número de represados es el mismo y el grado de destrucción también. Pero tampoco hay paz en los términos occidentales del concepto bíblico de una paloma blanca, con una rama de olivo en el pico. En la antigüedad los tiempos, o más bien, los periodos de paz, eran periodos para prepararse para la guerra. La paz no es tranquilidad, sino el nombre que recibe el contrato de mutuo acuerdo, mejor conocido como armisticio. La beligerancia no termina con la paz, en todo caso claudica. Pausar los antagonismos, no es salir de ellos; la renuncia tampoco resuelve los conflictos, sobre todo si son de orden moral, religiosos, étnicos, culturales y pendencieros. En la cultura hebrea, la educación para la paz, es preparación para la guerra. En realidad, es parte del código fuente de la humanidad.

Las cajas Clap de lentejas paraíso (CLAP boxes of lentils paradise), tienen orígenes oscuros y bizarros, en la guerra de independencia de Venezuela y en Cuba. Fue un recurso copiado por los españoles a los conquistadores árabes de la península ibérica. Se utilizo como último recurso por los patriotas independentistas, después de perderse la primera y la segunda República… Fue el General Páez, que dio cuenta del error continuado del modelo fracasado de la guerra convencional entre iguales. Temprano entendió que las guerras tenían un componente de marketing inherente, con independencia a los ideales políticos y filosóficos…

Posiblemente también el Taita: José Tomás Boves, quien levantó a los llaneros aduciendo que Bolívar y los demás iban a crear una república para los blancos y que el Rey de España Fernando VII, había prometido la libertad de los esclavos, y privilegios a los llaneros realistas…  

Es evidente que la guerra necesita consumidores y un factor replicante (las lentejas paraíso) El libertador Simón Bolívar, también utilizo el recurso del marketing (Decreto de Guerra a Muerte).  Aunque la realidad sea mucho más compleja que este ejercicio dúctil y grácil de la historia, no deja de ser un dilema para la reflexión. ¿Romanticismo decimonónico vs. Ignorancia y realidad?

Para granjearse (fidelizar) a soldados y esclavos descontentos con el trato inhumano y clasista que los oficiales realista les daban a la tropo de irregulares en el campo de batalla. El General Páez, un genio estratega, ofrecía a los hambrientos desertores, uniformes con botones dorados, ilustradas botas, caballos y el reparto del botín de guerra. Prometió la libertad de los esclavos… Lo que logró fidelizar a los esclavos negros, y a los llaneros, bajo la promesa de la primera caja Clap de la historia en Venezuela.

La historia da la independencia de Venezuela, está plagada de inexactitudes y leyendas heroicas vagas, como en todas las narraciones hechas por los vencedores de cualquier conflicto armado en la historia de la humanidad. Una de ellas es la creación de mil y un cesares populares, anónimos y si es posible étnicos. Garantizar que nadie quede fuera de la foto de la gesta emancipadora es un aserto histórico del vencedor. Aunque el día después al retrato al óleo, no queden lentejas del Paraíso para todos y todas…  

Uno de esos césares populares “mitad realidad, mitad leyenda”, es la de un negro esclavo llamado Pedro Camejo, mejor conocido por el alias de “El Negro Primero”, el apodo se debe a que, a los esclavos durante la primera y segunda República, en el frente de batalla, se les utilizaba de avanzadilla para medir la capacidad mortífera del poder de fuego del enemigo, al grito de los oficiales criollos: “manden a los negros primero”. Tal nivel de crueldad y barbarie (inhumanidad) estuvieron en parte las causas de la perdida de las dos primeras repúblicas patrióticas.  

La paloma blanca representa un algoritmo histórico, una instrucción temporal en medio de un proceso natural, tiene un inicio y un final pautado. En otras palabras: la paloma representa el retroceso de las aguas a su cauce, no a su final. De ahí que el diluvio, en teoría, este en stand-by, por ahora. En Venezuela la paz es una falsa ilusión, un estado de espera insoportable.

La pregunta es un llamamiento reflexivo a la conciencia seudo revolucionaria de la resistencia: Dónde están las “lentejas del paraíso” de la oposición. Sabemos la oferta, pero no el beneficio. El cese de la usurpación, el gobierno de transición y las elecciones libres vs. Lentejas paraíso, contante y sonante del régimen chavista.    

“Dios no es una buena explicación”

“Dios no es una buena explicación”. Gracias a esta reflexión, la humanidad ha dado al mundo hombres de ciencias como Charles Darwin. Dios nunca fue un problema para Darwin. Nunca cuestionó la existencia de Dios, porque ese no era el objeto de la biología en cuestión (ciencia de lo complejo), sino el conocimiento científico. No es una cruzada contra Dios, sino contra la ignorancia. Ninguna investigación científica comienza con Dios, y tampoco termina con la muerte de Dios.

«Tanto tiempo hemos llevado [esta vida] pues tal era nuestro destino» Esta fórmula de pensamiento existencial de entrega al hado y la fatalidad, apareció en la civilización occidental en la edad media. Más que una fórmula racional es un dictado, un condicionante de la conciencia social de los seres humanos. Ello es un registro de la presencia de un modelo biológico clonado en lo económico, político y teológico, imperante y coercitivo. La reflexión velada del poeta normando del Siglo XII Béroul, quien versionó la leyenda de “Tristán e Isolda” no pasa desapercibida para la sociología entrenada en la fenomenología del conocimiento. Las palabras están a nuestro servicio, no al revés. Lo mismo digo de las ciencias sociales. Cuando la disciplina científica no nos deja ver la trastienda, estamos obligados a revertir el orden de las cosas. La sociología (forense) no espera a que las “cosas” alumbren para estudiarlas, sino que estamos obligados a arrojar luz nosotros sobre ellas. “la luz está a nuestro servicio, no al revés”.

Uno de mis libros favoritos de culto es éste “EL RELOJERO CIEGO” de Richard Dawkins. Donde he encontrado una fuente inagotable de analogías con la teoría política, e incluso con las sociedades primitivas y las complejas. A veces me pregunto, sí fuera de la Paideía marxista, del saber ser, y saber hacer: la lógica del socialismo científico de lo simple y lo complejo, se puede aplicar la metáfora del relojero ciego.

En este caso, el «diseñador» es la selección natural inconsciente, es decir, el relojero ciego. Tenemos que diferenciar entre azar y creación inconsciente en la proposición audaz de Richard Dawkins, lo que genera ambigüedad en ambas afirmaciones, por ser demasiado genéricas. En mi caso, no me vale la idea inconclusa y sin resistencia, sobre el azar de las cosas simple del universo, y el diseño inconsciente de todo lo complejo.  

En el Relojero Ciego, el biólogo y naturalista británico nos dice que, Nosotros los animales somos las cosas más complejas del universo conocido, que los humanos no hemos sido diseñados para ver cosas muy pequeñas, tampoco las muy grandes. El microcosmos es invisible e inútil para la vida, no así para el intelecto como diseño consciente planificado… También el insondable universo se nos presenta etéreo y también inútil para la vida biológica. Nadie comúnmente reflexiona sobre estas cosas porque nos convertiría en seres agotados e ingobernables. El relojero Ciego, nos devela que el diseño de lo complejo y lo simple es producto de la selección natural inconsciente, el relojero ciego, es el gran constructor. 

Para el materialismo científico (marxismo) ni el azar, ni las casualidades, ni Dios gobiernan las sociedades. Estas son sistemas ideológicos complejos, diseñados por las clases dominantes del capitalismo. Para Marx, la economía política e incluso el hombre dentro del capitalismo, son diseños planificados en su conjunto por un relojero vidente. Funcionan en su complejidad como los relojes hechos por un diseñador planificador e intencionado, el capital. A caso hay alguien detrás del diseño capitalista, o fue producto de la suma de pequeñas cosa al azar desde lo simple a lo complejo.

Teoría política del: Reductio ad absurdum

La filosofía política es criticista y moralista, por tener como objeto especulativo la realidad basada en opuestos teóricos. Necesita de origen la construcción de un “demiurgo”, de una ideología opositora, opuesta para validad su discurso del bien y el mal (El bueno, el feo y el malo) El progresismo y el capitalismo son ideologías mesiánicas salvadoras, de superhéroes y supervillanos. En estas historias de filosofía no existe el héroe de centro; o eres muy bueno o muy villano.

Julio Embid publicó no hace mucho un creativo ensayo sobre: La ideología de los superhéroes, intitulado «Con capa y antifaz». Y no por ser creativo disminuye su inters científico y reflexivo…

Adaptadas siempre a los tiempos, las historias de superhéroes y supervillanos nos hablan de democracia, capitalismo, ecología, feminismo, racismo o nuevas tecnologías. Gracias al alcance universal de sus historias, los superhéroes son figuras de gran utilidad para quienes quieren proyectar valores y discursos concretos sobre la sociedad, o incluso dirigir su conducta. De ahí que sus mensajes no sean tan inocuos como tal vez creamos, y también la pertinencia de entender y analizar lo que nos cuentan. En este libro, Julio Embid alterna el análisis político y sociológico con anécdotas curiosas de la industria cultural estadounidense del comic y la sociedad actual del despertar del my too militante

Para el progresismo universal edénico y adámico, el capitalismo es el causante de la expulsión del hombre del “maná gratis y para todos”. El capitalismo representa la privatización del maná de lo público. Pero contra que poderes maléficos luchan los superhéroes del progresismo edénico: «Una característica peculiar de las fuerzas villanas del capitalistas es el crear nuevas y falsas necesidades y funciones artificiales con el adverso fin de mediatizar tendenciosamente, el conflicto social, con la satisfacción de esas mismas necesidades y funciones, desviando así la atención de las contradicciones históricas reales… » Ello es una aseveración (aserto) que, en el progresismo no se discute, se acepta como evidencia científica del mal, y que bien valen la figura de un superhéroe que cada cuatro años luche contra estos supervillanos del capitalismo.

Esta configuración ideológica alternante, del bien y del mal, del bueno y el villano, desempeñó como reconoció Karl Marx, una importante función civilizatoria en una cierta fase histórica. Ambos postulados ideológicos son –hasta hoy en día– las bases de nuestra civilización. El problema es la satanización del catecismo del otro. Hoy día se habla eufemísticamente de trasversalidad ideológica, el problema –si es que lo es– radica en el reduccionismo teórico del viejo estereotipo de los bloques. ¿Qué es ser transversal en política hoy día? A caso la renuncia a los bloques del bien y el mal. Digamos que es un sustituto como la sacarina al azúcar. En antaño, la trasversalidad no era otra cosa qué el pragmatismo de izquierda o de derechas, que hoy ha derivado en populismo del siglo XXI.

Dada la importancia del marxismo en la reflexión social de los últimos 150 años, me atrevo a decir que el progresismo edénico, adámico y utópico del maná gratis para todos, nunca se fue, como lo afirman las tesis de Francis Fukuyama sobre “El Fin de la Historia” Una cosa son los bloques ideológicos de poder hegemónico, en términos geopolíticos y económicos. La única tesis que se ha cumplido a día de hoy en política, es que las tesis nunca se cumplen. Ni ha sido el fin de la utopía de las tesis de Herbert Marcuse, ni el fin de las ideologías, de Daniel Bell, y mucho menos las declinaciones nihilistas de Nietzsche: Dios ha muerto.

Filosofía Pop del dato

Esta es la época –inequívoca– del puro dato social. El dato ha convertido a la sociología actual en la ciencia del puro dato. El dato cumple una función arquimédica en la sociedad, y en las ciencias sociales en particular, acostumbradas en los últimos tiempos a moverse por el principio de Arquímedes: Dadme un punto de apoyo y moveré al Mundo. ¿Dónde antes habremos escuchado esto? Dadme un dato y haré sociología.

El boom del puro datum socialis, ha convertido a la sociología en la ciencia clientelista del puro datum. Dentro del dato todo, fuera del dato nada. Hasta hoy este podría ser le lema de la sociología académica. Hay cosas en sociedad tan buenas que deberían estar prohibidas. Durante mucho tiempo fui un yonki del datum socialis –de hecho– trabajé durante algunos años en centros de investigación social, donde el dato, datum, lo era todo. Siempre me he opuesto a la creencia de que los datos arrojan teoría o ellos desprenden gases en forma de teoría.

No niego la importancia del dato, sino la ausencia de teoría. A la búsqueda del datum socialis.: Quizás –y por qué no– las ciencias políticas sea la única disciplina independiente de las ciencias del datum socialis y el rigor. Ello no desdice nada de su capacidad gestora de predicción y acierto. En otras palabras, el datum, no es su condicionante. Para el filósofo de Estagira, Aristóteles, la política era la forma en la que se convence al pueblo. Por lo tanto el datum, es segundario… Esta idea ha permanecido incorrupta, hasta día de hoy, inamovible, inmutable. Todas las ciencias, en algún momento ha sufrido cambios, y revoluciones cognitivas, menos las ciencias políticas, que han abusado de lenguaje fictivo.

A las ciencias políticas le va mal el corset teórico.  Algunos de mis lectores me corregirán –y con buen atino– que no es lo mismo, ni hablamos de los mismo, cuando mezclamos categorías exhaustivas en su especificidad e independientes, como las ciencias políticas, de las prácticas políticas. Una cosa es el rol de científico, y otro el de político y filósofo: “Mientras la ciencia política investiga cómo fueron, son y serán los fenómenos políticos, la filosofía política se encarga de teorizar cómo deberían ser dichos fenómenos”  El problema de credibilidad de ambas posiciones, es el origen ideológico de las partes. No conozco a ningún liberal que acepte ninguna tesis de ciencias políticas hecho por un progresista. Y tampoco a ningún progresista que reconozca las teorías y tesis de los liberales.

La conclusión es más simple de lo que somos capaces de lucubrar. La filosofía política configura en última instancia, nuestros modelos teóricos sobre el deber ser de las cosas. En realidad, no hacemos ciencias políticas, sino filosofía política. Ni el estagirita Aristóteles, pudo escapar de este condicionante. Aristóteles no escribe sobre política sin antes condicionar el deber ser de las cosas a su ética política. Escribir sobre política es un ejercicio ético, de ahí que fallemos más que una escopeta de feria de pueblo.

El puro datum socialis, por ahora, no ha condicionado y mucho menos persuadido a la ciencia política, como sí a la sociología abierta al cambio y a los paradigmas científicos. De llegar a hacerlo algún día, no quedará en pie ninguna teoría ética sobre la posible reversibilidad de la democracia, y las sociedades liberales de libre mercado, hacía modelos ideológicos mágicos y cerrados. Todos los datos sobre las sociedades cerradas y dogmáticas, ensimismadas en el reparto de la riqueza, el proteccionismo a ultranza, y el advenimiento del hombre nuevo.

El datum socialis pone en evidencia el modelo socialista utópico del paraíso del hombre nuevo, que en realidad es el hombre viejo. Deja al descubierto, la ideología fracasada (teocrática) de la libertad intrínseca al hombre, y la llegada del divino hombre nuevo. Nadie se atreve ha renunciar a lo intrínseco y primario, por una libertad más amplia y satisfactoria y compartida en sociedad (léase humanismo desidealizado, globalización). Las sociedades comunista exige la renuncia bajo contrato de la libertada e individualidad de las personas, fuentes de conflictos y pobreza social y riqueza de unos cuantos.

El comunismo y el socialismo son fábricas de derechos. En ese sistema, cada grupo o colectivo, pretende recibir no lo que la mayoría cree que merece, sino aquello a lo que cree tener derecho. De ahí que las ciencias del datum socialis no tenga cabida en las filosofía política, o ciencia del deber ser de las cosas.

¿Estaba muerto antes que lo mataran?

No nos engañemos ni hagamos trampa en solitario, el bipartidismo no murió solo, se llevó por delante el sistema parlamentario conocido como poder legislativo dejando paso a una cosa llamada Forum Romano de empoderados sociales, la Plaza romana de las actividades mundanas de la ciudad. Cualquier análisis forense sobe el occiso debe determinar las causas materiales no espirituales del cadáver. El desiderátum sociológico es saber sí: ¿Estaba muerto antes que lo mataran?

Una cosa es la fragmentación política de un parlamento, y otra la atomización representativa por saturación vario pinta. Ambos casos son defectos viciosos del sistema político parlamentario actual. El populismo evangelizador de los parlamentos en una especie de lonja política, o de bazar de baratijas y vanidades disímiles, es guay, es moderno, es progre, es bello. Este hecho fatuo, plausible para muchos, deja sin efecto el valor real de la orgánica delegación del poder en las democracias más avanzadas. Los partidos tienen la función y el deber de recoger en primera instancia (grado) la pluralidad de intereses, conflictos e incluso tendencias, vanidades, y orientaciones dispares en la sociedad y convertirlos en proyecto.

La naturaleza de un partido político es la organización de las demandas sociales de forma organizada y delegada. Los parlamentos no son el foro de las cuitas y desventuras, antes deben someterse a contrapesos y filtros razonables democráticos. Lo que desnaturaliza a los parlamentos, son los gremios y colectivos. El partido de los taxistas, el de los animalistas, los ecologistas, el feminista, los verdes, los nunca máis, las mareas, el partido de la tercera edad, los antisistema, los nacionalistas, los independentistas, los regionalistas, los insulares, los Compromís, los Okupas, los regionalistas, y los come nabos y los naturalistas… No! –no son partidos– son gremios y grupos de presión y colectivos centrados en su ombligo, en otras palabras, onanismo político de nueva generación. Es el resultado de la centrifugación populista de los parlamentos tradicionales.

Para ello están los programas que recogen dicho pacto social plural y consensuado, en forma de poder de representación política. Saltar dicho filtro, convierte el parlamento en vocería de mercado de interés sindicados, un parlamento de remeros sin timonel, con visión cortoplacista del Estado.  No tenemos que ir muy lejos, y menos acudir a la historia de la evolución de los sistemas políticos parlamentarios, para verificar la involución que están sufriendo los parlamentos clásicos “democráticos” en el mundo.

Las grandes democracias parlamentarias y las más consolidadas de la historia, hace más de doscientos años resolvieron el problema asambleario de pequeñas organizaciones tribales y/o comunidad de vecinos enfadados y resentidos con el sistema, individuos colectivizados con el pico abierto descoyuntando reclamando más, y más arroz y maíz. La creencia dogmática en sociedades hiperinteligentes organizadas desde la base hasta el vértice del poder, es comunismo utópico y fracasado.

Quienes hayan leído el ensayo al socialcristiano Jacques Maritain “El hombre y el Estado” sabrán a que me estoy refiriendo. Se ahorran muchas líneas de este post.  Para Maritain, como para todas las ideologías centradas en el “hombre nuevo”, el cálculo social de 3+3 es un número resultante mayor a 6. Seis no pude expresar lo complejo de la sociedad integral. El hombre es un ser integral, no es un número sumatorio al Estado, el hombre es humanidad, por lo tanto, es un ser identitario con origen. Maritain: Fue muy crítico con el Estado burgués, el sistema capitalista y una concepción liberal de la propiedad privada y el mercado. Pensaba que se podía ser capitalista burgués feliz, sin renunciar a nada. Que todo debería girar en rededor al hombre nuevo, parte de la humanidad integral.

Cuando las ideologías historicistas y naturalistas construyen su sistema de creencias de valores y representaciones sociales, no los inventan, tampoco son revelaciones divinas, más bien son recreaciones y legados culturales reformulados indeterminada veces. Karl Marx se ufanaba de no inventar nada, sólo de darle la vuelta a la historia. Decía que la filosofía política y la economía se habían dedicado a reformular e interpretar el Mundo. Y de lo que se trata es de cambiarlo. Las ideologías se retroalimentan de populismo de base, recogen de las creencias colectivas primarias de los pueblos las emociones, y creencias religiosas sobre el destino y naturaleza (Summum bonum) del hombre, su materia prima. El socialismo determinista centra su relato social en la epifanía del hombre nuevo; indefectiblemente están hablando de ingeniería social. 

¡Maná gratis para todos!

El populismo es hoy en día una de las plagas 7 +1 de cualquier profecía política conocida hasta ahora, como fue en su día la promisión del Maná hebreo de no te preocupes especie de (do not worry) “Dios proveerá” Mateo 5:45”. El Maná salvador in extremen y gratis, es parte de la ley no escrita en las promesas de las ideologías y los dogmas. Es lo que llamo conciencia ideológica primaría. Son promesas y beneficios inherente a todas las ideologías de la historia del pensamiento humano. Toda hoja de ruta, toda travesía, todo transitar por las ideas políticas requiere han requerido de la conciencia primaria del beneficio último, ¡Maná gratis para todos!

No necesariamente las sociedades más avanzadas y desarrolladas económicamente son contenedores de seres humanos diferentes a otros del tercer mundo. El ser humano es adaptativo, no cambiante, y menos evoluciona por su cuenta al resto de la humanidad. Quién mejor lo explicó en términos psicológicos fue el profesor Maslow y su teoría sobre la motivación humana, conocida como: La pirámide de Maslow, o jerarquía de las necesidades humanas.

No podemos pretender desnudar la política, la relación que tenemos los humanos con las ciudades, sin desnudarnos nosotros mismos, quedar en evidencia, no tiene ninguna utilidad. Esto impide que todo silogismo llegue a una inferencia honesta de nosotros mismos. A los humanos nos gustan los selfies, siempre en cuando salgamos bien en la foto. Lo que quiero decir es que nadie, absolutamente nadie es honesto en un análisis político. En realidad, no nos gustan enseñar el culo, y menos si éste nos avergüenza . Ello no invalida los hechos facticos, ni lo teórico, solo nos advierte que sí A y B son válidos, es posible que también C y D lo sean en términos relativos. El relativismo es una respuesta intelectual al conocimiento mucho más elaborada que el objetivismo. Se puede ser objetivo sin ser objetivista de oficio, y relativo sin ser filo-relativista científico.

Sí para los evolucionistas el hombre desciende el Mono; de dónde desciende éste, quienes son sus antepasados; y así sucesivamente hasta bajar en la ecuación de la evolución a n número de veces.  Saben el por qué lo hemos dejado hasta ahí. Porque no nos gusta saberlo. ¿De dónde desciende el Mono?

El último libro de Darwin titulado “The Formation of Vegetable Mould through the Action of Worms, with Observations on their Habits” (La formación del manto vegetal por la acción de las lombrices con observaciones sobre sus hábitos)

Los Planarios son un tipo de lombrices Platelmintos, seres vivientes muy simples y primitivos (primarios) fue Charles Darwin uno de los primeros investigadores en fijase en ellos. Yo lo he llamado: tras la huella de las primeras formas de vida “inteligente”. No es lo mismo comportamiento que conducta. Una es la respuesta biológica al ambiente y los estímulos, y la otra es cultural sujeta a valores, que van de los imple a lo complejo. Charles Darwin dejó de lado lo complejo de la evolución de las especies, por formas más simples al conocimiento. Al igual que Ramón y Cajal, tomó un huevo (célula gigante) para simplificar sus estudios sobre las células. Darwin, tomo a las lombrices de tierra para conocer formas primarias de inteligencia. La aparición del Maná gratis, en todas las culturas es un vínculo especie de “axis mundí” de conexión con nuestros genes inteligentes y el recuerdo del “homo Paradisiacus” el condicionante de la humanidad  

El concepto de representación social siempre ha sido un recurso descriptivo funcional en las ciencias sociales del comportamiento. En un sentido más amplio –yo diría– que designa una forma, tanto de conducta como de pensamiento social teatral (poner algo en el lugar de otra cosa) pero en realidad nadie puede representar teatralmente lo que no conoce –eso dice la teoría– De ahí que el valor del concepto de representación social –para mí– sea un conceto inacabado, al no incluir lo innato, lo biológico, ni los aspectos protosociales, tampoco el inconsciente colectivo, tan puteado por la psicología analítica Junguiana.

Liberalismo silencioso

Hasta ayer o hasta ahora, después de seis décadas de paz, progreso social y tecnológico, democracia y libertad, y globalización (aburrimiento total) habían castrado a la vestía liberal, padre de la globalización. En realidad, el modelo político liberal no estaba en peligro, gozaba de buena salud. La conciencia política del joven liberal estuvo desmotivada sin vigor político en su zona de confort, encapsulada en una especie de crisálida invernal, que durante las últimas décadas fue incapaz de eclosionar por sí misma, de renovar su ideario político ante los nuevos desafíos del populismo. La sociedad del bienestar, el progreso y libertades económicas y civiles, en apariencia, no están en riesgo, pero sí cuestionadas por el creciente populismo conservador de izquierdas y derechas. El peligro está en la hoja oculta del conservadurismo romántico: libertad a cambio de protección, la vuelta a la tribu comunista y populista que va ganando espacios en la opinión pública.   

El ímpetu del progresismo político y su agresividad pedagógica cultural (victimismo) habían construido o más bien reconducido las fuerzas negativas del descontento, el fracaso y la resignación en rebeldía juvenil sin parangón, sin ninguna analogía con el pasado reciente. El ímpetu intelectual y literario del comunismo romántico, prometía sociedades más justas basadas en la igualdad, la uniformidad y la libertad; ciudadanos empoderados de virtudes y humanismo socialista distributivo y estatista. Hoy el socialismo utópico vs Socialismo real y medio pensionista, han dejado tras su paso, su nefasta religión horizontal sin Dios. La contracultura nacida en el corazón de las sociedades capitalistas “opulentas” siempre fue antisistema. Hoy se diluye el complejo invernal de ser «Joven, liberal pasivo» dejando paso a Jóvenes liberales arrecho y movilizados y activistas. Esta neuro-revolución de jóvenes liberales (por ahora sin ideología partidista) no tienen dueño por ahora, de ahí, la división y la subdivisión mecánica inexorable, que se ha iniciado, y no encuentra partido fijo, identidad de pertenencia. Los jóvenes liberales y de centro en Europa están en fase biológica de “mitosis continuada”, en ciclo de divisiones sucesivas que hasta día de hoy no han parado.

Los partidos liberales como el partido popular (PP) de España dónde convivía todo el zoo-espectro ideológico de la derecha radical conservadora y liberal, hoy no logra sujetar en su seno las ansias individualistas de personalidad propia (identitario ideológico). Es un suicidio político la independización ideológica sin destino, de la juventud liberal, y hasta ahora tímida y silente, buscando los purismos, la idea originaria, el santo grial de la identidad del germen de las ideas, el partido espejo. Ante el auge agresivo de los populismos conservadores de izquierda y de derechas. Los partidos liberales y de centro, se suicidan en una huida hacia fuera, incompresible. Los cambios deben venir del debate interno y la participación generosa. El modelo de partido leninista que ha dado origen a los partidos del siglo pasado, son eso, el pasado.

Esto que hoy llamamos partidos progresistas de nueva generación no son tales, sólo queda el nombre desconectado e la realidad. La izquierda y la derecha mimetizada en los epítetos progresistas y comunistas, en realidad son conservadores, es lo que les pide ahora el cuerpo. La globalización los ha regresado a la charca originaria del proteccionismo nacionalista. En realidad, los jóvenes liberales, han colgado el cartel de no alimente más a la bestia conservadora. Hasta ahora la derecha liberal jugaba a parecerse a la desaparecida socialdemocracia, «danzando con lobos», especie de Kozachok folclórico, dónde el hombre imita de forma lineal los pasos, el carácter y los movimientos de su pareja a un ritmo constante e improvisado. El invierno liberal se ha transformado en indignación, y ésta en eclosión primaveral. En España la derecha busca identidad propia, partido espejo. Pero ni el partido PP es espejo, ni Ciudadanos ni Vox, son receptáculos que amalgamen tanto malestar de identidad, pero aún queda espacio para un cuarto partido de derechas; ¡y quien sabe! Este nuevo partido logre integralos a todos.

El problema es el planteamiento. (II)*

La madrugada me encontró trabajando en la búsqueda del santo grial del diseño. Era sábado de primavera de playa para muchos, pero yo me encontraba atascado luchando infructuoso contra una idea por defecto viciosa, que no respondía «al planteamiento inicial del problema planteado por Petkoff». Sabía por experiencia que la solución a un problema mal planteado es una mierda. Ese día dediqué cada minuto de vigor a la misión, un encargo in extreme de Teodoro Petkoff: El diseño gráfico para un partido político no marxista, no autoritario, abierto y democrático, llamado: Movimiento al Socialismo MAS. –Por lo menos yo compre el producto–. Pasé el fin de semana confinado en mi habitación 3-IN-ONE, especie de estudio de trabajo, Isla robinsoniana y dormitorio, eso sí, escuchando a The Who, Janis Joplin, Led Zeppelin, Joe Cocker, Carole King y Joan Báez. Siempre he mantenido la creencia de que el diseño es producto de lo que escuchas y consumes.

Confieso que no podía dormir esa noche del viernes para el sábado; lo que me hizo madrugar fue el sentido del orgullo, la estima y el escozor del desafío. No es que no tuviese una idea de diseño inicial, el problema fue que la primera idea que tuve nunca llegó a abandonarme. Incluso por encima de otros diseños rupturistas y con más recuerdo e impacto visual. La primera idea de diseño fue en apariencia fatal y ruinosa, era digna del diván Jacques Lacan. Se había convertido en un problema de contaminación visual obsesiva. Y no tenía tiempo para una descontaminación documental apropiada, tampoco disponía de un layout orientativo y menos un dossier, sólo de un ‘planteamiento inicial’. Me encontraba como (Gary Cooper viendo el reloj) “Solo ante el peligro” con la diferencia, que una es ficción y lo mío realidad. Hay quienes piensan que el diseño no duele, pero se equivocan, lo que cobra vida siempre duele. Es el síndrome de Pigmalión.

“Cuando un cliente te dice ‘métele más diseño’ es porque te ha perdido el respeto, en otras palabras, estás muerto / M. E. Ponte

Durante mucho tiempo, quizás demasiado, tuve el afiche como segunda piel. Vivía rodeado de su materia estética y sus mundos coloridos de vanguardia. El cartel era el paisaje, como para otros, eran los discos de salsa, el rock and roll, y las barajitas de beisbol. En realidad nunca he sido un coleccionista ni fans de ninguna cosa, ni he estado encerrado en ellas… Mi estancia estaba tapizada de gritos y mensajes de rebeldía, a veces contradictorios entre ellos, eso sí, ninguno era un dechado de racionalidad virtuosa. En realidad estaban ahí para recordarme que no todo en el cosmos era izquierda, derecha y armonía. Me gustaban más por su estética disruptiva que por lo que revindicaban. Mi intelecto (formación) no se correspondía con la cultura de la pequeña burguesía acomodada de los nuevos ricos, que compraban libros por metros y colores que combinarán con las cortinas y los muebles del salón. Y si eran enciclopedias Salvat mejor, que mejor.

“El mundo no está hecho de verdades, sino de realidades que no gustan a todos”. Manuel Eduardo Ponte

En los años 70´ disfruté de la mayor panoplia de carteles gráficos de la historia antes de su inesperada muerte súbita a mediados de los 80′, la década Kitsch. En aquellos días se podía viajar por la historia contemporánea a través del cartel sin movernos de un lugar, e incluso, escribir nuestra propia crónica sugestiva de la historia que nos había tocado vivir o sobrevivir a ella. La Era de las oscilaciones ideológicas. Sabíamos como sociedad en qué estábamos, además que pensábamos con sólo mirar un cartel. De esto y de aquello, estaban hechas nuestras conciencias y nuestros sueños, llamémosle alienación. Hay un libro de antipsiquiatría intitulado “viaje a través de la locura de: Mary Edith Barnes y Joseph H. Berke”. Quizás debería yo escribir otro ensayo con un título igual de sugerente: “Viaje a través de la locura del cartel de los años 70´, los orígenes de la locura.

En tres días con sus lunas, cree el logotipo del puño en alto del MAS, cuyo diseño en apariencia ya existía en la memoria social de las dos últimas décadas. A veces el diseño es un proceso de síntesis y aproximación, más que de originalidad y capricho. Nadie crea nada más allá de su espectro sociocultural. Los diseñadores gráficos estábamos acostumbrados a crear cosas sin atender a la demografía de los pueblos. Seguíamos las pautas del arte, que no pregunta, se impone. No conocía a ningún artista universal haciendo encuestas de opinión, o realizando degustaciones en los supermercados de sus obras para ir haciendo correctivos al producto. El problema a día de hoy sigue siendo el mismo. Aunque las nuevas tecnologías de la comunicación y la información nos permiten en tiempo real testar nuestras obras; de hecho, se escriben novelas adaptadas a los públicos en función de sus perfiles.

La leyenda urbana dice: “Un cartel es un grito pegado en la pared», creo recordar que fue David Ogilvy, padre de la publicidad moderna y progenitor de la frase, y no el artista Español José Renau, a quien erróneamente se le atribuido. Seamos justos. Demos al publicista lo que es del publicista, y a Dios, lo que es de Dios.

La población en Venezuela, para aquel entonces, era en su mayoría rural y provinciana, mal informada y comunicada con el mundo geopolítico y sus vicisitudes histórica, su comunidad de intereses eran otros. El Estado no llegaba a todas las partes del territorio, pero Acción Democrática, y la cerveza Polar, ¡sí!  Crear un logotipo para un nuevo partido, en teoría para mí, “podría funcionar cualquier cosa”. Sí así era, por qué no probar con cosas ya testadas en la sociedad del cambio, y la protesta como forma de vida, per se.  

Qué decir de Bob Gill, para aquel entonces, sabía muy poco de él como diseñador gráfico y nada de su trayectoria profesional y de su pensamiento creativo… No niego que su lenguaje gráfico no tuviese algún impacto didáctico y formativo en mis ideas de diseño gráfico, pero no de forma consciente. Pero a diferencia con Bruno Munari, de quien conocía su obra, trayectoria y método, a Bob Gill no le conocía como teórico del diseño gráfico. Bruno Munari, para aquél entonces, era un diseñador y artista de culto . Representaba para mí las claves y las esencias que entran en juego en el proceso creativo de diseño gráfico. Munari también fue un precursor de todo lo conocido en diseño gráfico, incluido hoy día el arte fractal y digital.

“Cuando alguien dice: ésto lo sé hacer yo también, quiere decir que lo sabe recrear o de lo contrario ya lo habría hecho”. Bruno Munari.

Muchos años después en la librería “Lectura” del centro comercial Chacaíto, compre un libro del Bob Gill, dónde exponía su método creativo, algo así como: más allá de las reglas del diseño bonito. Leyéndolo en detalle me sorprendió que coincidiésemos durante tanto tiempo, en tantas partes y en tantas cosas, sin conocer sus ideas sobre su método creativo: “dar vuelta a la tortilla”. Todo planteamiento inicial de un problema, le corresponde un replanteamiento. El problema está en el propio planteamiento inicial como obstáculo. Hay que hablar de soluciones e ideas en lugar de diseño. El diseño gráfico debe ser un proceso para resolver problemas de comunicación. Replantéate el problema y harás cosas grandes.

«Si hoy tuviese que publicar mi propio método creativo, el libro tendría novecientas noventa y nueve páginas en blanco. Y en el primer folio el siguiente y único epígrafe a mitad de página: “El problema es el planteamiento” los otros 998 folios son el trabajo de investigación. En pocas palabras: no hay reglas, hay método». Manuel Eduardo Ponte .


(III)* Todo diseño gráfico aspira a ser autoritario.

¿De qué y por qué?

No soy quien soy sino lo que quiero ser, es la respuesta de la humanidad conectada al famoso soliloquio ‘Ser o no ser, ésa es la cuestión’ de la obra de William Shakespeare / Hamlet. Nadie es lo que es en sociedad y menos en una humanidad virtualizada, resultaría demencial. Los homínidos son los únicos animales capaces de virtualizarse, de ‘no ser lo que son’ paras ser lo que quieren ser. Hace millones de años que iniciamos ese camino evolutivo, pero yo prefiero denominarlo plan evolutivo, supraconciencia evolutiva.

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«Cuando Aristóteles definía al hombre como «zoo politikón», hacía referencia a sus dimensión social y política. El hombre y el animal por naturaleza son sociales, pero solo el hombre es político, siempre y cuando viva en comunidad. Por tanto, la dimensión social ayuda a constituir la base de la educación y la dimensión política contribuye a la extensión de esa educación»

De muchas pocas cosas está hecha la realidad “Allí donde están las fronteras de mi lengua, están los límites de mi mundo.” Ludwig Wittgenstein. Es un Maravilloso pensamiento de síntesis que bien vale un blog, y el esfuerzo de escribirlo. Ampliar esas fronteras es el propósito y la acción intelectual de este blog.   Probablemente este pensamiento tenga algún valor pedagógico intrínseco, más allá de su diseño. El Tractatus logico-philosophicu, de Ludwig Wittgenstein fue una de esas lecturas de verano tórrido de juventud. Siempre he tenido un interés por la lógica y la filosofía del lenguaje, lo social, la política y la etología humana. No estoy muy seguro que la obra tuviese un valor místico trascendente más allá de su capacidad subversiva de hacernos reflexionar.

En cambio si lo tuvo el ‘Fausto’ de Wolfgang von Goethe, el poema de los poemas, la tragedia de las tragedias, la filosofía existencial anterior al existencialismo de Sartre y al perturbador nihilismo de Albert Camus. A mi modo ver Fausto era a Mefistófeles, lo que Mefistófeles era a Fausto (perpetuo espíritu de la negación y la contradicción) Uno explica la existencia del otro, la controversia de Romeo y Julieta, donde uno explica al otro en la tragedia. El Fausto fue un factor perturbador  de juventud, ningún libro me enseñó más sobre Hegel que el «Fausto» una bella exposición de la filosofía hegeliana de la negación, y de la filosofía del espíritu.

La Política cuando pretende el deber ser de las cosas (su orden) se convierte en ideología dominante, en dogmatismo, en teratología estética. De ahí la importancia de ampliar los límites de nuestro mundo más allá de la estética política de la lengua, aunque resulte una paradoja, a sabiendas que más allá de nuestra lengua no hay nada. Cuando decimos nuestro mundo, hacemos alusión a nuestra lengua. El problema no es de percepción, sino de conocimientos. La percepción es natural, el conocimiento es aprendido. Siendo fieles al pensamiento de Wittgenstein, se desprende esta idea: ‘el mundo es tan grande y ancho, como procuremos que sea nuestra lengua’. ‘Los límites al conocimiento están en la lengua’ 

Para Aristóteles ‘todos los animales incluidos el hombre tienen voz’, pero solo el hombre posea palabra. Cuando un político dice darle voz al pueblo a ‘la gente’, lo hace desde la convicción que le permite su lengua, y lo que le conviene decir. Los sociólogos sabemos que la realidad no es plana, no es tal cual la percibimos todos, y que a veces la limita la lengua, y menos cuando se presenta en clave de estética política. Lo que subyace a la realidad está más allá de la percepción y de la lengua. Cuando la lengua está construida de lo que percibimos como estética, los sociólogos podemos construir escalas de conocimiento, es decir mundos particulares, mundos virtuales.

Desde hace siglos las ‘ciencias política’ han construido una imagen virtual de hombre, de ahí que digamos que el hombre es una imagen temporalizada, dogmatizada, es decir la doctrina fijada, el Imperativo categórico. El animal político de Aristóteles es el ciudadano, un ser completo. El ciudadano de la ‘Polis’ es aquel que tiene poder ejecutivo, legislativo y judicial, por lo tanto goza de autonomía. Aristóteles no se refiere al bien correcto, universal, sino a todo acto que tiene como finalidad un cierto bien, dentro de la polis, la racionalidad política.

Así la ‘irracionalidad’ cobra sentido Weberiano de  ‘libre albedrío’ Es aquello que está fuera de la racionalidad política, fuera del cálculo y predictivo de las ciencias del comportamiento, en este caso de las ‘ciencias políticas’. Por lo tanto un comportamiento racional es un comportamiento sujeto a valores y normas políticas. En este blog pretendo hablar de la ‘estética del poder’ más allá de las fronteras de la lengua, ampliar sus límites estéticos, hacia una realidad ampliada, la sociedad líquida y sus medios líquidos.

Pretendo ser desde este blog un analista «Omnisapiente» no neutral, porque la neutralidad está fuera de la lengua, del mundo conocido. Sería torpe querer serlo o pretender serlo. Tampoco ser un dogmático, porque sería aquella posición epistemológica para la cual no existe todavía el problema del conocimiento. Dicha posición se sustenta en una confianza en la razón humana todavía no debilitada por ninguna duda.

Hay que diferenciar percepción de pensamiento. El pensamiento «presocrático» sigue dominando hoy día en la política, es decir el pensamiento ingenuo. Es la confianza ingenua en la capacidad de la razón humana para resolver los conflictos. Immanuel Kant resuelve el conflicto entre razón y conocimiento científico en ‘La crítica de la razón pura “es decir que el dogmatismo pertenece al campo de la metafísica.

El animal político viene a ser el hombre fáustico, (perpetuo espíritu de la negación y la contradicción) sin ello la política sería dogma sin reflexión, sin diálogo, sin conocimiento, sin Mefistófeles. Lo paradigmático no es la parte animal en el hombre, es lo político. Es lo que amplía las fronteras de la lengua es su superación. Todo paradigma comienza siendo disruptivo con la lengua dominante del poder.

Este blog habla de los urbanistas, pero también de la nueva configuración de la humanidad en TRIBUS. Ayer fue la contra cultura y la brecha generación, hoy «Minority influence» las tribus globales, los integrados. Parafraseando a Umberto Eco / Apocalípticos e integrados. Una fuente para una parte de la política entendida como (SIGNO) semiótica, es decir: aquello de lo que el signo da cuenta, y no el signo en sí. Me Interesa el sentido, pero no el significado, me es indiferente.

Entre Yevtushenko y Teodoro Petkoff (I)*

Qué difícil me resulta plantearme un viaje a un pasado con más de 45 años en distancia y olvido. Separar el brillo de la sombra, lo trascendente de lo nimio, la ilusión de la utopía, lo idiosincrásico de la apariencia. Una mirada a los años 70’s, es algo más que un relato episódico o sofisma del intelecto. Es un sosegado sentimiento de racionalidad triunfal. Una vista a la contracultura, las protestas sociales, la psicodelia y los campus universitarios. Es una crónica narrativa que describe a una década paradigmática del siglo pasado de mi adolescencia. El decenio de los elegidos, los picos de plata y los nerds. 

Los modernos denominan relato a aquellas cosas inanimadas que pueden echar el cuento, –digo- que las cosas al tener historia hablan de sí mismas, tienen alma –primitivismo animista– relatan lo sensible al conocimiento mágico intuitivo. Los antiguos decimos testimonio, narración, crónica, vivencia. Pero cuando se cosifican los hechos la historia se convierte en obituario, entonces, se producen relatos, de ahí la importancia de separar el relato de narración. A diferencia que a los objetos, la mundología humana cuenta historias, narran experiencias, recrean el universo, producen crónicas. Ambos modelos, relato y crónica, manifiestan y modifican –lo digo sin ambigüedades– mi exacerbada dependencia material e inmaterial con el decenio de los 70´s lo que supuso la pátina oxidada de todo lo que digo y dejo de decir. No pretendo ser auténtico, ni autocrítico, tampoco arbitrario, sólo yo.

Y a pesar de todo ello intentaré describir las intimidades que rodearon mi encuentro con Teodoro Petkoff, el político, porque el humano no se aprende en un día, y a veces nunca. Sólo hubo tiempo para empatizar en lo esencial. Pero eso no me impedirá bosquejar una semblanza amable que nos acerqué al contexto simbólico y emocional de ese momento conspirativo del destino, y el cómo y cuándo surgió el diseño del logotipo del puño alzado del partido, movimiento al socialismo MAS.

Estos hechos se sucedieron a caballo entre dos décadas, estando yo afianzado con un pie en cada estribo de los 60´s / 70´s, quizás fueron los periodos de cambio y efervescencia social más icónico en hitos y paradigmas de la historia del siglo XX. Supusieron los años más fértiles de la contracultura y las sempiternas protestas juveniles. Años de movimientos políticos, sociales, económicos; y de la embriaguez de los  límites al crecimiento, la tercera vía política, y el socialismo utópico libertario; una auténtica cornucopia mecánica del cambio y el hartazgo.

El encuentro con Petkoff ocurrió en Caracas, en casa de los padres de mi amigo Plinio Junior, compañero de estudios en el Liceo Andrés Bello y de extensas lecturas comprometidas y debates inútiles irresolutos. Lo último que he sabido de él, de Plinio, es su ascendente y brillante carrera profesional como profesor y catedrático de Ciencias Políticas y Sociología, en la Universidad de Princeton USA. Y además que sigue casado con mi exnovia Rebeca, también profesora en Princeton University.

“Princeton es una de las mejores universidades del mundo con siete nominaciones consecutivas al primer puesto por la revista US News & World Report; de 2001 a 2018 logró el puesto número uno 16 veces por encima de las prestigiosas Harvard, Yale, Stanford y Chicago”

El Padre de Plinio era catedrático y profesor influyente en la mejor universidad autónoma de latinoamérica: Universidad Central de Venezuela UCV de Caracas. Ellos vivían en un moderno y  modesto edificio de apartamentos frente al Liceo Andrés Bello, en la avenida México, entre el Parque Carabobo y la Galería de Arte Nacional de Venezuela (GAN) y la emisora de Radio Continente.

Esa misma mañana de un día más de primavera, el liceo había sido allanado por los “Tombos” la policía metropolitana antidisturbios del gobierno democrático de Rafael Caldera; después de una intensa protesta de dos días de encierro en el instituto y acoso, los cascos blancos de la policía habían decidido tomar las instalaciones del liceo. En medio de esa batalla campal, entre deflagraciones, gases lacrimógenos, rolazos, y detenciones a diestra y siniestra, pudimos con suerte escabullirnos. El único lugar que se ofrecía franco y seguro para esperar que amainara la refriega y la persecuciones, fue refugiarnos en casa de Plinio, yo y tres compañeros más de estudios.

La Madre de Plinio nos retuvo en el apartamento durante más de dos horas, eran las doce del mediodía, y nos invitó a almorzar. Comimos espaguetis con carne molida, salsa kétchup y PepsiCola. Llegada la hora de abandonar el improvisado refugio (concha), la madre de Plinio, la señora Matilde, no me dejó partir con los demás compañeros, tampoco a Plinio, para evitar que nos metieramos en serios problemas.  Yo era el más joven de todos ellos. La realidad es que siempre me trataron con deferencia familiar y especial protección, incluso me lleve mi habitual dosis de reprimenda y sermón. Así que tuve que quedarme hasta que llegara el profesor Hessen, padre de mi amigo y anfitrión, para luego acercarme a casa, sano y salvo, dónde me esperaba otra regañina más. Los padres de Plinio siempre responsables reprobaron mi precoz e impropio activismo político, por estúpido.

El profesor Hessen llegó a las seis de la tarde acompañado de tres líderes políticos populares «in crescendo» de los medios y rotativos del momento: Teodoro Petkoff, Argelia Laya, Pompeyo Márquez. Wow! Era la primera vez que los veía en carne y hueso a las leyendas vivas de la fuga del Cuartel San Carlos, (prisión militar y política) Eran los futuros líderes de la nueva izquierda democrática, de índole socio-cultural y la propuesta contrastada de un intelectual nuevo que supera las contradicciones clásicas de la izquierda marxista y totalitaria. Además era un referente político del incipiente movimiento «Poder Joven», con el cual yo simpatizaba. Éramos una especie de «flower power sin fronteras». Los cuatro venían de ser entrevistados en la emisora de Radio cercana a la residencia de los Hessen, en la avenida México. 

Teodoro, Pompeyo, y la filósofa Argelia Laya a quien ya conocía de vista de una charla en el aula magna de la UCV. Ellos se sentaron alrededor de la mesa del comedor, se les veía más humanos, más accesibles, como en una tribu. Revisaban y comentaban la sintaxis de los último retoques del documento final de configuración de un nuevo partido político de izquierda no marxista, junto al profesor catedrático de derecho Plinio Hessen –hablaron sin reservas ni misterios –al parecer el documento había sido redactado con anterioridad y consensuado con otros fundadores y actores de la futura organización. La Madre de Plinio también participó activamente en los debates junto a Petkoff, fungiendo de cicerone.  La señora Matilde era buena oradora, poseía un discurso muy agudo, analítico y sagaz, solo equiparable al de Petkoff.

El momento inesperado llegó –lo tengo grabado en el recuerdo– fue cuando Teodoro Petkoff sujetando el documento con la mano izquierda, lanza en ristre, dijo con voz entreverada emotiva y convincente –sólo falta el logotipo para registrar esta vaina– Los padres de Plinio me miraron con complicidad y sonrientes a la vez que me señalaban como la solución al dilema del futuro símbolo. Me sentí ufano, el elegido.

La familia Hessen sabía por experiencia demostrada de mis conocimientos de diseño gráfico e ilustración. Era el creador del logotipo de su pequeña empresa editorial. Y de alguna que otra portada e ilustración; todas ellas óperas primas de un carajito liceísta. Me van a permitir contarles una historia entroncada con la de Petkoff. Luego entenderán su valor y el significado que tuvo en el desarrollo de mi juventud y vida profesional. Y cómo uno de esos trabajos de diseño ordenan y matizan esta historia. La que terminó convenciendo, no sin elogios, del propio Teodoro Petkoff sobre mi idoneidad como creativo y diseñador. Fue la portada y las ilustraciones en plumilla para la  «Autobiografía de Yevgueni Yevtushenko», el poeta soviético vivo más importante de occidente del siglo XX. Dicha autobiográfica es a día de hoy una obra proscrita en Rusia, y quizás sea también, la piedra angular para entender al hombre, al político, su pensamiento y obra.

Años después tuve el privilegio y honor de conocer al poeta ruso Yevgueni Yevtushenko, en la Asociación de Escritores de Venezuela, situada en la Av. Lecuna. Aproveche la ocasión para pedirle que me autografiara el libro que traía de casa, se trataba de su autobiografía. Me sorprendió que el poeta desconociera la existencia de la obra que le mostré. Una edición bilingüe, diseñada e ilustrada  por mí, de su “Autobiografía precoz” basada en la publicada por primera vez en 1963 en París en una revista semanal por Yevtushenko. En 1966 volvería a ser editada en México, en formato libro; pero nada que ver con la versión bilingüe e Ilustrada como la que yo llevaba para ser autografiada por el poeta. 

En ese accidentado episodio pude percibir al poeta nativo que imaginaba mientras ilustraba su autobiografía, incluido el aire que respiraba, era extrañamente el mismo. Vi a Yevtushenko emocionarse cuando fisgaba entre folios e ilustraciones inéditas, a las que yo iba explicando en detalle dándoles vida… La edición clandestina de la autobiografía fue para él una sorpresa, y entre miradas y emociones cruzadas tuvo el propósito de comprarme el libro sin mucho éxito. En un último intento apeló a la intermediación del embajador de Rusia, que nos observaba firme como un gendarme solitario en su garita. Hizo las veces de improvisado delegado de negocios. El ilustre embajador, no era muy diplomático, tampoco destacaba por su lóbulo frontal, hablaba en plata contante y sonante, ofreciendo dinero, regalos, vacaciones en Rusia, y las obras completas de Karl Marx y Engels, en piel. También el embajador iba acompañado de un “jalabolas de turno” el conocido y acaudalado dueño de la joyería Volga, que me dio su tarjeta personal para que pasara al día siguiente por su lujosa Joyería. Intentaron convencerme, lo confieso,  por tierra, mar y aire, que les vendiera el libro a cualquier precio.

Por momentos, y a ráfagas, me sentí atrapado en la decadente escalinata del puerto de Odesa como en el film “El acorazado Potemkin” en medio de una balacera. Si Jesús de Nazaret, soportó cuarenta días, siendo tentado por el diablo, unos minutos no iban a vencer a un budista, neoliberal, consumista, hippie, anarquista, diseñador, publicista, anacoreta, y cliente del McDonald’s, el Tropiburger, el Drugstore de Chacaíto, y la librería Tecni-Ciencia, de la Torre Phelps.

Después de varios intentos persuasivos y tendenciosos de fuego cruzado, no me prostituí, no me vendí. Y dado el interés  caprichoso, pero humano, del poeta por el polémico libro autobiográfico de sus confesiones sobre la II guerra Mundial, que le valieron la prohibición de salida de Rusia, y una de las peores condenas para un intelectual, el ostracismo absoluto, la anulación de la persona, una muerte en vida. Le dije que me sentiría orgulloso y bien recompensado si lo aceptaba como obsequio… En realidad, al final, me quede sin “chivo y sin mecate”.

En los años venideros tuvimos una insignificante e irrelevante correspondencia de mutuos saludos, además de algún que otro díptico publicitario de su vigorosa agenda de hombre renacentista del siglo XX, un hombre orquesta. La última misiva fue para invitarme a su academia de cine en Rusia. Algo que me fue imposible atender.

Pero volviendo a lo que nos ha traído hasta aquí: Cómo conocí a Teodoro Petkoff, la persona, y la crónica de la gestación del diseño del puño en alto del nuevo partido MAS. Ese día de primavera no hubo tiempo para las dudas, las estrellas se habían alineado en mi favor –me sentía envanecido, ufano. Fue el mismo Teodoro Petkoff quien me interrogó sobre la idoneidad y responsabilidad de asumir el peso histórico de crear los símbolos gráficos de una nueva organización política, con pensamiento y discurso contemporáneo propio. Ese día todo resultó complicidad, urdimbre e historia.

De recordar, puedo subrayar unas frases de Petkoff que me acompañarán toda mi vida: “Si la idea del diseño –me dijo– no se inicia de forma subversiva que amotine tu mente, e insoportablemente recurrente, será algo frío, intrascendente, un fiambre de diseño, correcto tal vez, bonito también, pero sin alma. Queremos algo que tenga alma; no corazón, porque el corazón no soporta el tiempo, te lo voy a decir –claro y raspa’o– Si eres capaz de cambiar la visión que tenemos nosotros del logo para el Movimiento al Socialismo MAS, la misión es tuya, pero sólo hasta el próximo lunes, porque tenemos a alguien trabajando en ello»

La percepción que tenía Petkoff sobre mí cambió bruscamente, pienso que fue más por consideración al Profesor Plinio Hessen, que por la portada e ilustraciones del libro de Yevgueni Yevtushenko. Ahora sé que nunca lo sabré.

Me tocó precisar, antes que reafirmarme en el desafío de Petkoff y compañía. Me la estaba jugando: “Si ustedes tienen, como dicen tener, muchas ideas sobre el deber ser de un símbolo, quizás las estén confundiendo con lo que no debería ser el símbolo, e incluso ambas opciones a la vez son probables y legítimas. Y de ser esta última, no necesitan un diseñador, sino un dibujante o realizador que materialice vuestra idea del signo. Y posiblemente ya tendrán a alguien.

Con todo el respeto deduzco que ustedes no tienen ninguna idea final del diseño, porque todas las ideas no pueden ser válidas a la vez. Concurrentes sí, coincidentes no, y menos en un diseño; la dinámica política de los comportamientos sociales, no es extensible a todo y al todo, a veces lo obvio y evidente no tienen la misma presentación social para todos. La legitimidad de un logo es el recuerdo y consenso sobre una idea, no sobre todas las ideas. La concreción, no la dispersión, es el sujeto del diseño. EL signo antecede al logo, es una cuestión de semiótica elemental. Los signos ‘son parte’ de los procesos de comunicación no verbal de la historia de la humanidad.

No existen empresas creadas a partir de un logotipo. –Todos permanecieron en silencio– un signo vacío no es un logotipo, pretende serlo, pero no lo es. Los logos cuentan cosas que las persona ya conocen y asocian. Es un contenedor de experiencias y recuerdos, en definitiva, tienen una carga narrativa emocional compartida.

En realidad, no tengo que ponerme en modo diseño como ustedes bien sugieren, porque siempre lo he estado. Los logos cuentan o narran lo que los signos han ayudado a crear, se llama prestigio, de ahí la personalidad del logo como recuerdo, o el signo como contenedor” también hay signos que subvierten el orden de las ideas, y las orientan. Pero nunca un signo vacío cuenta historias.

Cuando os escuché hablar de la creación de un nuevo Partido Político, les dije, mi mente no os pidió permiso para elucubrar ideas y emociones, y precisar conceptos, es lo que usted definió magistralmente como insurgencia, le espeté a Teodoro –al que todos miran asintiendo un sí con la cabeza– También para buscar referentes empíricos, no pidió permiso, no solo en las ideas políticas, sino también en los signos comunicacionales históricos y la contemporaneidad del mensaje. Mi mente nunca pide permiso para insurgir y luego pensar, yo lo llamo ímpetu que precede al diseño.

Esa tarde: Todos deliberaron sobre diseño representación y función –la que más, Angélica Laya, la filósofa– lo sorprendente fue que no hubo controversia en el tiroteo de impresiones y argumentos, más bien coincidencias muy bien razonadas, no estaba frente a personas tercas e irreflexivas, botarates, sino de cara a la historia y sus gigantes.

Lo último que recuerdo de Petkoff, además de su insondable mirada azul, fue nuestro apretón de manos, que parecían conocerse de siempre y para siempre, y el “adelante, la misión es tuya compañero”. Pompeyo Márquez se acercó a mí, adelantando su mano a la mía, y me dijo: Espero que tus diseños sean tan buenos como tu retórica comercial…

No hay nada más que añadir que ustedes ya no sepan, o que no acierten sobre mi estimación y respeto por Teodoro Petkoff y los líderes fundadores del MAS: Fue un privilegio conocerlos –como quien ve por primera vez el mar, o lo escucha dentro de un caracol, con independencia del método –El problema surge cuando te habitúas a verlos y escucharlos, dejan de tener magia, sobretodo, cuando descubres que el sonido de los caracoles no es el sonido del mar. Tampoco olvido el peculiar contrato de palabra: «la misión es tuya», sellada con un apretón de manos de todos ellos y el abrazo solidario de la ‘La comandante Jacinta’, la brillante y excepcional Angélica Laya, y el de la familia de mi amigo Plinio.

(*)  Primera parte.  10/12/2018 



El factor cubano

Nuestros problemas nacionales como Estado y sociedad libre democrática que fuimos, hasta no hace poco, dos lunas llenas, comenzaron desde el momento que dejamos que Hugo Chávez traicionara la soberanía nacional en favor de la invasión político-militar extranjera (hoja de ruta del Foro de São Paulo). Negar esta realidad nos ha desarmado ante el auténtico enemigo invisible, nos ha debilitado ante el invasor cubano. Hemos sido invadidos, asaltados, saqueados, humillados por una fuerza colonial político-militar adiestrada, en la invasión sigilosa sin balas, doctrina de São Paulo. Lo voy a llamar de aquí en adelante «el factor cubano»  para evitar entrar en conjeturas y adjetivaciones que nos alejen del fondo de la cuestión.

La invisibilidad del factor cubano en los problemas de  ingobernabilidad, ruina y colapso del país, no son por méritos propios del invasor y su aquilatada experiencia colonial, sino, por dejadez y permisividad del oprimido y sus cuitas hemorrágicas contradictorias. La ausencia de una oposición beligerante de fuerza con liderazgo político de amplia base popular, y una clase media dividida y autista, embriagada de éxito social y económico. Ambos con sus antagonismos de clase e interés, obscenamente mezquinos, e irreconciliables a día de hoy, son parte teatral del diseño del invasor.

La cohabitación y coexistencia actual de los viejos partidos políticos del 58 con el régimen totalitario chavista es una (ilusión de armonía) ello ha sido gracias al factor cubano, que han permitido  la existencia de partidos tradicionales viviendo con la dictadura, pero sin poder real y sin líderes, dejándolos expuestos a las exigencias y demandas sociales sin capacidad de respuesta, hasta su autodestrucción.

La clase política teatral en su huida hacia adelante se aferra a la inverosímil vía pacífica, la salida política democrática y pactada con el mayor holding criminal internacional de la historia de Latinoamérica, la izquierda fracasada de siempre, reconvertida en organizaciones corruptas, depredadoras y genocidas. El desconocimiento del factor cubano, como mediador en todos los procesos sociales y políticos, e incluso de seguridad nacional, imposibilitan una hipotética salida pactada de la dictadura.

Ser político no es una esencia humana, sino, una condición ciudadana. Cuando los partidos políticos son sombras de su pasado como sucede en Venezuela, y la actividad administrativa del estado languidece y colapsa, también la figura del ciudadano (sujeto de derechos) desaparece junto con la del político. Lo único que no desaparece en la ecuación clásica de las dictaduras, es la constante histórica de: una minoría dominante y una mayoría dirigida y oprimida, sin libertad, y hasta la miseria siempre.

La figura que mejor representa a la clase política de Venezuela en la V República es el teatro de sombras chinescas. El político en apariencia no ha desaparecido del todo del escenario nacional y mediático, es una sombra que no tiene poder real, sino aparente. Esta falsa ilusión de armonía democrática (electoralista) ha permitido el mayor desmantelamiento de la historia de un Estado de forma gradual y silenciosa con la anuencia colaboracionista de los partidos políticos tradicionales. La exposición a la luz que proyecta el régimen sobre los políticos los ha convertido en actores teatrales (tontos útiles) meras sombras chinescas, sin credibilidad, e incluso, odiados por el pueblo, cansados de su retorica mesiánica pacifica.

Alejandro Magno, discípulo de Aristóteles: fue el primer invasor de la historia con método y diseño de conquista. En los imperios que invadió utilizó «Política de fusión» respetando las instituciones culturales, políticas y religiosas, con la falsa  apariencia de normalidad institucional para evitar el malestar social, y la resistencia. Así ha sido ejecutado en Venezuela  el plan de Foro de São Paulo, por los invasores cubanos, la invasión sin balas. Un ejemplo son los partidos políticos en Venezuela y la Asamblea Nacional, simples sombras chinescas animadas por la luz del régimen.

El otrora político está obligado a ponerle rostro y nombre al hundimiento y colapso del país, señalar culpables e identificarlos, e incluso ‘juzgarlos sumariamente’. La principal tarea subversiva del político será revertir el sentimiento instalado de fatalidad social ruinosa: infortunio, calamidad, desgracia, desastre y desventura, o catástrofe natural divina. Son sentimientos que vapulean al ciudadano desde hace tiempo, desprovisto de nacionalidad y derechos constitucionales. Estos sentimientos son parte del ‘factor cubano’ de dominación, que tiende a Llevar a cero a las personas despojándolas de Churuata, de  guayuco y casabe, e incluso, de sobrescribir sus expectativas de vida a partir del miedo y la desesperación.

La fase de disgregación e integración actual se expresa en el Carnet cubano de la Patria, o censo de integración colonial. Es un proceso de inmersión ideológica selectiva de subordinación simbólica a la metrópoli ultramarina de la isla. Su grandeza radica en el carácter voluntario (chantaje) de pertenecía al nuevo estado satélite de cuba.

Francisco de Goya fue el primer cronista gráfico de la historia, pero también fue un pionero de la gráfica como ciencia subversiva hasta el día de hoy. La intención de Goya era según él. «Perpetuar por medio del dibujo, las más notables y heroicas acciones o escenas de nuestra gloriosa insurrección contra el tirano francés». Si el enemigo ‘invisible’ no tiene nombre ni rostro, ni apellidos, difícilmente podemos luchar contra él. “El enemigo tenía acento francés”

Goya señaló al enemigo, lo hizo insoportablemente visible e inhumano. Le puso nombre y rostro al invasor y al colaboracionista. Expresando las fatales consecuencias morales de una invasión. En algunos de los epígrafes de sus grabados denunciaba la crueldad del enemigo, haciendo así que el lector atienda no solo al heroísmo del pueblo y su voluntad de sacrificarse, contra el invasor francés, sino a la irracionalidad, la injusticia y la barbaridad que surgen inevitablemente durante la guerra de liberación nacional.

Todos sabemos que están haciendo las fuerzas de ocupación político-militar cubanas en Venezuela, es un secreto a voces, pero no somos capaces de materializar al invasor en repudio colectivo activo y militante; hacerlo insoportable, insufrible, convertir la indignación en movilización y motivación contra el invasor.

El éxito de la ocupación cubana es el equivalente al asesino global invisible que acabó con millones de vidas en Europa, los virus. No se pude luchar contra lo que no se ve, ni se nombra. A veces las viejas cosas funcionan mejor sin grandes cambios. Mantener un títere visible en el poder, y si es posible criollo,  que canalice la indignación hacia un enemigo lógico, especie de, Cabeza de Turco. Es la invasión perfecta.

El ensayista e investigador Juan Liscano, me comento que: A los esclavos se les permitía en las fiestas religiosas disfrazarse (vestirse) como los amos, e incluso que hicieran monigotes y piñatas de ellos con toda fidelidad, para ser golpeados y quemados. Una o dos veces al año se les permitía ser iracundos. Eran una especie de válvula de escape, especie de olla de presión.  Este comportamiento es común a todas las culturas en la historia, incluso en la clásica Roma.

El político debe reconvertirse en resistencia anónima subversiva, no por necesidad, sino por lógica y salud pedagógica: La invisibilidad debe ser la norma de la fuerza subversiva. Ser un pendejo y mártir en los calabozos de la contrainteligencia cubana, es un sacrificio inocuo. Sí, es cierto, es muy emotivo, pero no deja de ser estéril. Que el desgaste cambie de bando es hacer público y visible el rostro del enemigo cubano en cada acción. Organizarse por debajo es subversión, lo contrario es sumisión,  suicidio ilustrado del pendejo.

El problema letal para una sociedad es estar inmerso en una guerra y no reconocerla como tal, ni reconocerse en ella. Hay muchos muertos, hambre, desmovilizados, presos políticos, destrucción, ruina y colapso del país, y peleas teatrales cainitas,  pero no producto de la guerra sino del infortunio y la crisis económica y política (crisis de liderazgo) de ahí la importancia del mantenimiento por parte del invasor de la fachada institucional de los partidos políticos.

La ecuación Alejandrina del invasor perfecto (menos es más) ha sido perfeccionada exquisitamente por el invasor cubano. Si no ves al enemigo no hay guerra. Es una cuestión de cirugía, contra menos invasiva sea la intervención, mejor.

Sin un enemigo perceptible e incluso palpable,insoportable, la guerra de invasión u ocupación es una abstracción intelectual, y por defecto, el invasor también.  No hay  tanques de guerra, ni tropas, ni uniformes, ni acento cubano, ni banderas de la ocupación. El invasor invisible no es el problema, el problema es otro, es el hambre, la miseria, la guerra económica, el sabotajes, y la derecha fascista.  Es el círculo virtuoso Alejandrino: la negación del invasor, per se…

Un Réquiem por las almas de las instituciones y los partidos muertos en 20 años de invasión cubana silenciosa y sin resistencia.

“El vacío del vértice»

Obra de la Artista: Michelle Maguire

 

El vértice del miedo.

La imaginación sociológica para mí es: “la praxis de descubrir cosas donde otros ya no ven nada o han dejado de buscar” Lo denomino, fenomenología de la cosificación del mundo y de las ideas concomitantes pero sin conciencia. En ese mismo orden se suceden, cosas con ciencia, o sin ciencia, y solapadas. La subordinación al mecanismo de «cosificación» en las ciencias sociales, no es otra cosa que el mecanismo de enmascarar lo sensible al conocimiento crítico. Dejamos de ver en lo cosificado el elemento cosificador, es decir, el ser social de las cosas.

La teoría psicológica de Abraham Maslow conocida como ‘Pirámide de Maslow’ es una de esas “cosas” cosificadas por el intelecto científico. La teoría de la escalabilidad de la Pirámide de Maslow no ha tenido utilidad fáctica alguna para la ciencia, pero sí fondo de armario en muchas otras teorías sin conocimiento del hombre primitivo y sus necesidades biológicas y sociales. En realidad el hombre primitivo, el de las necesidades primarias, nunca dejo de existir. El hombre como homínido superior, es un ‘ser programático, antes que cualquier otra “cosa” descrita por ‘el ascenso del hombre / de Jacob Bronowski’ No es un animal que evoluciona escalonadamente quemando etapas irreversibles como la genética, especie de máquina del tiempo, sino que, dichas etapas las acumula como parte marginal de conocimiento cosificado.

El animal inacabado (el hombre) es capaz de representar desde la primera a la última de las etapas de la evolución socio-cultural, no existe el ascenso lineal; el ascenso como progreso sí, pero lineal no. A mi modo de ver: El principio teórico de la ‘Pirámide de Maslow’ se debería plantear, también, en escala descendente. No es una pirámide de la evolución, eso es cierto, sino del progreso del hombre en términos psicosociales, por lo tanto, puede darse en ambos sentidos, una vez alcanzado el vértice, en las sociedades más avanzadas y desarrolladas, de forma inversa al movimiento de la historia conocida cosificada. De ahí, las conjeturas del sociólogo norteamericano Alvin Toffler. ‘Aprender y desaprender’ es la nueva máquina adaptativa de la humanidad. Realmente siempre ha sido así la ecuación; pero debo decir a favor de Alvin Toffler, que ahora lo es en forma de conciencia colectiva en el vértice de la pirámide, el espacio de la descosificación. Es el nuevo sustrato de las masas; algo que nunca tuvieron antes en la historia. “Masas capaces de aprender y desaprender según sus necesidades aprendidas en sociedad”. En realidad no todo es aprendido, sino, aceptación y resignación. Es el mecanismo del éxito de lo social.

¿Es posible la reversibilidad de la Pirámide de Maslow?, es decir, que ella revierta el sentido de las necesidades, con independencia de los niveles de satisfacción humana de las sociedades avanzadas, ´si asumimos que lo satisfecho, ya no cuenta, no suma. Estaríamos ante hechos inéditos. Los pueblos descienden hacia necesidades pseudobiológicas, o más bien, suprabiológica; sucede cuando lo racional deja de operar en la conciencia, la posverdad. “Sólo las necesidades no satisfechas influyen en el comportamiento de todas las personas, pues las necesidades satisfechas no generan comportamiento alguno, o movimiento” ¿Y qué pasa en las sociedades hipersatisfechas?. ¿Acaso se detiene el ritmo de ascenso social? Si atendemos al principio de: “Las necesidades fisiológicas nacen con la persona (el animal), el resto de las necesidades surgen con el transcurso de la vida en sociedad. El fenómeno ‘concomitante’ entre lo básico y lo racional, nos permite desandar la pirámide, es decir, desaprender.

El nacionalismo y/o el populismo son la expresión de este fenómeno antropológico, social y político de la ‘concomitancia’; es la reversibilidad de la Pirámide psicológica de Maslow. Satisfechas todas las necesidades e incluso las falsas y las intelectuales en las sociedades avanzadas, éstas no generan comportamiento alguno. Todas las viejas conquistas satisfechas, según el enunciado de la cúspide de la Pirámide de Maslow, no generan comportamiento alguno, son anuladas. Ya nada les representa como valor. Los lazos morales, la convivencia, la moralidad, la creatividad, la espontaneidad, la falta de prejuicios, la aceptabilidad, e incluso las leyes, y el contrato social roussoniano. Sí no se puede seguir avanzando en la cúspide, en el vértice, se deja de pertenecer a ello, lo cosificado deja de serlo, y sólo queda ‘aprender y desaprender’, volver a la necesidades tribales de lo básico, lo primario de las culturas ancestrales, la tribu como necesidad, donde eramos felices y no lo sabíamos.

El problema político de los demócratas con el nacionalismo, son sus propias contradicciones, la sociedad abierta como moral última se cosifica, se vacía de contenido. Al contrario sucede en el ceno del nacionalismo radical escéptico, limpio sin macula, que adolece de tolerancia, abertura y convivencia. Las necesidades básicas no necesitan de un componente moral. Lo arcádico no responde a ninguna teoría, que no sean las leyes naturales del reino animal, y el edén, la patria bonita, el orgasmo definitivo. En otro orden de ideas, el nacionalismo es la expresión política de la religión horizontal sin Dios.

¿Qué sucede en el techo de la Pirámide, el vértice del miedo, cuando las los valores de cohesión, convivencia, sacrifico, solidaridad, representación, respeto, libertades, universalidad, leyes y moral. Una vez satisfechas las viejas necesidades estas ya no generan comportamiento solidario alguno; han caducado como los Yogures? Los nacionalismos son la expresión de las sociedades ociosas, sociedades del bienestar, el progreso, que aprenden y desaprenden en su camino de vuelta a la base de la Pirámide de Maslow, el mundo de las necesidades básicas y primarias como la tribu, creadora del concepto de hogar. La vuelta feliz a casa, dejar la aldea mundial para volver a la aldea real.

El overbooking en la cúspide de la Pirámide de Maslow es un problema real actual. La globalización ha puesto en ‘riesgo’ (ciénaga) la convivencia en la autorrealización del estado de bienestar. Si el mecanismo psicológico que describe Maslow es real, como la lotería de navidad; la desactivación por efecto de la dinámica de la satisfacción de necesidades de autorrealización en el vértice de la Pirámide, crea malestar (globalifobia) la vuelta a la base de la Pirámide, es una “nueva” necesidad del orden de las primitivas, la tribu, o la vieja nación. Mi tesis sobre el vértice de la pirámide se basa en la pregunta ¿Qué pasa después de la autorrealización en el vértice? ¿Se avanza, pero hacia dónde? ¿Después de la autorrealización qué? En realidad el vértice vacío, es el vértice del miedo, la globalifobia, “la rebelión estéril” Según Maslow nadie regresa del vértice, a menos que las condiciones materiales cambien a peor.

Retorno sobre sí (la posverdad)

Política de la posverdad

Una sociedad embarrancada, que no reconoce las causas objetivas de su fatal deriva hacia el colapso, es una sociedad perturbada por la dinámica de la ‘posverdad’. Esta configuración mental, no ideológica, es el sustrato que yace en el populismo de nueva generación. Cuando los hechos objetivos —y digo objetivos— y la razón, tienen menos influencia, menos peso que las apelaciones a las emociones y las vísceras. Tal afección de la razón y la percepción, se denomina: política de la posverdad (o política posfactual) lo fáctico como realidad es superado por las emociones, el estadio superior de realidad factual.

El arco narrativo histórico que explica dicho modelo tiene cuatro décadas operando sin oposición, ni objeción.  Yo lo llamo: ‘efecto posvietnam’ aunque tiene poco que ver con esa guerra, pero si con la conciencia ‘colectiva’ que vino después, la guerra de las emociones, hasta llegar a las verdades poéticas de Stéphane Hessel, y su arenga a las emociones: ¡Indignaos! o perecer.

El legado de Theodore Roszak, a mi entender fue el descubrimiento de la fenomenología de la «política de la posverdad» no la llamo así, pero describió prolíficamente como nadie en la sociología, los síntomas y afecciones de una generación, pero a través de otro de los grandes conceptos de la sociología contemporánea: «la contracultura» En mi formación intelectual hay dos libros esenciales: «’El nacimiento de una contracultura’ / ‘El hombre inacabado’» Pocos ensayos despiertan los sentidos del aprendizaje y la imaginación que estos dos gigantes de la ciencias sociales.

“Cuando la ciencia y la razón de estado se convierten en siervas de una magia negra política, no inteligible. ¿Qué fuerza moral tenemos para reprochar a los jóvenes el haberse zambullido completamente en un oculto «estado de excitación jungiano» en busca de vibraciones buenas. Capaces de eliminar lo malo?”

Cuando la crítica abandona su espacio vertical tradicional, sus dueños: las elites del poder (política, ciencia, economía, cultura, y medios de comunicación social) y pasan a la calle, es decir se hicieron horizontales (conversación y mercado) éstas se convierten en el «Quinto Poder» o más bien desplazó a los tradicionales medios de comunicación social «Social media» Lo constatamos todos los días en USA, con el presidente Donald Trump, que vapulea a los medios tradicionales de comunicación, sin consecuencias; medios despojados de su poder vertical. El vetusto, «Cuarto Poder», pero de lo que no estoy seguro, es que, la sociedad de la posverdad, pueda compartir espacio social con el «Cuarto Poder». En ciencias políticas se dice que: Una cosa es tener poder aparente, y otra el poder real que se materializa.

Con la aparición del Antropólogo Alexei Yurchak, hay más luz al otro lado de farola de la opinión pública de la sociedad posfactual. La «Hipernormalización» es el concepto con el cual este autor describe las paradojas de la sociedad soviética durante las dos últimas décadas de ese régimen. Es el nombre asignado al rechazo a reconocer la implosión del sistema durante su caída. “Everything was Forever, until it was no more: the last soviet generation (2015)” Hipernormalización es el concepto «sintáctico» con el cual este autor combina hechos, y establece relaciones invisibles al intelecto, de forma magistral, y los convierte en herramientas de análisis social: ‘Todo fue para siempre, hasta que no fue más’.

Siempre, o casi siempre, me he mantenido al margen de la sociología de las etiquetas del «antes y del después» como si ellas por sí solas explicaran los fenómenos del cambio social. Tales prácticas suponen un principio de lógica perturbadora, atrayente (Yonki) de las etiquetas). En el concepto de «modernidad y posmodernidad», Alain Touraine, muestra su preocupación por las formas ‘absurdas’ que toman a veces las teorías sociológicas a partir de etiquetas.

Dice Touraine: “La idea de modernidad no parece, en ningún lugar, añadir gran cosa al análisis de lo que yo he llamado «social» de la vida social. ¿A caso, no se llama moderno a algo que es creado y constantemente transformado? La oposición clásica desde hace mucho tiempo, entre «comunidad y sociedad», ¿no hace de ésta un concepto de modernidad? ¿No pensamos que la modernidad aparte los tronos y los altares para dejar a la sociedad administrarse a sí misma… (Un nuevo paradigma / Cap. 5 / EL RETORNO SOBRE SÍ. / pág. 95.)”

Acaso la posmodernidad, “¿es hablar del «fin de lo social» la sociedad ha muerto?” Estamos afirmando, con el uso de la etiqueta, la desaparición de todo principio histórico central de la definición del conjunto social. Digamos que tal aberración no soporta el escrutinio de la lógica clásica o «principio de de no contradicción», según el cual una proposición y su negación no pueden ser ambas verdaderas al mismo tiempo y en el mismo sentido. En realidad no hay nada en el medio entre «modernidad y posmodernidad» nada que se pueda considerar un paradigma, una ruptura epistemológica con la historia de la modernidad e incluso de la realidad.

La transición hacia la posmodernidad, sería algo así como: ‘La muerte de la sociedad agotaba en si misma’. En realidad me parece una ‘categoría absurda llevada al límite de la lógica basada en el ‘principio de identidad’, todo ser es idéntico a sí mismo. La sociedad moderna deja de serlo, si los individuos dejan de ser ciudadanos. La horizontalidad no mata al ciudadano, por consiguiente sigue habiendo sociedad. «Si algo deja de ser moderno, es porque ha dejado de cambiar» Y ese no es el caso de la sociedad actual. De algo estoy seguro es de que la sociedad, no va a volver sobre sus mismos pasos al pasado de los orígenes de la modernidad, la comunidad, donde no se reconoce la ciudadanía. En realidad la sociedad de los derechos de los ciudadanos, no fue una evolución, sino una invención. El paradigma de la sociedad moderna.

La modernidad ha dejado paso, eso sí, a la secularización del individuo civil, y éste a una sociedad sin apegos, «la sociedad líquida» la génesis de la «política de la posverdad». Este post pretende situar el origen histórico de la posverdad, que no es otro que la secularización del «poder vertical» iniciado en la modernidad. A veces creemos que el proceso de socialización, es de maduración y consolidación de la sociedad, hacia formas más apegadas a la razón, a la historia y sus vínculos; o que una sociedad es incapaz de aprender y desaprender, y volver sobre sus pasos a la protohistoria, especie de «Bosón de Higgs» la partícula de Dios, el principio.

La globalización es una maquina centrifugadora del modelo estático de «modernidad» lo que debilita sus vínculos históricos con el concepto de «ciudadano nación» a medida que se expande como los gases, sus valores son mas débiles, e incapaces de mantener la cohesión social de los estados, generando malestar «estado de excitación jungiano». La modernidad creo el concepto sólido de ciudadanía y nación, y ahora lo diluye en la expansión del mercado. La modernidad sigue su curso inexorablemente, como «Saturno devorando a sus hijos».

La globalifobia, es el modelo de respuesta a la expansión del mercado, «implosión» el agujero negro del malestar, ideología de la indignación. Una fuerza de tales magnitudes «jungiano» sólo es posible en una sociedad tutelada por la «política de la posverdad» donde la realidad fáctica es superada por las emociones, el estadio superior de realidad factual. Si hay, hoy día, un slogan que la desborde es « ¡Queremos más mundos en el mundo! ». En realidad la frase es fantástica y elocuente, invita a la reflexión, pero no responde a hechos objetivos, sino, a emocionales colectivizadas y tribales. ¡Si lo sueñas, puedes!.

No digo que no sean legítimas las reivindicaciones «teleológicas» de su discurso, por la diversidad cultural y la integración social. Solo señalo un aspecto relevante del malestar cultural por la pérdida de las raíces, «Root man» en un entorno disruptivo de la «sociedad del mercado» frente al tradicionalismo reivindicativo y continuista, per se.

La Rebelión estéril

Filoarcádico

Es un neologismo que fue creado como constructo para dar entidad a las nuevas nociones teóricas de la sociedad líquida de Bauman. El vocablo aparece por primera vez en el ensayo ‘La Rebelión estéril’ de Manuel Eduardo Ponte. El neologismo «Filoarcádico» está compuesto por dos vocablos con raíces griegas: φίλος (philos) que significa amor o amistad. Y ρκαδία, (Arkadia) un lugar edénico, utópico, idílico. El vocablo «Filoarcádico» es una categoría sociopolítica para definir una series de variables y comportamientos sociopolíticos, y psico-anímicos, producto de una nueva generación de fenómenos que eran manifiestos pero innombrables; de ahí surgen las necesidades de nuevas denominaciones, más específicas, que abarquen sólo lo que se quiere renombrar. Muchos de estos nuevos vocablos son la continuación del camino iniciado por el sociólogo Zygmunt Bauman en el ensayo “la sociedad líquida”. La Globalización ha abierto en canal las ciencias sociales, e incluso contra a su propio reflejo, la globalifobia —es decir— la parte marginal manifiesta, entendida pero no comprendida en la nueva sociedad. Es un intento de acercar fenómenos complejos del ámbito conjetural del devenir histórico fusionado —porque toda conducta política tiene por necesidad un pasado implícito— la tesis está fundada en la idea de que ninguna tribu como organización política parte de cero incluidas las tribus urbanas; parece ser una obviedad pero las obviedades son los puntos ciegos de las ciencias sociales y políticas. En las obviedades se pierde la sustancia y la especificidad de los fenómenos.

La sociología comprensible para no sociólogos, no existe, pero sería válido un intento de acercamiento a las nuevas teorías y tesis del cambio, en principio entendibles, objetivables pero no siempre comprensibles. Si bien éste no es el fin último de ‘La Rebelión estéril’ sino, el intento de acercamiento teórico a una nueva generación de fenómenos inéditos, sólo comparables a los cambios generados por la revolución industrial en la sociedad, ‘el hombre opaco’. La construcción de una nueva realidad política en términos de negación de la obviedad o sustancialidad, es producto de la realidad líquida: a mayor dilatación de las sociedades abiertas, mayor es la negación de lo real. Lo que Manuel Ponte llama: “la vuelta a casa, a las raíces” Esta idea la deja abierta la «Modernidad líquida / de Zygmunt Bauman» dónde lo obvio es encubridor de la realidad, es oscuridad.

La unión de estos dos vocablos evolucionan por necedad en una nueva morfología sintáctica de los conceptos y sus raíces, que nos ayuda a definir y conceptualizar fenómenos que se sitúa fuera del análisis tradicional sociológico y la antropología, la zona silente del conocimiento científico, o punto ciego. Lo que no tiene definición es aquello invisible perteneciente a la caja negra de las especulaciones del racionalismo crítico popperiano.

El socialismo utópico idealista premarxista teórico ha evolucionado hacia otras formas más dinámicas y populares, menos teóricas y elitistas que las del pasado, por lo tanto más productivas y eficaces; a niveles más simples mayor es su eficacia —eso sí— no ha logrado a día de hoy desprenderse de su ideología historicista del cambio radical hacia la ‘arcadia antropológica’ del hombre en armonía con la naturaleza, origen de la moral comunista. A mi modo de ver es la idea del “Hombre ya evolucionado de vuelta a casa, a sus raíces”. Friedrich Engels, le dio muchas vueltas a esta idea sobre la evolución del hombre; buscando una explicación natural biológica que fortaleciera las tesis comunistas, al final de su vida, por ello se interesó por las ideas científicas de Darwin.

A ésta transición del socialismo utópico hacia formas populistas de enfrentamiento con la globalización per se, de los mercados, los capitales, la técnociencia, y del desplazamiento del hombre de su centralidad histórica —como la definiría el sociólogo Alain Touraine— ha generando los mayores niveles de malestar popular cultural que el manido capitalismo salvaje inhumano’ de la propaganda de izquierda del siglo XX. El malestar no está en el capitalismo de origen, sino en la pérdida de centralidad del hombre de sus raíces.

La globalifobia, recoge toda la tradición histórica del descontento cultural, lo hace visible inteligente e insoportable y popular, convirtiéndola en una fuerza superior a todos los miedos ideológicos manidos anteriores a la globalización. En un curioso ensayo inacabado de psicología social de Sigmund Freud, él establece un principio que lo he llamó ‘función cinemática de la cultura’ especie de teoría del movimiento; Freud dice: …Mientras más se desarrolla la cultura, más crece el malestar en ella. Yo la adaptaría a los nuevos tiempos de modernidad líquida, «que contra más se expande la cultura, más crece el malestar» como motor político del cambio extremista de la izquierda y la derecha en su vuelta a la zona de confort político.

Manuel E. Ponte apostilla una vez más en su libro sobre la Rebelión estéril: “Hasta hora yo creía que la teoría fenomenología de ‘el hombre unidimensional’ de Herbert Marcuse era una tesis acaba, que no existían condiciones materiales objetivas que contradijeron este principio o avatar del hombre en las sociedades opulentas. El problema estuvo en considerar a la sociedad opulenta como un todo, como un cuerpo orgánico del modo de producción industrial, que lo que afecta a una parte afectará indefectiblemente al resto. En realidad, las sociedades no son homogéneas dependen en grado de su identificación con el modelo productivo, y implicación en el reparto de papeles”

La organización de la mentira (Populismo)

podemiruso«El intelectual no puede hacer nada más, no puede hacer la revolución. Las revoluciones hechas por intelectuales son siempre muy peligrosas» Umberto Eco.

La imaginación es ‘la capacidad de pasar de las transformaciones más impersonales y remotas a las características más íntimas del yo humano’, y de ver las relaciones entre ambas cosas. —De ahí que la ‘imparcialidad valorativa’ sea una creación romántica de las ciencias sociales— Para mí, es el factor humano, ese que ha construido el sentido filosófico de la vida, esa vaina en la que nadie nunca se pone de acuerdo.

La imparcialidad, es la pesadilla fáctica del yo primate, sin resolver. Lo que más jode al humano es el conflicto interior, no dialogado, con su yo mono. Ser imparcial es una entelequia rupturista, o creación cultural de los humanos, desdoblándose de la personalidad nativa y opaca, el mono..

No me gusta ser imparcial, porque contradice mi rol de sociólogo. Un profesor de sociología en la UCV, me dijo una vez, siendo yo estudiante, qué ‘sólo los muertos eran imparciales, porque no podían opinar, y mucho menos hacer ciencia’. Hoy en día esta de moda decir con elocuencia: ‘Una cosa es opinión y otra es información’, como si la información fuese neutral, ajustada a los hechos. En realidad el mundo está recreado de perspectivas inacabadas (polvorín), de ahí que dividamos el mundo, en concepciones político subjetivas,  en izquierda, derecha y populismo multicolor. Decía Umberto Eco, en su última novela (Número cero) «no son las noticias las que hacen el periódico, sino el periódico el que hace las noticias, saber juntar cuatro noticias distintas significa proponerle al lector una quinta noticia»

La creencia de que hay dimensiones escondidas bajo la realidad, se conoce como: ‘piretología’ y la jerarquización de dicha dimensión llevada a la política se llama Podemismo. La descripción y diagnostico del fenómeno del populismo por parte de la elite intelectual, científica, y en los (mass media) de comunicación, es contradictoria. No podía ser de otra manera, de ahí que, unos lo perciban como un problema de orden político, y otros como un fenómeno social romántico, de oprimidos vs. opresores. —Es la vieja teoría del buen salvaje de Rousseau, el sueño recurrente de la izquierda nihilista, enfrentada, per se, con el sentido de la vida, o modelo capitalista, creador de malas conciencias.

Hay quien se indigna por primera vez, como si ese sentimiento reflexivo y moral, fuese una revelación única, del verdadero sentido y dirección moral de la humanidad (‘la piretología’). Ello empodera al individuo y lo legítima para otras acciones rupturistas con la realidad, la realidad ya no me representa, (la negación nihilista) como afirmación posibilista de una nueva conciencia (germinal) de la libertad, el hombre nuevo. La organización de la mentira, es antitética al establishment, y sus élites, presentadas como castas dominantes. Lenin, lo tuvo claro: «Si no eres parte de la solución , entonces eres parte del problema . ¡Actúa!»

El mensaje y el sentido del manifiesto de Stéphane Hessel, de todo es malo, y puede ser aún peor, despierta la conciencia ‘piretológica’ del Podemita, o adánico. Estar indignado te capacita para todo, incluso, para reinventar el mundo. Ustedes se imaginan a alguien así en política. Claro que sí, se llaman Podemita español, nuevo estado de ilustración del siglo XXI.

La imaginación sociológica, dice, W. Mills, nos permite captar la historia y la biografía y la relación entre ambas dentro de la sociedad. —Yo agregaría más— también las relaciones entre las cosas en tiempo real, como manifestaciones del cambio. Esa es su tarea y promesa. Reconocer esa tarea y promesa es la señal del analista social clásico. El sentido común nos hace creer que en política, nada está inventado, pero en realidad, si que lo está.

El enfrentamiento taxativo (irrebatible) por el control del movimiento populista PODEMOS, entre Pablistas vs. Errejonistas, ha dejado al descubierto las vergüenzas (el culo al aire). Las contradicciones físicas, ideológicas, y ambiciones entre el «aceite y el vinagre» el resultado ha sido una división de libro «fifty and fifty» por el control del aparato, o control de la cosa. El concepto ‘hippie’ de los hijos de las flores, ‘paz, amor y fantasía infinita con la naturaleza’, no ha existido, ni se le espera. La política, supera la comuna ideal del falansterio anarquista de la igualdad y la idea de justicia distributiva. No todo es plebiscitario en la sociedades complejas. No lo he descubierto, yo. Fue el estagirita Aristóteles, el que intuyo el concepto de sociedad compleja, y la delegación de poder, como uno de los granes logros de la civilización occidental, contra el desgobierno de todos, opinando de todo.

La división ideológica, no puede definirse como armonía, sino antagonismo, puro y duro. Ni en sociedad, ni en manada, la competencia por el liderazgo y el territorio, resultan benévolas. Aquí lo visible, es una pelea callejera de testosterona sin ideas. Es un combate de ambiciones, sin corazón, en términos de negocios y accionariado. Si esta pelea entre gallos por el coroto ( la cosa) es un ejemplo de modelo de “regeneración democrática” yo soy un pingüino nativo del sahara.

‘No hay que alterar nada, si queremos altéralo todo’ El enunciado no es errático, solo funciona para la política, responde a una ley ‘natural de la sociedad’. Es lo contrario a las leyes positivas, que regulan la política en democracia (sociedad analógica). Si no te mueves por mucho tiempo, te mueven a la fuerza, carajo!

El empoderamiento social horizontal (sociedad hiperconectada) regula esta nueva ley del movimiento político. Lo estático conspira contra sí mismo en el populismo. Lo decía Pablo Picasso: «La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando»

Esta nueva versión inversa al aforismo literario de la novela El Gatopardo: «Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie». “Es una de esas batallas que se libran para que todo siga como está»  La frese de la novela el ‘Gatopardo’ de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, es una de esas freses brillantes que inauguran un nuevo tiempo para un nuevo siglo. La política, se reinventa en estos aforismos literarios, cuyo único fin es  la de ilustrar nuestra propia incapacidad de síntesis, ‘incapacidad de pasar de una perspectiva a otra’ diría: W. Mills. A veces pareciera ser más un recurso retorico, que una constatación de los hechos.

Contradecir la realidad histórica, es Podemita, e incluso negar los hechos, es Podemita; es una necesidad de la nueva política (el populismo) La historia no se refuta, sino que se niega (he ahí el método marxista) Contra las ideas hegemónicas, la negación como metodología marxista es de libro (digamos que la discusión no se halla en Hegel) No se trata de filosofía de las ideas, ni de una concepción del mundo, sino de método revolucionario. Como diría Lenin, ‘la revolución es la organización de la mentira’ Ha sido así en el socialismo utópico, y sigue siendo así hoy día, como gramática y estética del populismo.

El populismo, sin ideología, se reinventa en el pragmatismo organizativo, en realidad no existe ortodoxia populista. Existe pragmatismo sin ideología, organización. Primero porque son incapaces de generar sus propias ideas. Segundo porque los populismos se rebelan verbalmente contra todo lo existente, contra los convencionalismos, incluso su propio credo. Y si es necesario contra sus creadores, como ‘la purga contra los errejonistas’. Si existe el populismo, este por definición es movimiento. No tiene marco positivo, no hay ley que lo regule, porque todo en él, es naturaleza (pulsión) instinto.

“Existe la conciencia del enfermo y el enfermo en la conciencia” Una esta legitimada, la otra es miseria para quien la padece. Una es consecuencia o respuesta biológica al medio, la otra es cultural. Una es benigno, la otro mortal. La sociología y la antropología explican bien esta configuración psicosocial en las sociedades urbanas (la cultura de la pobreza).

Una parte del éxito del populismo, es entroncar con ‘el enfermo en la conciencia’. homologar promesas y beneficios con frustraciones atávicas nativas. He ahí, la mecánica del relato populista, que no es nuevo, es nativo, de la cultura de la pobreza, el odio, la exclusión, la ignorancia y el fracaso; bases del modo rupturista con la realidad. No es un modelo de izquierda, ni de derechas, sino de expectativas: “En realidad el mundo está recreado de perspectivas inacabadas (polvorín), de ahí que dividamos el mundo, en concepciones político subjetivas,  en izquierda, derecha y populismo multicolor.

¿Qué es lo qué no vemos, que nadie ve, que tú ves, que nadie ve? Para el Nobel de literatura Bob Dylan, la respuesta estaría en el viento. Pero me parece a mi, que ese viento es del siglo pasado; pero estamos en tiempo muerto, agonizando el año 2016 y sin respuesta aparente. A un intelectual nunca, pero nunca, le plantees esta pregunta, porque se situaría fuera de la lógica formal, el jardín fecundo de las especulaciones elegantes. Estamos obligados a opinar, sobre opiniones, no sobre realidades, se opina sobre lo que no se ve. Al final terminamos viendo lo que nadie ve, la nueva realidad del cambio. Las masas sólo ven lo que tú ves que nadie ve. Se cumple aquí el mensaje de: Godot no vendrá hoy, «pero mañana seguro que sí».

Un análisis marxista clásico nunca hubiera podido entrever que la tecnocrática América fuese capaz de producir un elemento potencialmente revolucionario entre su propia juventud. La burguesía, en lugar de descubrir a su enemigo de clase en las fábricas, lo encuentra al otro lado de la mesa llena de mantequilla y bistecs, encarnado en sus propios hijos mimados. « EL NACIMIENTO DE UNA CONTRACULTURA / Theodore Roszak»

“La verdad aspira a lo real”

El Nudo gorromeo

Asistí al último seminario del monstruo contemporáneo del psicoanálisis el francés, Jacques Lacan en el Ateneo de Caracas / 1980. El Fundador de la Escuela Freudiana de París, era un mito viviente para mi generación. Asistí como estudiante, no como aprendiz y sí como entusiasta de Freud, un año antes de su fallecimiento en 1981. Debo confesar, que prendí de su descarada carencia de humildad, propia de quien es gobernado por el conocimiento. Estaba hecho de ese material escaso e inaccesible a las masas, la personalidad independiente y “el conocimiento inútil”, que ebullecía a borbotones en sus palabras, y hasta en las largas, larguísimas pausas. Como formulara Jean-François Revel a la acumulación de conocimiento perecedero, que nos llevamos a la tumba, y que nadie hereda, ni tan siquiera la memoria de los libros.

Fue la década más sórdida del siglo XX “Annus horribilis” más allá de la estética social de un mundo que se presentaba como sociedad neo-Kitsch. Incapaz de inventar nada original y duradero. Muy parecida a la transversalidad podemita, en estética, moral y política; el detritus, el decenio perdido.

Lacan, había alcanzado en vida, a los 80 años de existencia, el grado máximo que concede la popularidad a un destacado intelectual de su tiempo, el título de ‘mito viviente’, un eslabón superior al de las celebridades y los premios Nobel.

“Yo digo siempre la verdad: no toda, porque de decirla toda, no somos capaces. Decirla toda es materialmente imposible: faltan las palabras. Precisamente por este imposible, la verdad aspira a lo real” El Lacan que conocí, era antitético, estaba más cerca de la realidad que de la verdad… ¿Lacan está contenido en este párrafo? Sí la verdad está estructurada por tres registros “lo Real, lo Imaginario y lo Simbólico” elementos de naturaleza tópica, entonces la verdad es sólo una parte, no cuantificada de la realidad. Lacan, no niega la posibilidad de alcanzar el conocimiento ultimo, lo real. Sólo habla de las limitaciones, a mí entender, del lenguaje estructurado en la psiquis. En realidad, nos quiso decir que: «estamos construidos de verdades, no de realidades, mundo social» Es la zona cero del psicoanálisis de Lacan.

«Retorno a Freud»

«Nudo Borromeo» El Nudo Borromeo le permite a Jacques Lacan transmitir su legado cognitivo de los fenómenos a través de la experiencia analítica y clínica de los campos y dimensiones que Lacan sustancia como registros, “lo Real, lo Imaginario y lo Simbólico” Estos tres registros se encuentran relacionados conformando una tópica. Esta ‘tópica’ constituye una estructura que se puede representar ejemplarmente como elementos ‘anudados’ de un modo semejante a un Nudo Borromeo.

“El psicoanalista Lacan utiliza el Nudo Borromeo para indicar la estructura que forman los tres registros del «ser hablante», tal como se presentan en la experiencia analítica: el registro de “Lo Real”, el registro de “Lo Imaginario” y el registro de “Lo Simbólico”, cuyo triple enlace define el objeto por, «causa del deseo»…”

Nadie puede negar la capacidad que tenemos los humanos de conocer la verdad de la realidad. —Lo que nos convierte en los únicos animales bípedos arrogantes. El problema está en que esa realidad no cuenta toda la verdad, por su propia naturaleza tópica estructural, porque estamos construidos de verdades asumibles, simbólicas, llenas de mensajes culturales. De ahí que ‘Sigmund Freud’, dijera que el estado natural de la sociedad es la neurosis, una consecuencia de la sociedad como represora de nuestros instintos. (Toda cultura es represora de la verdad) Si estuviésemos construidos de realidades en vez de verdades, nuestra naturaleza social seria otra. Qué inteligible y útil resulta ser Lacan para la sociología actual, y que bien se complementan; sin la aportación de Lacan, cuesta entender “el método sociológico de Émile Durkheim, padre de la sociología. Y sin el conocimiento sociológico, sería imposible entender a Lacan.

“Clínico de la política”

Para Lacan, Karl Marx fue un ‘clínico de política’ por su aportaciones al conocimiento de un parte de la realidad. “Inventó significantes nuevos que han modificado la realidad, y el enfoque formal, permitiendo -simultáneamente- releer y descifrar tanto la historia de la sociedad como la historia subjetiva.” Sobre todo en su fenomenología del conocimiento, que yo he sintetizado como «Plusvalía del conocimiento» No es una categoría, ni concepto marxista, pero ella se desprende de las lecturas contemporáneas de  las Obras de Marx, Karl Mannheim, Edward A. Schils. Fenomenología social o Sociología del conocimiento.

Me gustó Lacan, porque subvierte las ortodoxias establecidas a la vez que descree de las fantasías utópicas. Lacan no es padre de una ciencia de la denuncia, pero sí de abrir a Sigmund Freud al mundo. De volver al Nudo Borromeo de los seres hablantes. “Yo acuso” a Lacan de anillarnos nuevamente a las verdades subjetivas «estamos construidos de verdades, no de realidades, mundo social». Las utopías, son construidas por las masas, como verdades aisladas de la realidad anudada, de los seres hablantes.

No sólo somos animales políticos en el sentido aristotélico; también somos animales pedantes conocedores de la verdad, animales tautológicos. Y eso, para una sociedad compuesta por el don de la verdad, siempre tendera a la radicalización, y de ahí, a los extremismos políticos de la razón pura. En pocas palabras, para resumir: Lacan y su visión estructural de la realidad Nudo Borromeo  sobrescribe la forma de entender las ciencias sociales «giro copernicano» Toda verdad es una supra/realidad «estamos construidos de verdades, no de realidades, mundo social» fantasías utópicas. Todo populismo busca la verdad, no la realidad, porque ésta resulta contradictoria a las fantasías utópicas. “La verdad aspira a lo real”

Lacan me mostró un lado desconocido del pensamiento crítico, muy dado al reduccionismo social, de las verdades. evidentes Sobretodo para el conocimiento político aristotélico de la sociedad como totalidad. Aquí, siempre pecamos todos de solvencia racional, incluso el propio Aristóteles nos da una visión simple de la sociedad. Desde la filosofía clásica, hasta nuestros días, todas las teorías sociales, presentan la verdad, antecediendo a la realidad. Fue Lacan el que ‘anudó’, lo imaginario, lo simbólico y lo real, en una estructura atómica, que posibilita un discurso más cercano a la realidad. Un discurso que pretenda decir toda la verdad no es posible. “Yo digo siempre la verdad: no toda, porque de decirla toda, no somos capaces. Decirla toda es materialmente imposible: faltan las palabras. Precisamente por este imposible, la verdad aspira a lo real”

El estadio superior de la sociedad, es la crítica.

La sociedad de la crítica
¿Estamos ante la generación más informada, y la peor preparada de la historia? La pregunta no pretende ser categórica, o establecer un enunciado, más bien está abierto a la discusión. De esto y de aquello está hecho el espacio político. Si algo tengo claro, es que no estamos ante una contracultura incipiente, sino frente a la cultura. De ahí que nadie se oponga a su estructura de espiral envolvente «naturaleza» El populismo ha sabido adaptarse a los nuevos escenarios del mercado disruptivo «consumo y autoproducción de información y distribución social colaborativa»

Los partidos políticos democráticos son estructuras permeables a la envolvente espiral de opinión pública de masas y a la crítica. No solo es estética formal, también es la moral de lo público. En la sociedad abierta, la cultura de la crítica, está abriendo ya las posibilidades de una real transformación de la sociedad. La verdadera transformación de la sociedad es la crítica, en todos los órdenes, incluido el mercado. Atrás ha quedado el fantasma utópico del topo locuaz de la revolución.

El problema de un partido comienza cuando sus muertos no se dejan enterrar (caso PSOE). Me pregunto si este autogolpe, es por el liderato, o algo más larvado al conocimiento,  que la simple lucha por la cosa. Es evidente que si eliminamos la cosificación que acabo de esbozar, de las condiciones objetivas de liderato, y las convertimos en lucha ideológica y generacional, lo cual es posible únicamente si el objeto se transforma en otra cosa. No sería la primera vez que un grupo intenta alterar el contexto cultural e ideológico de un partido, negando su devenir histórico. «Lo viejo ya no nos representa» «Yo, no infrinjo las reglas, las corrijo»…

Cuando la ciencia, la razón de estado y las instituciones se convierten en rehenes del «populismo hegemónico» ¿Qué fuerza moral tenemos para reprochar a “los jóvenes de la cultura de la información” su deriva populista, si lo que digamos suena a lo viejo vivido, contra la promesa de cambio, lo no vivido? Zambullirse en la excitación “Podemita” jungiana de las mareas y las olas del cambio, para transmitir vibraciones buenas a los votantes, se percibe como mercancía falsa. El populismo señor Sánchez, es ante todo autentica mercancía mística de ahí que tenga un mercado bien informado (no necesariamente culto) pero si fiel a la mercancía de las ideas del cambio.

Ejemplos de mercancía mística son «la regeneración democrática», «la transparencia», «el derecho a decidir», «las fuerzas del cambio», «la democracia real», «la caducidad de La Constitución de 1978» «la crisis del régimen», «la corrupción sistémica» «el poder financiero» etc. En realidad, para un sociólogo estudioso de la fenomenología de los hechos o sociología del conocimiento. Lo único nuevo aquí es nuestra incapacidad de respuesta a la ‘magia negra política’ de nueva generación, en modo código fuente, o código abierto.

A pesar de su frecuente vulgaridad a perderse en medio de un frenesí exótico de verdades absolutas, irrefutables sobre el bien y el mal, los pobres y los ricos, su poder es efímero, como todo lo horizontal, sin leyes y versionado hasta el infinito. El populismo es en su esencia reafirmación del pensamiento místico o religión horizontal sin Dios, el viejo pragmatismo populista de Gramsci.

Afortunadamente todos los populismos hegemónicos se han ido de la misma forma como han llegado, dentro de una crisis económica y de valores; no hay más que revisar la historia de occidente para conocer  sus fracasos y su costo humano. Los ciclos de irrupción histórica del populismo son cada vez más cortos, y también su duración. De seguir esta tendencia –lo digo como sociólogo. El populismo tendera a cero a medida que se aceleran los ciclos de concurrencia e hiperinformación. En términos históricos, el fenómeno en sí, no tendrá relevancia ideológica y mucho menos materialidad fáctica.

“Ciertamente, no es ésta la primera vez, a lo largo de la historia, que los centauros arremeten contra el templo de Apolo; no es la primera vez que los «marginados» del «sistema» intentan alterar su contexto cultural. Lo nuevo del caso está en que ese movimiento no lo encabezan hoy los desheredados de la fortuna, sino los hijos privilegiados de «la sociedad de la información». , la clase media….” (El nacimiento de una contracultura / Theodore Roszak)

Sin cosificación, no hay conocimiento racional, como tampoco conocimiento de nuestra propia humanidad, ni de nuestra existencia, el objeto humano, el ser. En algún momento de la evolución de los homínidos, nos convertimos en homos-cosificados, ahí comenzó la aventura del hombre, su relato. Hasta el día, sigue siendo así, hasta en una hipotética humanidad virtualizada. Saber el mecanismo de la cosificación, es ampliar los limites de nuestro conocimiento. ““Allí donde están las fronteras de mi lengua, están los límites de mi mundo.” Ludwig Wittgenstein”

En toda teoría  crítica de la sociedad hay que saber diferenciar entre poder real y poder aparente, entre cambio y evolución. En definitiva, saber diferenciar entre objeto y sujeto. Todo cambio generacional es biológico. Lo que lo hace transcendente es su excepcionalidad, es decir, cuando éste deja de ser el objeto para convertirse en el sujeto una teoría del cambio. Si el poder aparente pasa a ser real, estamos en presencia de una nueva representación de su ser social, el cambio de materialidad.

La sociedad de la información y la comunicación se manifiesta como empoderamiento social. De ahí podemos inferir muchas cosas (cosificación) pero cuando algunos objetos se reconfiguran como factores del cambio, entonces decimos que han dejado de ser objetos para convertirse en el sujeto de una teoría del cambio. No hay ruptura generacional cultural, a menos que nos comparemos con los analfabetos de Toffler. «Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer y escribir, sino aquellos que no sepan aprender, desaprender y reaprender.» Alvin Toffler

No hablo de actitudes, ni de habilidades singulares, tampoco de nativos digitales. Hablo del poder real de las clases medias, dónde radica el cambio y reposa el poder real. La sociedad conectada y de la información ha tomado el relevo del poder real, en términos de poder populista, nueva moral colectiva. Por ahora son el sujeto de la teoría crítica del cambio. Por fortuna, no tienen un plan viable de sociedad alternativa. Nada que tenga como fuente al socialismo utópico del unicornio azul, ha traído libertad, ni progreso económico, hasta ahora.

“El filosofo Herbert Marcuse ha intentado mostrar precisamente que la utopía es ya un muerto histórico, que el pensamiento, en su negatividad, (socialismo utópico o filosofía negativa) no denuncia tan sólo lo existente, sino que además, al criticarlo, está abriendo ya las posibilidades de una real transformación” Ninguna etiqueta Podemita, o movimiento populista, cambiara nada que no esté preconcebido socialmente en términos materiales e históricos de ser susceptible de cambio. El asalto a los cielos, es parte de la filosofía negativa y un anacronismo político.

El estadio superior de la sociedad, es la crítica, no la revolución. La crítica se ha optimizado gracias a la sociedad hiperconectada, ha encontrado en ella su vehículo de distribución y concurrencia ideales. La sociedad abierta, ha pasado hacer sociedad disruptiva. La cosificación objetiva es el mercado disruptivo por excelencia, como en su día lo fuera la teoría marxista del mundo convertido en mercancía por capitalismo. El proceso fenomenológico es parecido, lo que falla, es la creencia de que ello nos hace menos libres. El hombre en estado de naturaleza, no es hombre, y su racionalidad no es la convivencia, sino la supervivencia. “Es la razón humana reducida a sus fuerzas individuales, no es sino una bestia cuya potencia se reduce a destruir”.

Ad quadratum, ideológico

Pablo Iglesias por dentro

Es un sistema de proporciones geométricas utilizado en el renacimiento y en el gótico, que busca la simetría universal como forma perfecta de la creación divina y la presencia de un orden superior al hombre. El hombre de ‘Vitruvio` es un conocido dibujo de  Leonardo da Vinci que refleja la influencia del dogma renacentista por demostrar la perfección de la creación de Dios en el hombre. A diferencia de otras religiones, el cristianismo, busca la presencia de Dios en el hombre. Representar al Hombre es representar a Dios.

En política el cálculo electoral es un número que tiende a cero después de una encuesta. El intento renacentista de cuadrar «Ad quadratum» las cosas para hacerlas coincidentes con nuestras ideas, es un engaño atávico, en lo que concierne a lo cultural. Hace tiempo que las ciencias han dejado de buscar dentro de los objetos como única verdad, para buscar en otras cosas que en apariencia son ilógicas y lejanas al sentido común. Las encuestas registras comportamientos y estados emocionales tipo ‘Ad quadratum’.

Un curioso estudio sociológico de opinión, sobre las próximas elecciones generales en España 2016, realizado en Venezuela por una de las más prestigiosas universidades de Latinoamérica (UCV-CARCAS) En el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IIES-UCV) El estudio versa sobre y el grado de conocimiento e implicación política e influencia de hechos, que en teoría, no son extrapolables, entre estados independientes, y lejanos. La política entendida, hasta no hace muy poco, como estancos aislados, con independencia propia.

En realidad, la sociedad globalizada, o más bien, hiperconectada en tiempo real también tiene opinión pública y grado de implicación; de ahí el concepto de ideología de la indignación, y el de activismo social. Nada que pretenda ser un modelo ideal en sí mismo, permanece como idea “Ad quadratum” y por mucho tiempo. Los elementos de agregación y sostenibilidad ideológica, se licuan en la sociedad trasversal (populismo hegemónico) “Solo es verdadero aquello que funciona” En realidad es una fórmula de conocimiento muy primaria, si algo no emociona no existe, tiene menos posibilidades de ser viral, de ser compartido. Lo que no se comparte no existe. Un modelo de pensamiento así, modula conductas que se nos presentan como novedosas.

El estudio tiene como marco teórico la sociedad horizontal, o sociedad hiperconectada, y el nuevo concepto de masa trasversal. Lo interesante de este estudio comparativo de opinión política electoral, es la ruptura del modelo “Ad quadratum” español. ¿Cómo y por quién votarían los venezolanos, si votasen hoy por los candidatos españoles? Las encuestas de intención de voto realizadas en Caracas / Venezuela a 2.300 personas con trabajo y sin trabajo. Es importante resaltar esta condición, ‘personas con trabajo’, en una encuesta política con independencia del estatus social y profesional, para evitar el sesgo del condiciónate trabajo y las expectativas de riesgo y futuro del empleo.

Los venezolanos, si pudiese votar hoy en España en conciencia, lo harían por partidos de centro democrático, dejando al populismo de izquierda extremista, en un plano marginal. Por qué, sucede esto y con tanta diferencia con las encuestas españolas sobre intencionalidad de voto y opinión. –La respuesta está en el conocimiento del producto, por parte de los ciudadanos. Los Pablo Iglesias y los Monederos y compañía, han sido parte responsable del gobierno en Venezuela. Se les percibe como responsables ideológicos del actual caos y ruina en al que han dejado el país. Es decir, los venezolanos votarían a conciencia, conociendo el producto, no así los españoles.

Lo contrario sucede en España, que se les percibe como solución a los problemas generados por la crisis económica global de la sociedad abierta y liberal. Es decir, los ciudadanos ven en el populismo una mercancía novedosa y sin extremar (oferta, beneficio y oportunidad) leyes del mercado. Mientras los populismos de izquierda en Latinoamérica fueron los primeros es establecerse en el mundo, a principio del año 2000. Ahora son los primeros en caer como piezas de domino de madera carcomida. El boom especulativo de las materias primas, acrecentó los populismo de extrema izquierda ¡Los sí se puede!. Claro qué sí se puede, siempre que tengas dinero para la fantasía.

Las encuestas de opinión en España demuestran desconocimiento del nuevo producto y un desprecio valorativo sobre la sociedad latinoamericana. «Lo que sucede en Venezuela, no es un problema de modelo político fracasado, sino de personas mal preparadas, subdesarrolladas». Somos una sociedad europea muy prejuiciada para cambiar de opinión por lo que suceda a 642.375 Kilómetros de distancia de nuestro superyó. Si el modelo populista de Chávez, fuese el ‘Milagro Sueco’, los PODEMITAS alardearían de haber intervenido y colaborado con el régimen chavista, dirían nosotros somos parte de su éxito del chavismo en Latinoamérica.

 

Iconoclasia bolivariana  (Deicidio)

Bolívar y Ponte

No estoy muy seguro del día que nací, creo que nadie lo tiene claro, porque no se nace en una feche concreta del almanaque, sino en el uso de la conciencia, la razón y el conocimiento. –De niño tuve un miedo irracional a Simón Bolívar el libertador, a pesar de ser yo, todos los años en el colegio el dibujante oficial de su inabarcable humanidad. Me consideraba entre todos mis compañeros, un privilegiado. El relato del ‘Decreto de Guerra a Muerte’ del libertador resulto ser una historia incomprensible para un niño estigmatizado por haber nacido  en el reino de España. Ello me mantenía ocupado, entre el miedo y la admiración de su gesta heroica. Debo confesar ahora, a la distancia y el tiempo, que fue un periodo aterrador, y creativo, que forjaría mi carácter. «Españoles y canarios, contad con la muerte, aun siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de la América. Americanos, contad con la vida, aun cuando seáis culpables» A pesar de ello, de sentirme amenazado, nada logro quebrantar la admiración por el libertador, y hacer míos su valores.

Bolívar un icono Pop

Nadie ha hecho más daño, ni ha sido más destructivo con la imagen icónica de Simón Bolívar, y a su pensamiento, que el propio populismo chavista, que lo ha instrumentalizado y banalizado hasta el aborrecimiento. Sobre la egida del padre de la patria se ha traicionado la Republica, y saqueado y arruinado, el país, también en lo moral. La tiranización del poder, y la violación de los derechos humanos han aniquilado su imagen icónica, y fuente de valores compartidos. Lo que mis miedos y complejos infantiles, no lograron destruir, tampoco lo hará el populismo chavista, aunque el palo, el azote y el verdugo lo llaman bolivianismo del siglo XXI.

El uso patriotero de Bolívar para justificar un régimen populista totalitario y étnico en Venezuela, tiene otros antecedentes muy parecidos en Latinoamérica. Unos con más éxitos que otros: Farabundo Martí en El salvador, Sandino en Nicaragua, El castro comunismo en Cuba, el M-19 bolivariano en Colombia, el movimiento marxista MIR en Chile, los Túpac Amaru en Uruguay, Sendero luminoso en Perú (maoísmo), y Marcos el líder zapatista de Chiapas Mexico.

En realidad el Chavismo bolivariano es eclecticismo rancio. No responde a ninguna ideología o doctrina política concreta conocida hasta ahora, más bien es populismo instrumental heterogéneo (cosecha propia). Lo original aquí es el fundamentalismo bolivariano político, especie de religión horizontal sin Dios, pero con petrodólares, muy cerca del marxismo reivindicativo de la lucha de clases.

Ha sido fácil implantar el ‘fundamentalismo-bolivariano’, porque este ya existía cómo ideal integrador en la conciencia venezolana. Ayer fue parte de la conducta volitiva y libre de los ciudadanos, para volverse hoy, en un elemento fustigador de impulso histórico y vital de una ideología totalitaria y populista. Bolívar representaba la imagen y el pensamiento compartido e integrador de los valores nacionales, la convivencia, la unidad y el orgullo.

Bolívar también coexistía con otras realidades antagónicas como la pobreza, la democracia, la marginalidad social, la corrupción, la indolencia y la riqueza fácil. La instrumentalización del símbolo icónico de Bolívar y su apropiación sectaria partidista y populista, por el chavismo, termino haciendo el resto. La asfixia de las instituciones democráticas, en beneficio de la democracia radical (socialismo siglo XXI) Fue cuando lo cotidiano se convirtió en política trascendente de masas, acentuando las contradicciones y desigualdades sociales del discurso formal. El populismo puso orden en las ideas y organizo el nuevo relato político sectario de un Bolívar revolucionario marxista irreal, inexistente, antitético. Chávez no invento el relato de las desigualdades, solo la escenifico, lo hizo verosímil, lo convirtió en necesidad, y ésta en movimiento. Les dio todo lo que ellos querían y necesitaban, ver, oír y sentir. Convirtió las necesidades y desigualdades en un sentimiento.

Surgió el Bolívar étnico e indigenista, el libertador de los oprimidos y los olvidados de la historia del progreso y de los petrodólares, los ciudadanos sin historia. Bolívar se convirtió en la concreción de la insatisfacción de todo un pueblo marginado, empoderado, necesitado de nueva conciencia revolucionaria, de una nueva patria.

El nuevo “patriotismo” surge del cisma de la idea general de estado y de clases sociales, de quien debe ostentar la riqueza y el aparto productivo. –Si la riqueza es la patria y ésta riqueza cambia de bando, entonces los pobres y marginados ahora tienen patria –La patria bonita y étnica, es parte del nuevo diseño del ‘Bolívar Pop’ de estética kitsch. El populismo hegemónico, o socialismo del siglo XXI,  ha convertido en disfuncional y conflictivo la separación de poderes, y liquida la idea de ciudadanía, como obstáculo al cambio.

Este modelo de sociedad y economía radical del populismo hegemónico, lleva implícita su propia destrucción política y social, como forma de poder totalitario y sectario. El nuevo patriotismo dura lo que duren los dólares repartidos, incapaces de producir nueva riqueza. El personalismo chavismo como doctrina neo-bolivariana, de pobres contra ricos, adolece de modelo económico real, no entiende las exigencias de una economía abierta y competitiva de mercado. Solo hace acopio del maná del petróleo, de sus regalías y sus miserias. No es una economía del esfuerzo y la competencia, solo del reparto de la abundancia.

En un principio, Chávez le dio ‘la vuelta a la tortilla’ dejo fuera los ‘ismos’ tradicionales y los manuales de la izquierda latinoamericana, vistos como ideología extranjera invasiva, y su elitismo ideológico fracasado e incomprensible. Para ello utilizo materia prima criolla y afectiva, el populismo patriótico bolivariano, que ya existía, no había que importarlo, ni inventar. Solo tenía que organizarlos y enfrentarlos entre sí. Hizo visible las contradicciones históricas existentes en el modelo de convivencia compartido de patria. La pedagogía del odio y la división social harían el resto del trabajo. El descubrimiento de un Bolivar Pop, abogado de los pobres, aporto identificación, autenticidad y empatía con el nuevo relato.

El populismo necesita construir su propio idioma visual con su respectiva ‘gramática de símbolos icónicos’ extraídos de los sentimiento y raíces populares, como la historia y las desigualdades sociales. Convertir las necesidades en virtudes, en reivindicaciones, y éstas en movimiento histórico, en enfrentamiento. El pensamiento visual lleva implícito su proceso útil, que se puede aprender, y desaprender, repetir.

El populismo como forma instrumental de las ideologías es un sistema de aprendizaje de las desigualdades, (pedagogía del odio) y la fuente por extensión, a decir verdad, más democrática de poder horizontal, poder aparente, empoderamiento, creer que sí sé puede.. Todo aprendizaje es ‘conocimiento’ y cualquier cambio histórico en las formas de éste, genera nuevas formas de poder. La actual sociedad, para el Sociólogo Alvin Toffler, necesita todo tipos de habilidades que no son sólo cognitivas, son emocionales, son afectivas y virtuales. Esta es la clave para entender el modelo de hegemonía política en boga.

¿Cuánto duró el chavismo hegemónico, totalitario? –El tiempo que duraron los petrodólares y las expectativas fundacionales de la nueva patria, la patria bonita. Es el mismo tiempo que duró la nueva clase hegemónica en arruinar y destruir el país, sus raíces.

El patrioterismo historicista creado en torno a los viejos ídolos encarnados en las necesidades históricas populares, más temprano que tarde, vuelve a ser necesidades reales. Es cuando el mesianismo pierde el polvo de la historia, y los símbolos icónicos ya no resuelven las falsas necesidades espirituales de enfrentamiento, cambio, revolución, radicalidad, reparto y utopía. Dicho fenómeno se conoce como ruptura de expectativas, la contrarevolución.

“El concepto de identidad social comprende los de identidad cultural e identidad étnica, ambas configuran una parte importante del patrón Identitario descriptivo de las ciencias sociales, ligados a un territorio, a un pasado histórico colectivo y de pertenecía a una cultura” No es la descripción de un estado de naturaleza (determinista) es sólo una categoría clásica de la histórica y la política, más que epistemología científica y filosófica, describe lo formal, y no el fondo.

El Bolívar versionado por Chávez, pronto se convertiría en la concreción de la insatisfacción de todo un pueblo marginal y marginado por el progreso económico e industrial. La nueva figura Pop de Bolívar, hizo visible lo invisible, convirtiendo la insatisfacción en un movimiento de masas y una conciencia política reivindicativa. Bolívar deja de ser de todos, para convertirse en un icono pop de la Venezuela poscapitalista. El Bolívar Pop ídolo de masas marginales, abandono su dosel sagrado y universal, para convertirse en un icono político fratricida, de hermanos contra hermanos, el bolívar militante de una causa populista.

“La iconoclasia es un componente frecuente de los principales cambios políticos o religiosos que ocurren en el interior de una sociedad” Pero no menos lo es el «Deicidio» matar a Dios porque este ya no nos representa. Me pregunto sí el Bolívar que conocí, dibuje y admire de niño, seguirá existiendo después de la deflagración del populismo chavista. Surgirá un tercer Bolívar, menos político y dogmático, un Simón Bolívar conciliador, o sobrevivirá el Bolívar Pop de unos cuantos contra unos muchos, como reminiscencia de una estética populista totalitaria, anacrónica, represiva y política. ¿Quién lo sabe?.

 

«Solo es verdadero aquello que funciona»

secreto de la sexta

¿Un partido político puede tener sus propios medios de comunicación de masas? ¿Cuál es la diferencia entre medios afines, y medios con fines ideológicos? Pienso que estamos obligados a poner el acento a la “ética política” o lo que entendíamos por política ayer, será hoy un mero ejercicio de poder totalitario. La libertad de expresión está regulada por la constitución, no es un campo abierto sin puertas. ¿Sería lisito pensar, si estas fuesen las reglas, que todos los partidos políticos tuviesen su propia señal de televisión, identificados con sus propias siglas y logos?  Reglas iguales para competir en igualdad de condiciones de poder. Que los ciudadanos sepan en todo momento el origen sectario o parcial de las opiniones de cada medio, y de cada cual.

La política convertida en hiperpolítica, en hiperinfoxicación mediática, no es un ejercicio de libertad democrática, es más otra cosa, es déficit democrático y crispación, conocido como ‘democracia alternativa’, ‘democracia radical’. Una sociedad en perpetua orgía electoralista, cuyo precio es la renuncia al modelo de democracia representativa, en beneficio de la democracia popular como alternativa, o poder de la gente, es barbarie.

Las confluencias y fusiones también se dan en otros estamentos y niveles organizativos, como los medios de comunicación de masas. Comparten un mismo ideal político y un mismo destino, el de la sociedad monitorizada, la sociedad convertida en ‘régimen in vigilando’, el poder de la gente, la democracia radical.

Siendo estudiantes de sociología no me costó muy poco entender que en sociedad no existe nada casual, que todo responde a una intencionalidad no siempre manifiesta. Ayer fue así, y hoy también sigue siéndolo. Cualquier análisis estructural de la sociedad pasaba por Robert Merton, y por las funciones manifiestas y latentes de su teoría social. Pero existen, hoy día, otras teorías transversales a las ciencias formales, sobretodo, cuando éstas no dice lo que nos gusta oír.

Hay otras teorías que explican el conocimiento subyacente a los hechos objetivados por la sociedad y los individuos, más que calcados, programados. La «DECONSTRUCCIÓN» es uno de esos recursos, no epistemológicos, transversales, cuyo método es negar el método, las reglas. Más que una teoría, es una posición intelectual, una estrategia rupturista, surgida de la necesidad de dar respuesta a todas las cosas, situándolas fuera de las reglas de conocimiento científico. Es la llamada, no regla, para analizar las estructuras sedimentadas que forman el elemento discursivo, la discursividad filosófica en la que pensamos y la que orienta nuestro comportamiento y acciones.

Para el filósofo Jacques Derrida, creador de este concepto no “todo es lenguaje” para demostrarlo hay que estar fuera de la historia y del método, por ser este parte y obstáculo de la estructura del morfema ideológico, la unidad teórica, el meme.

No es novedosa esta forma o modelo de pensamiento, ya el filosofó de la ‘economía política’ Karl Marx, a su manera, habría descubierto ‘el método’ de la no regla “…Los filósofos, decía Marx, se han limitado a interpretar el mundo de distintos modos; de lo que se trata es de transformarlo». Fue el primero de los filósofos, hay que reconocerlo, que se situó fuera de la historia; preconizo el fin de la historia como proceso reproductivo de las contradicciones económicas y sociales.

Una cosa es el materialismo histórico DECONSTRUCTIVO de Marx (historicismo) que denuncia las ideologías por encubridoras de la realidad y parteras de la historia. Y otra distinta, el pragmatismo populista Gramsciano, como pensamiento alternativo a la historia y al método, incluido materialismo marxista. Aquí quería llegar yo, al pensamiento pragmático de Gramsci, como el autentico DECONSTRUCTIVISTA del marxismo siglo XXI, reducido a escombrera por el pragmática transversal de Gramsci.

El autentico creador del pragmatismo marxista (el antiparabólico a la economía politica de Marx) fue Antonio Gramsci, quien redujo el marxismo a una pseudociencia de la estrategia, renunciando al materialismo dialéctico. Incluso Gramsci acusa a Karl Marx de rendirse al positivismo burgués. El pragmatismo transversal de Gramsci, (hegemonía cultural)

Gramsci reduce el marxismo a un agónico pragmatismo ideológico, o socialismo estratégico. El mismo pragmatismo que denunciaron Marx y Engels de los socialismos emergente del siglo XIX. Sobretodo Marx en su ‘Crítica del Programa de Gotha’, lectura básica para entender el postmarxismo. Gramsci fue un filósofo indocto y nimio, de un preceptismo marxista falso, antimodelo. En realidad no podemos tildarlo de ecuánime preceptor del marxismo al personaje. En realidad nunca Gramsci pretendió ser un marxista científico, sino lo contrario, solo un político pragmático. Podemos resumir todo su pensamiento en un principio populista: “Solo es verdadero aquello que funciona”.

La percepción del mundo de los obreros, vendría a decir Gramsci, es una percepción hecha de cientos de elementos heterogéneos fosilizados. La democracia representativa es un fósil, para el socialismo del siglo XXI. Este es un elemento perturbador para la democracia liberal, y la sociedad abierta, enfrentada a la democracia radical. Hasta ahora se creía que la orientación establecida por el progreso científico y técnico por si sólo garantizaría la subsistencia de los valores de la democracia abierta. No ha sido así.

Los espacios socio culturales abandonados, por esta falsa ilusión o creencia, han sido ocupados por los enemigos de la democracia. Una constatación d ello, son los medios horizontales de comunicación (social media), espacios desaprovechados por la sociedad abierta. El nuevo desafío de la democracia es hacer pedagogía y estrategia mediática, o seres fósiles del periodo prepodemita.

Populismo hegemónico

El ciclo eterno del populismo

‘El populismo es política para idiotas «Alberto Moreiras»’

El populismos es un recurso, no una ideología

«El populismo sólo buscan encajar lo imprevisible en la sociedad, es el equivalente al cisne negro de la política» Este post trata de reflexionar sobre la complejidad teórica del populismo, y la fabricación o la invención de una controversia instalada en la opinión pública con respecto al vocablo ‘populismo’ su significante y su significado. Para muchos o para casi todos es una categoría perteneciente al diccionario de los insultos y las descalificaciones, un concepto ideológico de la derecha liberal. Otros vemos en el populismo una fuerza especulativa e instrumental, y un modelo de discurso, motor organizativo del Cambio político y social, con fines totalitarios; o del Cambio como falsa necesidad popular de la sociedad indignada hacia la auténtica democracia, el poder de la gente. (no hay ciudadanos hay gente) El populismo hegemónico en un sentido político es la supremacía sobre la racionalidad del discurso imperante del estado, es la democracia posnacionalidad. El poder de la gente, la supremacía del pueblo sobre otros.

El populismo «demagogia» es tan viejo como la humanidad, y siempre ha sido como dicen los indios en las películas de vaqueros (Far West) ‘Ser gran medicina blanca’. La noción general del vocablo «populismo» en las ciencias políticas es un “concepto ambiguo” que puede tomar todas las variables que se nos ocurran.

Se da el caso, y ese es el problema, que dos personas pueden estar aplicando el mismo concepto a realidades históricas diversas, contrarias y complejas, pero con interpretaciones valorativas idénticas y finalistas. El uso indiscriminado por parte de “Dios y el Diablo” lo han vaciado de contenido, hasta su infravaloración. Hoy pertenece al repertorio de los insultos y las descalificaciones políticas y anecdóticas, neo-nihilismo social.

Según Platón y Aristóteles la demagogia ‘el Populismo’ puede producir una crisis extrema de la República. Aristóteles, se acerca más al concepto actual de (populismo) y es más contundente en su apreciación. Para el discípulo de Platón, la demagogia es la decadencia de la democracia, crisis de valores. Hoy en día, el concepto griego ‘demagogia’ es insuficiente para describir realidades mucho más complejas, dinámicas y organizativas que los planteados en la época de República griega, de ahí el uso generalizado de una nueva categoría en la Sociología Política «Populismo» como sustituto o ampliación al concepto demagogia.

No puedo estar de acuerdo con aquellos que relativizan el valor científico del concepto «populismo», o sobre la validez descriptiva y metodológico del mismo.  entiendo las distintas posturas ideológicas (izquierda y derecha) que nos alejan de su uso científico, ético y estético. En filosofía estaríamos ante dos posturas radicales e irreconciliables del mundo. La filosofía negativo de «lo que no es» a la positiva de » lo que es».  Si el populismo sirve para afirmar vs. denunciar, «lo que no es» o para “lo que es” invalidará su doble discurso.

El populismos es un recurso, no una ideología, tampoco un dogma, es más un sistema o movimiento, de ahí el sufijo ‘ismo’ movimiento, escuela, sistema doctrinal. El populismo apela al pueblo para construir su poder, entendiendo al pueblo como las clases sociales bajas y sin privilegios económicos o políticos. Todo populismo desmonta el ‘status quo’ de ciudadanía, al modo gente, la democracia posnacionalidad.  «El populismo, más bien, se esfuerza permanentemente por construir un pueblo» Martínez Marzoa.

La mejor definición es la de Alberto Moreiras: «El populismo es un movimiento que no aspira a su cumplimiento, o más bien un movimiento cuyo cumplimiento es su misma permanencia efectiva como movimiento. Y es esto lo que lo hace política para idiotas (agitados)».

Los síntomas

Los populismos en Europa, reverdecen como la primavera (Primer verdor) después de un largo periodo estacional de ‘apoliticismo’ es el efecto de la atenuación de los antagonismos colectivos y de clases en las sociedades avanzadas, cuyos síntomas son la falta de interés progresivo (apatía) de los ciudadanos con respecto a los asuntos civiles, públicos y de partidos. Estos síntomas no son negativos, no diagnostican una patología o disfuncionalidad del capitalismo liberal, más bien fatiga, o simple ciclo Me inclino más por este último, el ciclo.

Los puristas decimos que el populismo no es una ideología sino más bien un procedimiento político táctico cuyos fines son conseguir el poder político. El populismo al igual que la retórica, tiene una finalidad persuasiva o estética, añadida a su finalidad política. El populismo es tan viejo como la humanidad, tiene sus orígenes en la religión la moderadora del discurso político de antaña. El problema del populismo para las democracias, es su mortal recurrencia histórica o deriva en modo bucle, especie de cinta de Möbius. Todo populismo es autodestructivo. La historia no conoce ninguna sociedad que haya sobrevivido a su voraz apetito aniquilador. El populismo se asocia a la ‘decadencia’ de los pueblos.

El populismo es transversal al Statu quo de la sociedad y del estado. “Consiste en exaltar prejuicios, emociones, miedos, carencias y esperanzas para ganar apoyo popular, con frecuencia mediante el uso de la propaganda o ideología de la indignación” La sociedad líquida, es trasversal, y por propia definición es más abierta a la sociedad tradicional de los ciudadanos. Una sociedad horizontal acumula poder, convierte la política en conversación horizontal, en hiperpolítica.

La contabilidad del populismo

Lo más jodido para la filosofía son los conceptos «Bueno, malo» y son paradójicamente lo más simple para las ciencias políticas, y lo más ambiguo para la sociología política. Los hechos sociales, en ‘apariencia’ se parecen a la contabilidad de las facturas de una pequeña tienda o comercio de abarrotes, con dos clavos en la pared a modo de contabilidad. Uno para las facturas de ingresos, y otro para los egresos; entradas y salidas de dinero.

El populismo convierte lo complejo en simple dicotomía del bien y del mal; lo bueno y lo malo lo hace visible en una especie de tablón con dos clavos (pinchos) el clavo de las cosas buenas, y el de las malas.  Es el mismo modelo de contabilidad visible. El populismo es el sistema que hace visible la dialéctica del bien y el mal.

“No hay consenso aún sobre la definición, de populismo” Esta es una de las leyendas urbanas más difundidas en ciencias políticas. El enunciado es falso, la definición existe como categoría en la Sociología Política, y es aceptada por todos, sin divergencias ni fisuras. Es una de esas construcciones ‘bellísimas’ de la Sociología Política y las ciencias sociales en general. Quizás una de las mejores construidas o acabadas del siglo XX. Una cosa es su definición y otra muy distinta el uso arbitrario o la instrumentalización ideológica del concepto populismo, según convenga a los fines partidistas.

Consecuencialismo Gramsciano

Acabemos con el liberalismo, para acabar con el populismo” “Cuanto más triunfe el neoliberalismo como régimen social, más probabilidades tiene el populismo de triunfar como régimen político” José Luis Villacañas. –Es por lo menos sorprendente, viniendo de quien viene, un catedrático en filosofía, de la universidad complutense de Madrid. Es algo así como matar al enfermo para acabar con la enfermedad. En principio es un análisis ‘político’ reduccionista de la realidad, válido para cualquier modelo de sociedad en la historia. Su argumento nunca se agota en sí mismo. Sin un resquicio al modelo, toda sociedad es ideal, la utopía comunista. Hagamos una lectura sociológica del fenómeno populismo.

El concepto de populismo de Luis Villacañas, en su ensayo intitulado ‘sobre populismo’ parte de una premisa falsa, ‘el populismo entendido como una consecuencia’ o el resultado lógico de una causa. En la forma y en el fondo es una proposición ideológico del «Consecuencialismo marxista» La teoría que sostiene que los fines de una acción suponen la base de cualquier apreciación moral que se haga sobre dicha acción. Estructura de pensamiento muy arraigado en Antonio Gramsci.

(NOTA)  Habrá parte II de este post, estará dedicado a una aproximación crítica al  libro de Villacañas /sobre populismo.

Poder líquido, nuevo paradigma.

hiperpolítico

¿Qué es el medio líquido?

Es un medio abierto de comunicación digital personal móvil e inteligente, democrática y flexible, de empoderamiento social y externalización horizontal del individuo, caracterizado por su fluidez, ubicuidad y omnisciencia, capaz de modificar la conducta humana y el ser social. «Smartphone, el medio líquido»

La sociología política debe ampliar los límites de su lengua, o será incapaz de analizar los nuevos cambios sociales del siglo XXI, y de la humanidad hiperconectada. Revisar las nuevas relaciones de poder y de concentración horizontal del poder.  Cualquier ecuación que no incluya las nuevas relaciones virtuales y organizativas de la humanidad, y el paradigma del poder líquido, nos abocará a ser cualquier cosa menos sociología política. Preguntémonos: ¿Han cambiado las nuevas estructuras de clases? Sí. ¿Las relaciones de poder? Sí. ¿Los valores emergentes de la sociedad? Sí. ¿El control social por parte de las oligarquías? Sí. ¿El concepto de democracia? Sí. ¿Y las relaciones de poder en las estructuras jerarquizadas? Sí… El problema no radica en la lectura tradicional tautológica del cambio, sino en el modelo de sociedad disruptiva, inédita en la humanidad

¿La Hiperpolítica, es el nuevo poder?

“La concentración de poder es el motor de la historia”. Fíjense que no digo acumulación de poder, que no contempla movimiento alguno, como sí lo tiene el concepto de concentración de poder en sentido vector de movimiento. Uno es ‘inter’ y el otro ‘intra’ Si hablásemos de acumulación de poder, estaremos hablando de élites del poder. Pero no de movimientos de masas, sino de poder ‘intra’ vertical de grupos históricos. A mi modo de ver ello introduce un elemento novedoso diferenciador para entender el cambio político actual.

El empoderamiento de las masas genera concentración ‘inter’ en movimiento, concentración de poder, flujo en una sola dirección teleológica, de fines últimos. Es un poder paralelo al poder vertical tradicional de las élites. Imaginemos un reloj de arena, vaciándose, y paradójicamente concentrándose, plegándose sobre sí misma. Es una realidad inédita para la sociedad globalizada, el “inter-poder” la hiperpolítica.

La hiperpolítica la podemos definir como concentración de poder horizontal ‘in crescendo’ pero con sentido y dirección teleológica, orientada a fines últimos. No es el electorado dando el voto a, sino, sino el electorado tomado el voto de. No existe un coeficiente matemático, ni un sistema de medida de concentración de poder, que mida el movimiento de masas en una dirección. Algún listillo me dirá, las encuestas de opinión.

La hiperpolítica, introduce en la praxis sociológica de la ‘sociología política’, la necesidad de alcanzar una fisura que permita ir más allá de la evidencia, de las prenociones en sociología, o de los ‘Tipos ideales de Max Weber. Cuando hablo de ‘Ruptura Epistemológica’ me refiero al espectro de las nociones y de los límites a nuestro conocimiento, expuestos por el genio de «Gaston Bachelard» La sociedad hiperconectada y organizada, cuestiona nuestras nociones clasistas de: el poder real y el poder aparente.

“Para Bachelard el materialismo racional se halla en el centro de un espectro epistemológico cuyos extremos son el idealismo y el materialismo” Estos dos elementos han sido determinantes a lo largo de la historia del conocimiento. En apariencia este es el movimiento y no otro, desde Kant hasta nuestros días. El conocimiento se ha movido a través de un perfecto ‘continuum’ donde todos los conocimientos parten de cero absoluto, creciendo o decreciendo. El materialismo racional, puede tomar los valores positivos de la escala, y su movimiento ascendente se conoce como cambio epistemológico.

Hay que diferenciar el concepto clásico marxista de; ‘poder de las masas proletarias, al de ‘poder horizontal estratificado de las masas’, poder líquido. Esto refuerza mi tesis sobre la sociedad humana, como sociedad del mercado. El Manifiesto Cluetrain de Fredrick Levine, y David Weinberger, introduce 99 tesis o pistas sobre el cambio revolucionario de los mercados. «Los mercados son conversaciones horizontales»

“La revolución social media ha puesto las bases de la sociedad empoderada; hoy sociedad líquida, el poder liquido, masas inteligentes. No solo estamos en presencia de una nueva sociedad del mercado inteligente en conversación horizontal disruptiva, también ante un nuevo concepto, el de ‘la memoria de las masas’ o externalización del conocimiento a través de los medios líquidos como los smartphone y tablets.

Decía C. Wright Mills, que: La percepción de los individuos, era cada vez más, alimentada por los medios, en detrimento de la experiencia directa; es, por consiguiente, más vulnerable o más dependiente o más controlado. Podríamos llamarla, la sociedad analógica, sociedad vertical. Esta teoría sobre los medios de comunicación social y los mercados, fueron muy influyente en la sociología y en los pensadores contemporáneos del siglo XX.

El mercado interconectado permite a las personas tener conversaciones de «humano a humano», que tienen el potencial de transformar las prácticas tradicionales y la percepción del mercado y del Poder Político. Creando en las masas una memoria virtual inédita en la historia de la humanidad. Se llama concentración de poder horizontal.

“La teoría de las élites tiene su punto de arranque en la constatación, fácilmente observable, de que en toda sociedad hay unos que mandan, gobiernan y dirigen (la minoría) y otros (los más) que obedecen y son gobernados” El fundamento de la teoría está, pues, en la oposición entre quienes detentan el poder, las élites, y los que no tienen poder, las masas, que son dirigidos por aquéllos. Es más una matriz de opinión, hoy día, que una constatación empírica de la realidad, estas relaciones de poder y las masas han cambiado. La hiperpolítica, es el nuevo Poder, bien por superioridad o por exceso de conciencia Política o ‘Memoria de las Masas’, es concentración de poder horizontal, Se llama el Poder Líquido.

“La Democracia como dogma”

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La política se ha convertido ahora más que nunca en la historia de la humanidad en un objeto de organización; abstraer la política de su administración predominante significa en primer lugar reorganizarla y desorganizarla, ‘aprender y desaprender y reaprender’. El empoderamiento social tiene como consecuencia la politización y la relativización de la ética, la (politización). Es lo contrario al papel de la cultura y su reorganización en las sociedades opulentas de Herbert Marcuse.

Las consecuencias son la “teleología popular de lo público” orientado a un fin común o ética de lo público. La sensación de conocerlo todo y controlarlo teleológicamente es un síntoma y signo del cambio de poder. Las masas hiperconectados desaprendiendo de la historia para construir su propia historia, es la parte protosocial del hombre teleológico, estas manifestaciones no son casuales pertenecen al nuevo avatar de la humanidad.

Hasta no hace muy poco tiempo creía que las ocurrencias creativas, así como la capacidad de nombrar y fusionar cosas imposibles por su naturaleza y peculiaridades, era una virtud exclusiva de las ciencias y la literatura. En química encontramos algunos ejemplos creativos como el concepto de «agua dura» La única agua dura que conocemos los vulgares es el hielo. Lo mismo sucede hoy en día en política, con el concepto de «Regeneración democrática» es lo más parecido a los ‘helechos en flor’ muy bonito para la poesía, pero una incongruencia para la naturaleza.

El concepto de «Regeneración Democrática» es una de esas ocurrencias de buró de partido político. Su significado es contradictorio, y su formulación es aberrante; es un valor negativo en política. Regenerar es volver a un estado fetal ideal, es negar la perfectibilidad de la democracia y su evolución social. Su instrumentalización ideológica es peligrosa. Al igual que los dogmas no se plantean el problema del conocimiento, ni el cambio, son inmutables, verdades inescrutables.

Una cosa son las prácticas políticas abusivas, anómalas y delictivas, contrarias las personas, la ética y el estado de derecho. Y otra la Democracia. Las Democracias no se regeneran, más bien cambia y evolucionan se adaptan a las condiciones materiales políticas y económicas de su tiempo histórico. De ahí la tesis del materialismo histórico. «Las condiciones materiales de la sociedad determinan la CONCIENCIA social de los individuos» Es decir que todo momento histórico material imprime su huella, tiene como resultado una conciencia de sus intereses, expresados en la política. De ahí que el concepto de Democracia sea un valor positivo cambiante, adaptativo, evolucionado.

La Democracia es en su esencia lo que los ciudadanos quieran ser como resultado de nuevas necesidades evolutivas de la (polis). El animal político (zoon polítiko) es un ser inacabado, (el animal inacabado de / Theodore Roszak) De ahí la imposibilidad ideológica del deber ser de las cosas políticas. La democracia estática involucionada es propia de los regímenes populistas y totalitarios. La democracia como dogma, como entelequia teleológica del diseño último de las masas, es comunismos.

“Alvin Toffler nos propone desaprender para reaprender, lo que quiere decir, dejar de lado los conceptos que ya no aplican al contexto actual y aprender nuevas formas y teorías para enfrentar el ahora.”

El concepto positivo de Democracia se adaptan a la idea administrativa del mundo y la cyberorganización de la humanidad o de aquello que aludía en su día (Herbert Marcuse / Nueva definición de Cultura) el mundo globalizado en constante cambio y necesidad de dar respuestas rápidas y virales a la hora de gestionar al nuevo ser «el hombre hiperpolitizado»

Animal inacabado

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Humano Inacabado
No es mío el descubrimiento del «animal inacabado» tampoco el concepto en sí, pertenece a Theodore Roszak, sociólogo icono de los ´70. Así como otro maravilloso concepto cuasi-mágico, como el de «contracultura». Pero el concepto de ‘animal inacabado’ me subyugo, me dominó hasta el punto de querer hacerlo mío, parte de mi jerga científica. Nunca antes un concepto se había presentado ante mí como necesario. Hay cosas que descubrimos pero ya estaban inventadas. Especie de eslabones perdidos que te permiten sintetizar ideas, que por sí solas estarían dispersas, inconexas.

Encuentra un simple palo torcido, y de repente se convierte en otra cosa, por ejemplo, en un «Boomerang» eso suele pasar, en realidad cuando sucede, te transforma en un investigador, y ya no dejas de observar todo. Sucede muy a menudo en las ciencias sociales, encontramos cosas y conceptos creados por otros con una utilidad muy específica, y carga emocional, a veces ambigua, a veces marginal. Hasta que alguien descubre la genialidad del concepto, su riqueza, y la convierte en una categoría exhaustiva, que logra unir y explicar ideas inconexas, en un cuerpo teórico e histórico.

‘El Animal inacabado’ es el humano inacabado, el sujeto histórico inacabado en todas las ciencias del hombre. Ninguna ciencia, ni la filosofía, ni la historia, explican al hombre como animal acabado. Explican la evolución y el árbol genealógico de los homínidos; otros la evolución en términos de progreso material y sociocultural, como la historia y la antropología. Sin intención de invalidar la tesis del eslabón perdido, que explique el origen del hombre, especie de teoría del: «Big Bang» Habrá que plantearse, si la evolución se ha detenido, o si nuestra especie es la única inacabada.

Para el zoólogo y etólogo de la universidad de Oxford, Richard Dawkins: “somos máquinas de supervivencia, autómatas programados a ciegas con el fin de perpetuar la existencia de ‘los egoístas genes’, que albergan nuestras células”… Somos anfitriones de nuestros genes, o lo que es lo mismo, los genes son nuestros inteligentes huéspedes, con un plan, la supervivencia. No están encargados del diseño humano, eso le corresponde al anfitrión.

Esta es la comprobación teórica del diseño humano inacabado. ¿Qué harían los genes, sin un transporte eficiente, en dos patas y chateando en la red?. Los grandes cambios en la evolución de los ‘homínidos superiores’, fueron determinantes para su expansión planetaria. No hablo de una raíz común, sino de un propósito común, de un diseño común, y de una superconciencia común. “La tecnología es un sistema de representaciones, valores y símbolos potente, es potencialmente una forma de comunicación efectiva, ahora horizontal” El cambio biológico del hombre vertical al horizontal y líquido, no es cultural, es evolutivo.

La sociedad hiperconectada, es un paso más en la expansión, en la supervivencia de los genes. La ‘realidad virtual’ se presenta como una nueva habilidad de la inteligencia humana, hasta ahora desconocida; como en su día fue el lenguaje. La cyberorganización de la humanidad determina una nueva conciencia humana evolutiva. Es una prueba más del hombre inacabado. Dedicamos más tiempo a la realidad virtual, que al mundo real. Lo digital es una extensión del cuerpo humano, diría hoy Marshall McLuhan.

El cambio no es lo que aprendemos, sino lo que percibimos de él (el sustrato común) Es una nueva forma de entender la tesis del ‘inconsciente colectivo’, postulado racionalista donde los haya, o tesis arriesga de Carl Gustav Jung, a mi entender, no superada hasta ahora. Jung, nos ha permitido asomarnos a la caja negra de las especulaciones del hombre inacabado.

El hombre inacabado
Esta categoría resuelve la tautología entre esencialismo y finalismo, del diseño divino de los humanos y lo devuelve a la biología evolutiva del hombre, como el “único” animal inacabado conocido del universo. ¿No conocemos a ciencia cierta, por qué los genes se perciben como estructuras ‘inteligentes’, tampoco el plan final de sus existencia? Desconocemos lo básico, el origen y el final.

La evolución ortogenética del hombre, es la hipótesis más cercana a las de ‘Pierre Teilhard de Chardin’. “Es una hipótesis biológica según la cual la vida tiene una tendencia innata a evolucionar de un modo unilineal debido a alguna “fuerza directriz”, ya sea interna o externa. La hipótesis tiene bases filosóficas de esencialismo, finalismo, y de teología, y propone una fuerza intrínseca que lentamente transforma las especies” Estamos hablando del animal inacabado, el hombre.

Me quedo con esta frases de Bertrand Russell «Lo más difícil de aprender en la vida es qué puente hay que cruzar y qué puente hay que quemar…» El conocimiento, no siempre avanza, concatenando puentes, a veces derribandololos, el conocimiento no se parchea, se versiona hasta el infinito, es la ley de la sociedad código fuente.