
Las palomitas de maíz (cotufas) en sus pautas físico químicas, pueden ser equiparadas con las personas y pueblos sometidos por el totalitarismo. Si los depauperados por el comunismo populista en estado de semiesclavitud no reciben su caja de lentejas CLAP, como en Cuba y Venezuela, el maíz social empieza a calentarse aproximadamente a 347 grados Fahrenheit. La presión dentro del grano (pueblos e individuos) puede llegar hasta 9 kilogramos por centímetro cuadrado antes de que finalmente estalle la cáscara. Los regímenes totalitarios científicos, han aprendido la lección físico-química del estallido social por la acción térmica. Sobre todo, los cubanos que han controlado la temperatura del maíz a su perfección durante 60 años. En la novela de Ray Bradbury «Fahrenheit 451°: Era la temperatura a la que el papel de los libros se inflama y arde».
En Venezuela, en apariencia, no hay una guerra convencional, pero las bajas humanas y el número de represados es el mismo y el grado de destrucción también. Pero tampoco hay paz en los términos occidentales del concepto bíblico de una paloma blanca, con una rama de olivo en el pico. En la antigüedad los tiempos, o más bien, los periodos de paz, eran periodos para prepararse para la guerra. La paz no es tranquilidad, sino el nombre que recibe el contrato de mutuo acuerdo, mejor conocido como armisticio. La beligerancia no termina con la paz, en todo caso claudica. Pausar los antagonismos, no es salir de ellos; la renuncia tampoco resuelve los conflictos, sobre todo si son de orden moral, religiosos, étnicos, culturales y pendencieros. En la cultura hebrea, la educación para la paz, es preparación para la guerra. En realidad, es parte del código fuente de la humanidad.
Las cajas Clap de lentejas paraíso (CLAP boxes of lentils paradise), tienen orígenes oscuros y bizarros, en la guerra de independencia de Venezuela y en Cuba. Fue un recurso copiado por los españoles a los conquistadores árabes de la península ibérica. Se utilizo como último recurso por los patriotas independentistas, después de perderse la primera y la segunda República… Fue el General Páez, que dio cuenta del error continuado del modelo fracasado de la guerra convencional entre iguales. Temprano entendió que las guerras tenían un componente de marketing inherente, con independencia a los ideales políticos y filosóficos…
Posiblemente también el Taita: José Tomás Boves, quien levantó a los llaneros aduciendo que Bolívar y los demás iban a crear una república para los blancos y que el Rey de España Fernando VII, había prometido la libertad de los esclavos, y privilegios a los llaneros realistas…
Es evidente que la guerra necesita consumidores y un factor replicante (las lentejas paraíso) El libertador Simón Bolívar, también utilizo el recurso del marketing (Decreto de Guerra a Muerte). Aunque la realidad sea mucho más compleja que este ejercicio dúctil y grácil de la historia, no deja de ser un dilema para la reflexión. ¿Romanticismo decimonónico vs. Ignorancia y realidad?
Para granjearse (fidelizar) a soldados y esclavos descontentos con el trato inhumano y clasista que los oficiales realista les daban a la tropo de irregulares en el campo de batalla. El General Páez, un genio estratega, ofrecía a los hambrientos desertores, uniformes con botones dorados, ilustradas botas, caballos y el reparto del botín de guerra. Prometió la libertad de los esclavos… Lo que logró fidelizar a los esclavos negros, y a los llaneros, bajo la promesa de la primera caja Clap de la historia en Venezuela.
La historia da la independencia de Venezuela, está plagada de inexactitudes y leyendas heroicas vagas, como en todas las narraciones hechas por los vencedores de cualquier conflicto armado en la historia de la humanidad. Una de ellas es la creación de mil y un cesares populares, anónimos y si es posible étnicos. Garantizar que nadie quede fuera de la foto de la gesta emancipadora es un aserto histórico del vencedor. Aunque el día después al retrato al óleo, no queden lentejas del Paraíso para todos y todas…
Uno de esos césares populares “mitad realidad, mitad leyenda”, es la de un negro esclavo llamado Pedro Camejo, mejor conocido por el alias de “El Negro Primero”, el apodo se debe a que, a los esclavos durante la primera y segunda República, en el frente de batalla, se les utilizaba de avanzadilla para medir la capacidad mortífera del poder de fuego del enemigo, al grito de los oficiales criollos: “manden a los negros primero”. Tal nivel de crueldad y barbarie (inhumanidad) estuvieron en parte las causas de la perdida de las dos primeras repúblicas patrióticas.
La paloma blanca representa un algoritmo histórico, una instrucción temporal en medio de un proceso natural, tiene un inicio y un final pautado. En otras palabras: la paloma representa el retroceso de las aguas a su cauce, no a su final. De ahí que el diluvio, en teoría, este en stand-by, por ahora. En Venezuela la paz es una falsa ilusión, un estado de espera insoportable.
La pregunta es un llamamiento reflexivo a la conciencia seudo revolucionaria de la resistencia: Dónde están las “lentejas del paraíso” de la oposición. Sabemos la oferta, pero no el beneficio. El cese de la usurpación, el gobierno de transición y las elecciones libres vs. Lentejas paraíso, contante y sonante del régimen chavista.
Los granos venezolanos hoy, son producto de una cosecha trabajada en 20 años de un régimen que tomó de Cuba la férrea voluntad de sostener la temperatura lo suficientemente alta para estallar a lo interior, a conveniencia y disposición; y baja otras veces para evitar su reventón y así quemarse…
Hugo Chávez conocía bien la importancia de mantener un «estado de paz» que se preparara para la guerra… Y ese escenario no ha sido para nada convencional… Enterrar a sus hijos en el jardín de casa es una de esas cartas… También la de la familia que vela a su muerto por falta de antibioticos, en la sala del hogar y bajo la mirada de un cuadro de Chávez con su típica indumentaria de soldado paracaidista…
Allí objetivamos esa fidelización de los granos… Y ojo, hay que señalar que la extorsión histórica en la reacción química, no se limita a los que menos tienen… Es imperativo que incorporemos en la olla de presión a los grandes capitales que también se sometieron a la merienda con aliño cubano…
La paz… O mejor dicho ese estado de espera insoportable que ya no es tal, se ha venido transformando y experimentado cambios significativos… Hoy quien provee las clap de la esperanza es un joven que decidió entrar en campaña y cada semana recorre el país para abrazar, besar y prometer… En su interinato ha boceado en otras latitudes para hacer de la esperanza una clap más distinguida y con mejor olor…
Esas son las lentejas… Y no sólo sabemos la oferta sino que ya empezamos a comprender el beneficio… Un beneficio que ha disparado las alarmas porque los granos seguirán sometidos al calor, con una mano compartida que negocia en Oslo el 70/30 y/o 60/40 la administración de los recursos del país…
En el interín el reventón de las cotufas ya arrojó a más de 4 millones de almas fuera del circuito cubano, y hoy vemos con preocupación el horizonte de una posible africanización de Venezuela como una nueva sucursal del infierno… Tendremos «ayuda humanitaria» (poca), despertaremos la compasión (inútil), protagonizaremos más y nuevos documentales (morbo) y viviremos la indiferencia (muchísima)…
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