“Dios no es una buena explicación”

“Dios no es una buena explicación”. Gracias a esta reflexión, la humanidad ha dado al mundo hombres de ciencias como Charles Darwin. Dios nunca fue un problema para Darwin. Nunca cuestionó la existencia de Dios, porque ese no era el objeto de la biología en cuestión (ciencia de lo complejo), sino el conocimiento científico. No es una cruzada contra Dios, sino contra la ignorancia. Ninguna investigación científica comienza con Dios, y tampoco termina con la muerte de Dios.

«Tanto tiempo hemos llevado [esta vida] pues tal era nuestro destino» Esta fórmula de pensamiento existencial de entrega al hado y la fatalidad, apareció en la civilización occidental en la edad media. Más que una fórmula racional es un dictado, un condicionante de la conciencia social de los seres humanos. Ello es un registro de la presencia de un modelo biológico clonado en lo económico, político y teológico, imperante y coercitivo. La reflexión velada del poeta normando del Siglo XII Béroul, quien versionó la leyenda de “Tristán e Isolda” no pasa desapercibida para la sociología entrenada en la fenomenología del conocimiento. Las palabras están a nuestro servicio, no al revés. Lo mismo digo de las ciencias sociales. Cuando la disciplina científica no nos deja ver la trastienda, estamos obligados a revertir el orden de las cosas. La sociología (forense) no espera a que las “cosas” alumbren para estudiarlas, sino que estamos obligados a arrojar luz nosotros sobre ellas. “la luz está a nuestro servicio, no al revés”.

Uno de mis libros favoritos de culto es éste “EL RELOJERO CIEGO” de Richard Dawkins. Donde he encontrado una fuente inagotable de analogías con la teoría política, e incluso con las sociedades primitivas y las complejas. A veces me pregunto, sí fuera de la Paideía marxista, del saber ser, y saber hacer: la lógica del socialismo científico de lo simple y lo complejo, se puede aplicar la metáfora del relojero ciego.

En este caso, el «diseñador» es la selección natural inconsciente, es decir, el relojero ciego. Tenemos que diferenciar entre azar y creación inconsciente en la proposición audaz de Richard Dawkins, lo que genera ambigüedad en ambas afirmaciones, por ser demasiado genéricas. En mi caso, no me vale la idea inconclusa y sin resistencia, sobre el azar de las cosas simple del universo, y el diseño inconsciente de todo lo complejo.  

En el Relojero Ciego, el biólogo y naturalista británico nos dice que, Nosotros los animales somos las cosas más complejas del universo conocido, que los humanos no hemos sido diseñados para ver cosas muy pequeñas, tampoco las muy grandes. El microcosmos es invisible e inútil para la vida, no así para el intelecto como diseño consciente planificado… También el insondable universo se nos presenta etéreo y también inútil para la vida biológica. Nadie comúnmente reflexiona sobre estas cosas porque nos convertiría en seres agotados e ingobernables. El relojero Ciego, nos devela que el diseño de lo complejo y lo simple es producto de la selección natural inconsciente, el relojero ciego, es el gran constructor. 

Para el materialismo científico (marxismo) ni el azar, ni las casualidades, ni Dios gobiernan las sociedades. Estas son sistemas ideológicos complejos, diseñados por las clases dominantes del capitalismo. Para Marx, la economía política e incluso el hombre dentro del capitalismo, son diseños planificados en su conjunto por un relojero vidente. Funcionan en su complejidad como los relojes hechos por un diseñador planificador e intencionado, el capital. A caso hay alguien detrás del diseño capitalista, o fue producto de la suma de pequeñas cosa al azar desde lo simple a lo complejo.

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