Lo idóneo en política o lo políticamente correcto en la sociedad actual del empoderamiento de las minorías emergentes (la democracia inversa) o evolución política no virtuosa, es la nueva normalidad, la nueva conciencia. Lo guay es plegarse uno mismo, como un armadillo contra cualquier amenaza de pensamiento crítico, disidente y antagónico con la posverdad oficial. Con independencia de los 100.000 millones de neuronas y miles de millones sinapsis complejas que poseemos en el cerebro, algo de la maquina biológica perfecta, semejante a la de Turing, ha dejado de funcionar. “los humanos hemos detenido la evolución y aparentemente retrocedemos”. Seis millones de años de evolución se han visto comprometidos con la estupidez humana de última generación. ¿La civilización tal cual la hemos conocido y representado, está tocada…?
Lo importante hoy día, no es la renovación del poder judicial “jueces y juezas”, lo relevante para el gobierno comunista tribal de (Radio Colifata) está en la proporcionalidad de jueces y juezas y afines, hembras, barones y viceversa, machos, hembras y nuevos géneros en perfecta y sincronizada cremallera pseudo biológica, “one to one”. El problema surge por la demanda agregada de los nuevos géneros sexuales de los colectivos excluidos de la cremallera ideología de género. Una ecuación de difícil encaje lógico y racional y científico. No, no es la renovación, sino más bien, el cambio de paradigma ideológico de los jueces. No es renovar, sino cambiar el modelo de pensamiento. Ingeniería social de la parafernalia comunista
“En el campo de la Historia, la aportación de Ortega y Gasset se centró en la Teoría de las generaciones, según la cual, los cambios de época se deben a «variaciones en la sensibilidad vital», que se traducen en el cambio de generaciones: el desplazamiento de una generación vieja por una nueva. Así en la concepción de Ortega, la generación pasa a ser una «categoría histórica», el concepto fundamental de la historiología y el instrumento más eficaz del método histórico. Sin embargo, eso que Ortega denomina «cambios de sensibilidad vital» no es una de las causas del desarrollo histórico sino uno de los efectos en que este se manifiesta. Del análisis del pensamiento de Ortega, se deduce que esos cambios o variaciones son la forma en que se manifiesta el cambio o variación de las Ideas, con mayúsculas. Es decir, «una variación de las ideas disueltas de cada época, que están flotando y que el individuo no las posee, sino que está inmerso en ellas o gravitan sobre ellas». Empero, a su vez, como fue enunciado por la teoría del materialismo histórico y la investigación histórica empírica ha confirmado, esas Ideas, surgen de las condiciones humanas de existencia. Es decir, de las condiciones en que el hombre realiza su actividad productiva, en función de desarrollo técnico y social y de los sucesivos problemas que tal actividad le va suscitando”
Quedémonos con esta última reflexión imprescindible para entender el nuevo cambio de paradigma, que difiere al de fenomenología histórica…“De las condiciones en que el hombre realiza su actividad productiva, en función del desarrollo técnico y social y de los sucesivos problemas que tal actividad le va suscitando” Estos cambios están negados o ralentizados, a las sociedades menos desarrolladas del tercer mundo y, menos dependientes de los Estados ricos y proteccionistas… El mundo a dos velocidades… El estado de bienestar asociado a la tecnología y las sociedades avanzadas y “ricas”, desmontan la conciencia del progreso humano y social asociada al trabajo. El hombre como factor productivo y de riqueza de las naciones….
El problema de una sociedad que produce parias subvencionadas, mantenidas por el Estado y, las políticas sociales expansivas cortoplacistas basadas en la riqueza, y la deuda ilimitada, sólo crea dependencia, miseria gradual, o el llamado, o mal interpretado estado del bienestar. Ya nadie depende de sí mismo y sus capacidades intelectuales de lucha basadas en el trabajo y el compromiso con el país, con la Nación… Las sociedades progresistas se organizan a través del reparto y la distribución de bienes y servicios públicos a base del expolio de los beneficios de las empresas y los trabajadores.
El “Remake” de una nueva civilización gobernada por las minorías empoderadas y destructiva contra cualquier forma de pensamiento critico que no se pliegue a la irracionalidad del buenismo progresista… https://latribu.blog/2017/10/06/el-vacio-del-vertice// Una vez que la tecnología y la sociedad del bienestar (civilización) llegan al vértice de la pirámide, toca retroceder inexorablemente. Es un comportamiento animal que atrofia las capacidades cognitivas de los homínidos Hombres…
Todos alguna vez en nuestra vida, deberíamos leer “El malestar en la cultura, de Sigmund Freud” es una tesis brillante y profético, que contiene muchas claves para entender el cambio de paradigma de nuestra sociedad, y la ruptura con la historia. ¿Por qué el pasado estorba para reafirmar el presente?. También el filósofo español, José Ortega y Gasset, lo planteo en clave de filosofía social, en términos de cambio generación atípico. Salvando las distancias ambas tesis se complementan en un espacio atemporal e imaginativo…
A la verdad le sucede lo mismo que a los bienes de consumo, de hecho, es un “objeto” una mercancía más del mercado. La política es el arte de vender ese único bien de consumo. Hoy 27/01/2021, no los voy a oxidar con sociología Bambi, para bambis del siglo XXI. Les decía que la nueva realidad es la nueva verdad. Que no existe realidad, solo la verdad. Llamamos verdad a un constructo ideológico, de ahí que los ilustrados de las redes sociales digan aquello de: “esa será tú verdad, no la mía”. De aquello y de esto está hecho el posicionamiento político, o más bien la trivialización de las sociedades hiperconectadas y empoderadas rabiosamente por el motor de la verdad, no de la realidad. El nivel más alto de la verdad, no es producto de la ciencia sino del mercado. El enfrentamiento emocional aditivo (no racional) es el motor de la nueva sociedad en defensa de la verdad verdadera no contrastada, sino comprada adquirida como mercancía de un solo uso.
La polarización política en occidente no es consecuencia de la racionalidad didáctica de la observación, sino, de la evolución inmanente de las sociedades líquidas. Los Estados nacionales ya no socializan ni amalgaman a los individuos en el bien común. El Ser social de las sociedades inteligentes empoderadas, determinan la conciencia social de los individuos despojados del bien común compartido, la ciudadanía. Los despojados se redistribuyen orgánicamente (evolución del mercado de la verdad horizontal creativa) en dos únicos nichos políticos, que nada tienen que ver con el progreso, el desarrollo ni la economía. Nada de ello se discute, es irrelevante, solo el signo de la tribu, izquierda o derecha, el mal o el bien, en una dicotomía antropológica perfecta, “fifty and fifty”. Tal dicotomía mecánica, la vimos configurarse en tiempo real en las elecciones presidenciales de EEUU. (Homo Paradisiacus).
La razón para Hegel era un principio inmanente a la historia, y por lo tanto al Ser social, es decir la conciencia social (historicismo), no era un proceso, sino un condicionante. ¿Qué ha cambiado hasta ahora en la fenomenología hegeliana? Nada, absolutamente nada, Todo se cumple como la ley del Péndulo de Foucault. Las sociedades han permanecido oscilantes hasta día de hoy, describiendo los mismos procesos históricos de una trayectoria descriptiva matemática. El problema es qué no podíamos, o no se podía, advertir nada hasta que ya ha sido realizado, hasta su propio consumo, que no es su extinción, sino su nuevo inicio. Un ejemplo de dominación cultural es la invisibilidad del dominante. Incluso el dominador desconoce sus leyes naturales, como el péndulo desconoce las fuerzas invisibles que operan sobre ella. Veamos un empleo de la alienación por medio de la razón de la filosofía hegeliana.
¿Todos podemos tener una conciencia revolucionaria?
No se necesita ser proletario, o lumpen de masas desclasadas, excluidas, marginales. En otras palabras: La izquierda, ni la pobreza material tienen nada que ver con la revolución y mucho menos en el pensamiento revolucionario. Por mucho esfuerzo y empeño que hagamos en buscarlo en las cajas de Corn Flakes de Kellogg’s de los años 50, y sus pedagógicos mensajes sobre historia y tic´s culturales. La “izquierda nos ha tratado y sigue con éxito tratándonos en sus experimentos de control social como perros de Pávlov. Sin ningún esfuerzo reflexivo moral, una de las partes del half and half , o “fifty and fifty” de la sociedad está dispuesta a extermina a la otra parte de la sociedad, obstáculo para la felicidad última. Han pasado muchos siglos desde Clístenes padre “inventor” de la democracia. El problema que tiene la humanidad en términos culturales es creer que la democracia es un bien natural humano, que viene con la especie animal. El problema de fondo es que nada de todo ello tiene nada que ver con la libertad del hombre en sociedad, más bien con la involución del modelo ideal de la humanidad abierta y global. En realidad la transición es mucho más simple de lo argumentado anteriormente. Hemos transitado desde la sociedad líquida a la verdad líquida.
Las Redes Sociales han dejado de ser sistemas abiertos de libertades ilimitadas, de multitudes inteligente y felices de la Era Google de los “happy flowers”. Ahora todo es historia efímera del pasado. Las redes han evolucionado, o mas bien las han revolucionado, se han convertido, de facto, en ciber-Estados totalitarios, en modelos y estructuras políticas al servicio de ideologías verticales del mundo real, el mundo de los intereses políticos, desde donde emana el poder último del control social y del pensamiento único, en los campos de fresas en red. La ilusión de libertad duró muy poco.
Los Estados y gobiernos, son los grandes sobrevivientes del mundo tangible del poder vertical, emigrados ahora a las redes sociales, a donde han ido las manadas y las tribus de los campos de fresitas y flores, buscando libertad. Si los antiguos ciudadanos están y viven, tres cuartas partes de sus vidas en las redes sociales, el Estado y los gobiernos también quieren estar.
Instagram posee una población de avatares cercana a los 900 millones de perfiles, (cuentas), y no es la más grande de las redes sociales en usuarios. Es una tentación que pervierte la razón y la moral. ¿Quién no va a querer ser el jefe de tantos avatares, su caudillo, su timonel? Es ingenuo pensar lo contrario, gobernar un Estado llamado Instagram, con millones de Instagrammers paciendo y pensando libremente por el campo de fresas, es hoy realidad, no es una distopía literaria, es la distopía instalada.
Ahora el árbol prohibido del conocimiento se llama en las redes sociales “Normas comunitarias” es el pequeño cartel de aviso clavado al árbol, “warning”. No diga que no está advertido. El problema de esas normas es su imaginario ideológico, y su desafecto con la libertad de pensamiento, y la vulneración de derechos y garantías. Una red social no debería ser, o no puede ser, un espacio de arbitrariedad jurídicas e ideológicas. Tampoco es una supraconstitucional online.
No existe Estado totalitario sin un aparato represivo, y un centro de inteligencia adaptado a la tecnología de su tiempo, y campos de fresas vallados. Todo paraíso tiene un árbol del conocimiento del bien y el mal, un árbol prohibido, una jerarquía de arcángeles omnisciente, de vigilancia de la nueva normalidad.
El concepto de infracción en las Redes Sociales, cada vez más, se parecen a los zapatos de cemento de los Gánster, en cierta medida transmiten el mismo mensaje y el mismo miedo. Un método persuasivo infalible para hacer invisible a los disidentes con el código de la mafia. El equivalente a los zapatos de cemento, son los baneados y el exquisito “Shadowban”, especie de prisión de Alcatraz para Instagrammers díscolos. Una temporada a la sombra, amansa a cualquier disidente, y si cuenta su experiencia, más que mejor, porque sirve de vehículo para esparcir el mensaje del miedo, los temibles zapatos de cemento offline, los Shadowban, y los baneados.
“Los Gulag de las redes sociales”
Una temporada invernal en los campos de reeducación de los Gulag online, como castigo, es una práctica aceptada y con poca resistencia popular en las redes. Nadie se solidariza con un apestado, un señalado por el poder, ello responde al estigma psicosocial de «algo habrá hecho». Un confinado, es decir, desterrado a los confines del mundo conocido, el Fisterra, es el summum, el grado máximo al que puede llegar el poder en su crueldad. Peor que la muerte más temida!
El control social y represivo, requiere tecnicismo, sobre todo aprendizaje de la historia y método científico. No se matan moscas a cañonazos como lo hacían los regímenes comunistas de fuerza. Todo evoluciona para mejor. Un ejemplo es: No hablar de regímenes proletarios, sino de gobiernos progresistas. Si alguien ha aprendido más que los propios liberales sobre la sociedad del consumo y los mercados y la publicidad, son los antiguos regímenes proletarios, hoy progresistas con todas sus letras. No hablo de las libertades, ni de la propiedad privada, ni el capital, sino del lenguaje de las masas y sus expectativas de progreso.
«¿Has notado que tus publicaciones tienen menos alcance? ¿Tus últimas publicaciones no han tenido las interacciones esperadas? Es posible que hayas cometido alguna infracción e Instagram te haya baneado tu cuenta.»
Facebook es la plataforma más popular en el mundo, con 2.3 mil millones de usuarios activos, y la más temida de todas las redes. Pero debemos decir en su favor, que han dejado de matar moscas a cañonazos, e incluso el temible dedo pulgar sobre el cristal de la ventana, aplastándolas. El Baneado y los Shadowban son formulas exquisitas de nueva generación (Algoritmos de censura), pero sin dejar restos de sangre. Hacer intrascendente a los infractores del pensamiento político único, hacerlos irrelevantes, pero sin que se den cuenta. El secreto está en poner a la sombra todo lo que publiques en tu muro, evitando su capacidad viral de difusión. Quizás una docena de seguidores puedan verlo, para crear la falsa armonía, la falsa ilusión de estar vivo en la red.
Cómo controlan tu información, tus opiniones, las principales redes sociales: Twitter, Instagram, Facebook y Youtube; ya no te borran la cuenta por ser una mosca cojonera. Ahora te encierran dentro de una botella trasparente para que sigas teniendo la sensación de libertad. Ocultan tus opiniones, hasta hacerlas irrelevantes, inocuas, sin que te enteres, una muerte intelectual lenta. Literalmente te ponen a la sombra, ralentizan tus contenidos, anulan tu voluntad y personalidad en la red. El algoritmo se llama, ‘Shadow Ban’. El cruel confinamiento invisible, es una forma más de exterminio virtual de un avatar disidente… La solución final nazi, pero ligera, light.
Para el filósofo Prusiano, Immanuel Kant: “El disfrute del poder corrompe de manera inevitable el juicio de la razón y pervierte su libertad”.
(*) Para la segunda parte de este post: les hablaré de la necesidad de crear asociaciones virtuales de usuarios de cada una de las redes, e incluso, la figura internacional de defensor del los avatares. Si los gobiernos han perseguido a los ciudadanos hasta las redes sociales, también habrá que protegernos de las arbitrariedades de los administradores de las grandes redes sociales, y los gobiernos emigrados a las redes.
¿Saldremos indemnes de la globalización, o de las tribus globalizadoras? Es la pregunta franca que me hice al empezar a leer el magnífico ensayo de Amin Maalouf ‘El naufragio de las civilizaciones’. Si os soy sincero al terminar de leerlo, no encontré la respuesta esperada, es más, ninguna parecida. El problema cognitivo y de asimilación de las ideas, nunca se le puede achacar a la obra, sino, a la reconfiguración del lector encriptado en un deber ser de las cosas, y menos, partiendo de un dilema personal. Es como intentar arrancar un coche echándole azúcar al tanque de gasolina. Es decir, no se puede leer estando dopado de ideas y prejuicios tabú, para buscar unicornios azules.
Eso sí, encontré algunos planteamientos que me reafirman mis tesis sobre las nuevas tribus globalizadoras, que me han ayudado a mejorar y ampliar mis teorías sobre los nuevos paradigmas y sus paradojas sociales. De eso se trata la investigación sociológica: masticar el cuero para ablandar los mocasines como lo hacían las mujeres de la cultura Powhatan, los primeros zapatos ergonómicos del mundo. Por qué éste ejemplo tan rebuscado y provocador. Porque es una forma de medir la indignación. Cuantos de ustedes habrán reparado en la ideología de género, como modelo corrector del discurso. “Es decir los indios americanos eran machistas”
Amin Maalouf es uno de esos sociólogos acostumbrados a masticar el cuero, antes de hacerse unos cómodos mocasines indios Powhatan… Nos habla, o más bien nos alerta de que «nuestras civilizaciones se agotan», aportando una panoplia de razones y desenvolventes históricos ilustrativos, no por la variedad de ejemplos, sino, por la acertada actualidad de la inmersión teórica. La desconfianza hacia el «Otro» como motor de las tribus globalizadoras.
Vuelven los Yo acuso de Émile Zola, el Me too, el pacifismo, el multiculturalismo, la xenofobia, la intolerancia política y religiosa, el populismo, el individualismo y la insolidaridad del nacionalismo, el negacionismo, el animalismo, el podemismo, el feminismo, el ecologismo militante, el adanismo ideológico, y el ANTIFA del antirracista del «Black Lives Matter», Las vidas negras importan.
La única amanera posible de entrar a una tribu globalizadora de la “nueva normalidad vigilada” no es con el empleo de arietes medievales, ni complejas contraseñas, sino con una simple camiseta con el eslogan de pertenencia, y en su efectos, un emotivo tweet, y el obligado y like de me gusta. Antes de la globalización y del fin de las ideologías de Daniel Bell, todo tenia esqueleto como los vertebrados. Hoy en día, las ideologías son invertebradas, y duran menos que el sol del mediodía en invierno.
Del “me too” al “you too”
La plataforma HBO (Taquilla en casa) el canal de TV por suscripción con sede en New York, se suma al movimiento «Black Lives Matter». Ha decidido retirar de su amplia oferta de cine la película “Lo que el viento se llevó”, por ser una película racista. Guión cinematográfico basado en la novela de Margaret Mitchell. Una de las novelas más populares de la historia de la literatura universal. Hace poco tiempo, y a motu proprio (iniciativa), había tenido otras ocurrencias populares, como fue retirar de sus listas de films las películas con fumadores, lo que reducía su cineteca a la décima parte de toda la producción mundial. Lo que los hizo recular muy pronto. Si al cine les quitas, la carne, el gluten, la grasa, el aceite de palma, el azúcar, los conservantes, los colorantes, el amarillo No.5, la lactosa, la cafeína, y el plástico, te quedas sin cine. Tenía razón el bolchevique Vladimir Ilyich Lenin, en su visión del cine como herramienta educativa al servicio de la revolución.
No han tardado mucho las temidas “tribus globalizadoras” en producir y reproducir nuevos prototipos de movimientos progresistas (nichos) anidados en el resentimiento atávico y arcaico. El miedo se reinventa como nueva lucha de clases; ya no es la pobreza, ni las naciones, sino la nueva sociedad sin nación. De la metamorfosis a la transición del modelo de denuncia (Yo acuso) de Émile Zola, pero versionado a lo vestía en las redes sociales. Del célebre yo también, “me too” a este otro modelo de acusación e identificación del enemigo, tú también, “you too”. Este libro, ésta escultura, ésta calle, ésta película, éste autor, etc. son enemigos de la tribu globalizadora.
¿El porvenir de las nuevas generaciones es incierto, se basa en el aniquilamiento de la historia?. ¿desaparecer lo que ha dado sentido a la aventura humana?, ¿Y las naciones Estado, desaparecerán?. La nueva pesadilla no tiene pasado, sino futuro.
El guerrero más fuerte de Israel fue Sansón, quien utilizó la primera arma de guerras no convencional para aniquilar el solo a mil hombres. Una quijada de burro. Es decir, que, hasta la misma Biblia, nos dice, más allá de las parábolas morales evangelizadoras, que para la guerra y la paz se vale todo. Para mí la enseñanza moral de esta parábola es la defensa con un objeto no esperado por el enemigo.
Éste post va sobre “guerra, Paz y libertad” y no me estoy refiriendo a la invasión napoleónica de Rusia, o la Era postnapoleónica ni a ninguna otra guerra de las llamadas convencionales, guerras correctas, tampoco a la novela del inefable León Tolstói. El problema de la expresión convencional es su propia definición como: habitual, acostumbrado, convenido, reglado.
El sociólogo y el politólogo deben analizar antes de especular, el lenguaje, la fauna, y la historia. Y luego hablar paja en abundancia, pero no antes. En la universidad los estudiantes de sociología en Venezuela, decíamos que antes de meternos en una jaula, primero había que analizar el palo del gallinero, como indicador de cagadas. En otras palabras, toda sociedad tiene su palo de cagadas.
Ante tanto convencionalismo abusivo sobre lo que es una guerra, incluida la paz, las nuevas guerras y la futurología Star Wars, es casi imposible sostener un discurso diferenciado coherente, otra cosa es que sea serio. Ahí radica el problema de fondo, cuando el discurso y las ideas transitan fuera de las vías paralelas. Las paralelas son líneas que se extienden hasta el infinito, pero nunca se cruzan, ni se sobreponen las unas a las otras. Es una definición de la geometría perfecta del discurso político correcto.
La Guerra y la Paz, como decía al inicio del post, no dependen a día de hoy de los hilos de viejas guerras de conquista y paz. No hay que remontarse a la gran Guerra de Kurukshetra, 3102 a.c. Narrada por el Bhagavad-Gita, ni tampoco a las guerras de Alejandro Magno. No todas las guerras son conflictos bélicos.
Hace poco asistimos a uno de esos modelos de guerras no clasificadas, pero sí reconocida por analistas políticos. La guerra mediática de Rusia contra EEUU, que aniquiló en las elecciones presidenciales de 2016, al partido Demócrata de Hillary Clinton con millones de cadáveres votantes, pero ningún muerto físico.
Las guerras económicas son en principio, guerras políticas porque de ellas depende el poder real de cualquier ideología. Para la Rusia de Putin, las noticias falsas, Fake news y las noticias profundamente falsas, las Deepfake, noticias de diseño basadas en el análisis de la Big Data, con ingeniería de laboratorio, vienen a ser lo mismo que la quijada de burro de Sansón. Un arma de guerra digital no convencional, low-cost.
En la búsqueda del supersoldado «The supersoldier» con poderes sin parangón, tales como leer la mente del enemigo, atravesar paredes o incluso matar una cabra con tan sólo mirarla fijamente. Son parte de la vieja ficción novelada: El mejor supersoldier, bueno, bonito y barato, son las Fake news y su ingeniería basada en la Big Data.
Hay quienes opinan, con mayor o menor grado de acierto, y otros sólo lo pensamos, que las tres potencias militares “Street Fighter”, siempre han trabajado en un “hipotético escenario de guerra biológica no declarada, que sustituiría la vetusta quijada de burro de Sansón, y los misiles balístico intercontinentales, las bombas de neutrones, y la militarización del espacio exterior del planeta.
Tampoco las actuales guerra de nueva generación, las Fake news de Rusia Today RT, y la guerra privada de Trump a los mercados y las instituciones de naciones unidas y la globalización. Los actuales arsenales biológicos y sus respectivos laboratorios militares, tienen viso sospechoso de ser el origen de la pandemia. ¿Es un hecho verdadero o probable?.
Pero sí altamente probable, es el accidente en un laboratorio biológico en Wuhan. Lo que el mudo ya reconoce entre bastidores, que el COVID-19, es el Chernóbil chino. La fuga de un virus letal. Un accidente que también pudo haber sucedido a cualquiera de los actores de las tres potencias militares “Street Fighter”.
No comparto las prisas de la elite científica (progresista) por desmentir las teorías de la “manipulación genética del virus” en un laboratorio militar biológico de Wuhan . Las prisas siempre son peligrosas. El efecto de esta gran mentira es tal que los científicos de todo el mundo han decidido estudiar sus genes para comprobar si, efectivamente cabe esa posibilidad. Lo que han descubierto es que una máquina de contagio tan perfecta está muy lejos del alcance de la creación artificial.
Ningún virus esta hecho o fabricado en una impresora 3D, tampoco es el resultado de pócimas mágicas combinadas, y mucho menos creados a través de la piedra filosofal del gran maestro Confucio. Los virus pueden ser manipulados genéticamente, y/o adiestrados. Si algo puede mutar, cambiar, puede también aprender; sí se les puede debilitar, también se les puede fortalecer.
El gobierno chino, y no me estoy refiriendo al genial y emprendedor pueblo chino, sino a otro tipo de entelequia política y militar ajena a los pueblos. Los interese aconfesionales de una mega potencia como China, que tiene ante si, desafíos imperiales a lo Star Wars, desafíos galácticos. No va a reconocer el origen militar del virus.
Ninguna potencia entra en un mercado para ser parte del microcosmos del mercado, sino paras ser el propio cosmos, el propio mercado. Antes hablábamos de los rusos y de Vladimir Putin innovando en la industria de armas de guerra no convencionales como las qijadas de burro. Ahora aparecen otros actores en esta guerra de qijadas. Los chinos con su jefe, Xi Jinping. Y no me olvido del Tío Sam, Donald Trump.
Los laboratorios Biológicos militares de nueva generación, hoy en día, son escuelas para virus, no tienen nada que ver con la idea anacrónica de almacenes de clasificación de virus, bacterias y hongos letales. Seleccionar los virus más mortíferos, y someterlos al aula de entrenamiento, aprendizaje, y luego al examen de escenarios de guerra. El lema griego de: más rápido, más alto, más fuerte, y más letal (Citius, Altius, Fortius) es una realidad. Se manipulan virus con sus respectivas vacunas. Un virus puede y de hecho lo es, el sustituto del supersoldado jamás soñado por ninguna potencia hegemónica, en la historia.
El juego de guerra consiste en medir su capacidad de destrucción, durabilidad, resistencia al clima y expansión silenciosa. Algunos de ellos son llamados virus morales: Aquellos que solo afectan a la población económicamente activa, e incluso a grupos de edad y raza. También se valora el tiempo que el enemigo tarda en encontrar una vacuna, y la capacidad de anular y destruir las economías.
El estado natural del hombre en sociedad, según Sigmund Freud, era la neurosis. Confieso que siempre he sido un enamorado de esta apreciación ontológica del hombre. Lo peligroso para la integridad del ser humano y la humanidad es la racionalidad lógica del androide desprovisto del airbag de la neurosis. Hoy día se criminaliza el pensamiento crítico basado en el modelado algorítmico psicosocial Freud. Cuando alguien pone en duda la verdad oficialista, se le tacha de fascista o conspiranoico, por poseer un sistema de protección activo (airbag) o teorías alternativas a la oficial.
Esto ha funcionado así a lo largo de la historia de la humanidad, y sigue funcionando en el Sanedrín mediático. A hora ya nadie habla de censura, basta bloque al infractor de la opinión oficial. También bloquear a tu enemigo ideológico es una arma no convencional de destrucción masiva, es el equivalente a la quijada de burro 2.0 del modelo tecnológico fact-checking, newtral.
La importancia de ser eficiente, a veces significa, no hacer nada. En sociedad el momento óptimo de la interacción social, no es un valor positivo necesariamente. Todo en sociedad (lo acontecido) a mi modo de ver, es parte de un juego que está representado por una recta numérica [continuum], cuyo valor central es cero, y sus extremos son infinitos, tanto para los valores positivos crecientes hacia la derecha de cero, y los negativos descendentes hacia la izquierda del valor absoluto cero. Todos los valores y hechos sociales que se muevan en ambos sentidos de la recta son valores racionales, pero individualistas y egoístas de los jugadores representados en el continuum de la recta numérica.
Quienes estudiamos sociología “marxista” en los años 70-80, no teníamos en cuenta “La teoría de juegos” por una razón muy simple. Negaba toda nuestra racionalidad materialista sobre el destino natural de las sociedades, incluidos los esquemas más bizarros, raros, extravagantes del ímpetu juvenil de la contracultura de los ´70. El comunismo marxista se nos presentaba como conciencia colaborativa emancipadora. El marxismo y la economía clásica coinciden en el fondo, cuando hablan de fuerzas invisibles, que organizan las sociedades «inteligencia natural». Según Adam Smith «el interés individual conduce a los seres humanos, como si fueran guiados por una mano invisible, hacia la consecución del bien común». Cambiemos en la teoría la figura retórica del individualismo, por la dictadura proletaria, el ápice del comunismo. El interés colectivo (naturaleza del hombre) o fuerza invisible del comunismo.
El problema de las manos invisibles correctoras del destino de los hombres, solo percibida por inteligencias superiores, es paja mental, onanismo teórico. Todas las especulaciones elevadas al orden de las leyes naturales, son sospechosas de doctrina dogmática. No poder demostrar los hechos, porque el fin último es tan bueno que es invisible a la inteligencia humana, es perorata.
El fin de la ideología, de Daniel Bell, resultó ser un lapsus histórico transitorio, «Coitus interruptus». En realidad, fue un invierno ideológico de la izquierda. Ahora lo que ha vuelto después de las vacaciones invernales, no es una izquierda con renovadas ideas historicista y globales sobre el destino natural del hombre, el comunismo. Eso sí, son los mismos brujos con diferente pipa. El comunismo renovado no es otra cosa que pragmatismo populista. La sociedad, incluida la política, no se mueven por las ideas deterministas del hombre nuevo, sino, por lo utilitario, de usar y tirar. El socialismo es hoy día, es el Prêt-à-porter, de la política de masas, es decir, no existe el diseño ideológico intelectual exclusivo y de autor, sino, el inducido por el consumo de necesidades, populismo del «Ta´ barato, dame dos»
Quien controla las necesidades humanas primarias (demanda) controla el orden de las cosas, incluido el juego en cualquier fenómeno interactivo. Hoy día, más que nunca, la democracia es parte de un juego de intereses interactivos. Es decir: las ciudades no se mueven por ideales colectivas o convicciones morales finalistas o naturales, sino por intereses individuales egoístas. La sociedad del mercado, ha modificado el viejo concepto monolítico de Democracia, el sacrificio de las partes por un interés superior al todo.
Los conflictos entre seres racionales que recelan uno del otro, o la pugna entre competidores que interactúan y se influyen mutuamente, que piensan y que, incluso, pueden ser capaces de traicionarse uno al otro, constituyen el campo de estudio de la teoría de juegos, la cual se basa en un análisis matemático riguroso pero que, sin embargo, surge de manera natural al observar y analizar un conflicto desde un punto de vista racional. Desde el enfoque de esta teoría, un «juego» es una situación conflictiva en la que priman intereses contrapuestos de individuos o instituciones, y en ese contexto una parte, al tomar una decisión, influye sobre la decisión que tomará la otra; así, el resultado del conflicto se determina a partir de todas las decisiones tomadas por todos los actuantes. (Wikipedia)
Ahora, la teoría de juegos planteada por Nash, Neumann y Morgenstern, nos plantea que el interés individual, el egoísmo y la racionalidad a la hora de tomar decisiones, conducen a los seres humanos a una situación no óptima, porque deben tener en cuenta las posiciones del resto de agentes involucrados en sus actuaciones. El empoderamiento individual requiere la renuncia al todo, por las partes egoístas. De ahí que, ser eficiente, a veces, significa en sociedad, no hacer nada. Estamos en una nueva sociedad que nos invita a jugar, a tomar decisiones arriesgas, sí o sí, posicionarse hasta encontrar el equilibrio optimo, inexistente.
“Juegos de la n-persona. La teoría evolutiva de los juegos considera los juegos que involucran a una población de tomadores de decisiones, donde la frecuencia con la que se toma una decisión particular puede cambiar con el tiempo en respuesta a las decisiones tomadas por todos los individuos de la población”. (Wikipedia).
Estamos en presencia de procesos “evolutivos paradigmáticos”
cambiantes acelerados (sociedad hiperconectada) La frecuencia con la que se toman
decisiones particulares o colectivas es vertiginoso, nada permanece estable, incluido
el recuerdo sociocultural.
En biología, esto se utiliza para modelar la evolución (biológica), donde los organismos programados genéticamente pasan a lo largo algo de su programación de la estrategia a su descendencia. (Wikipedia)
Podemos decir que el estado natural de la sociedad, no es la neurosis, sino el juego, el egoísmo individual de los jugadores. Jugar en este modelo de sociedad, es estar vivo. El modelo interactivo de sociedad virtual es un gran menú de opciones abiertas, donde puedes tomar todas las opciones que necesites, otra cosa es que llegue a alguna parte con todas ella…
La madrugada me encontró trabajando en la búsqueda del santo grial del diseño. Era sábado de primavera de playa para muchos, pero yo me encontraba atascado luchando infructuoso contra una idea por defecto viciosa, que no respondía «al planteamiento inicial del problema planteado por Petkoff». Sabía por experiencia que la solución a un problema mal planteado es una mierda. Ese día dediqué cada minuto de vigor a la misión, un encargo in extreme de Teodoro Petkoff: El diseño gráfico para un partido político no marxista, no autoritario, abierto y democrático, llamado: Movimiento al Socialismo MAS. –Por lo menos yo compre el producto–. Pasé el fin de semana confinado en mi habitación 3-IN-ONE, especie de estudio de trabajo, Isla robinsoniana y dormitorio, eso sí, escuchando a The Who, Janis Joplin, Led Zeppelin, Joe Cocker, Carole King y Joan Báez. Siempre he mantenido la creencia de que el diseño es producto de lo que escuchas y consumes.
Confieso que no podía dormir esa noche del viernes para el sábado; lo que me hizo madrugar fue el sentido del orgullo, la estima y el escozor del desafío. No es que no tuviese una idea de diseño inicial, el problema fue que la primera idea que tuve nunca llegó a abandonarme. Incluso por encima de otros diseños rupturistas y con más recuerdo e impacto visual. La primera idea de diseño fue en apariencia fatal y ruinosa, era digna del diván Jacques Lacan. Se había convertido en un problema de contaminación visual obsesiva. Y no tenía tiempo para una descontaminación documental apropiada, tampoco disponía de un layout orientativo y menos un dossier, sólo de un ‘planteamiento inicial’. Me encontraba como (Gary Cooper viendo el reloj) “Solo ante el peligro” con la diferencia, que una es ficción y lo mío realidad. Hay quienes piensan que el diseño no duele, pero se equivocan, lo que cobra vida siempre duele. Es el síndrome de Pigmalión.
“Cuando un cliente te dice ‘métele más diseño’ es porque te ha perdido el respeto, en otras palabras, estás muerto / M. E. Ponte
Durante mucho tiempo, quizás demasiado, tuve el afiche como segunda piel. Vivía rodeado de su materia estética y sus mundos coloridos de vanguardia. El cartel era el paisaje, como para otros, eran los discos de salsa, el rock and roll, y las barajitas de beisbol. En realidad nunca he sido un coleccionista ni fans de ninguna cosa, ni he estado encerrado en ellas… Mi estancia estaba tapizada de gritos y mensajes de rebeldía, a veces contradictorios entre ellos, eso sí, ninguno era un dechado de racionalidad virtuosa. En realidad estaban ahí para recordarme que no todo en el cosmos era izquierda, derecha y armonía. Me gustaban más por su estética disruptiva que por lo que revindicaban. Mi intelecto (formación) no se correspondía con la cultura de la pequeña burguesía acomodada de los nuevos ricos, que compraban libros por metros y colores que combinarán con las cortinas y los muebles del salón. Y si eran enciclopedias Salvat mejor, que mejor.
“El mundo no está hecho de verdades, sino de realidades que no gustan a todos”. Manuel Eduardo Ponte
En los años 70´ disfruté de la mayor panoplia de carteles gráficos de la historia antes de su inesperada muerte súbita a mediados de los 80′, la década Kitsch. En aquellos días se podía viajar por la historia contemporánea a través del cartel sin movernos de un lugar, e incluso, escribir nuestra propia crónica sugestiva de la historia que nos había tocado vivir o sobrevivir a ella. La Era de las oscilaciones ideológicas. Sabíamos como sociedad en qué estábamos, además que pensábamos con sólo mirar un cartel. De esto y de aquello, estaban hechas nuestras conciencias y nuestros sueños, llamémosle alienación. Hay un libro de antipsiquiatría intitulado “viaje a través de la locura de: Mary Edith Barnes y Joseph H. Berke”. Quizás debería yo escribir otro ensayo con un título igual de sugerente: “Viaje a través de la locura del cartel de los años 70´, los orígenes de la locura.
En tres días con sus lunas, cree el logotipo del puño en alto del MAS, cuyo diseño en apariencia ya existía en la memoria social de las dos últimas décadas. A veces el diseño es un proceso de síntesis y aproximación, más que de originalidad y capricho. Nadie crea nada más allá de su espectro sociocultural. Los diseñadores gráficos estábamos acostumbrados a crear cosas sin atender a la demografía de los pueblos. Seguíamos las pautas del arte, que no pregunta, se impone. No conocía a ningún artista universal haciendo encuestas de opinión, o realizando degustaciones en los supermercados de sus obras para ir haciendo correctivos al producto. El problema a día de hoy sigue siendo el mismo. Aunque las nuevas tecnologías de la comunicación y la información nos permiten en tiempo real testar nuestras obras; de hecho, se escriben novelas adaptadas a los públicos en función de sus perfiles.
La leyenda urbana dice: “Un cartel es un grito pegado en la pared», creo recordar que fue David Ogilvy, padre de la publicidad moderna y progenitor de la frase, y no el artista Español José Renau, a quien erróneamente se le atribuido. Seamos justos. Demos al publicista lo que es del publicista, y a Dios, lo que es de Dios.
La población en Venezuela, para aquel entonces, era en su mayoría rural y provinciana, mal informada y comunicada con el mundo geopolítico y sus vicisitudes histórica, su comunidad de intereses eran otros. El Estado no llegaba a todas las partes del territorio, pero Acción Democrática, y la cerveza Polar, ¡sí! Crear un logotipo para un nuevo partido, en teoría para mí, “podría funcionar cualquier cosa”. Sí así era, por qué no probar con cosas ya testadas en la sociedad del cambio, y la protesta como forma de vida, per se.
Qué decir de Bob Gill, para aquel entonces, sabía muy poco de él como diseñador gráfico y nada de su trayectoria profesional y de su pensamiento creativo… No niego que su lenguaje gráfico no tuviese algún impacto didáctico y formativo en mis ideas de diseño gráfico, pero no de forma consciente. Pero a diferencia con Bruno Munari, de quien conocía su obra, trayectoria y método, a Bob Gill no le conocía como teórico del diseño gráfico. Bruno Munari, para aquél entonces, era un diseñador y artista de culto . Representaba para mí las claves y las esencias que entran en juego en el proceso creativo de diseño gráfico. Munari también fue un precursor de todo lo conocido en diseño gráfico, incluido hoy día el arte fractal y digital.
“Cuando alguien dice: ésto lo sé hacer yo también, quiere decir que lo sabe recrear o de lo contrario ya lo habría hecho”. Bruno Munari.
Muchos años después en la librería “Lectura” del centro comercial Chacaíto, compre un libro del Bob Gill, dónde exponía su método creativo, algo así como: más allá de las reglas del diseño bonito. Leyéndolo en detalle me sorprendió que coincidiésemos durante tanto tiempo, en tantas partes y en tantas cosas, sin conocer sus ideas sobre su método creativo: “dar vuelta a la tortilla”. Todo planteamiento inicial de un problema, le corresponde un replanteamiento. El problema está en el propio planteamiento inicial como obstáculo. Hay que hablar de soluciones e ideas en lugar de diseño. El diseño gráfico debe ser un proceso para resolver problemas de comunicación. Replantéate el problema y harás cosas grandes.
«Si hoy tuviese que publicar mi propio método creativo, el libro tendría novecientas noventa y nueve páginas en blanco. Y en el primer folio el siguiente y único epígrafe a mitad de página: “El problema es el planteamiento” los otros 998 folios son el trabajo de investigación. En pocas palabras: no hay reglas, hay método». Manuel Eduardo Ponte.
(III)* Todo diseño gráfico aspira a ser autoritario.
No soy quien soy sino lo que quiero ser, es la respuesta de la humanidad conectada al famoso soliloquio ‘Ser o no ser, ésa es la cuestión’ de la obra de William Shakespeare / Hamlet. Nadie es lo que es en sociedad y menos en una humanidad virtualizada, resultaría demencial. Los homínidos son los únicos animales capaces de virtualizarse, de ‘no ser lo que son’ paras ser lo que quieren ser. Hace millones de años que iniciamos ese camino evolutivo, pero yo prefiero denominarlo plan evolutivo, supraconciencia evolutiva.
«Cuando Aristóteles definía al hombre como «zoo politikón», hacía referencia a sus dimensión social y política. El hombre y el animal por naturaleza son sociales, pero solo el hombre es político, siempre y cuando viva en comunidad. Por tanto, la dimensión social ayuda a constituir la base de la educación y la dimensión política contribuye a la extensión de esa educación»
De muchas pocas cosas está hecha la realidad “Allí donde están las fronteras de mi lengua, están los límites de mi mundo.” Ludwig Wittgenstein. Es un Maravilloso pensamiento de síntesis que bien vale un blog, y el esfuerzo de escribirlo. Ampliar esas fronteras es el propósito y la acción intelectual de este blog. Probablemente este pensamiento tenga algún valor pedagógico intrínseco, más allá de su diseño. El Tractatus logico-philosophicu, de Ludwig Wittgenstein fue una de esas lecturas de verano tórrido de juventud. Siempre he tenido un interés por la lógica y la filosofía del lenguaje, lo social, la política y la etología humana. No estoy muy seguro que la obra tuviese un valor místico trascendente más allá de su capacidad subversiva de hacernos reflexionar.
En cambio si lo tuvo el ‘Fausto’ de Wolfgang von Goethe, el poema de los poemas, la tragedia de las tragedias, la filosofía existencial anterior al existencialismo de Sartre y al perturbador nihilismo de Albert Camus. A mi modo ver Fausto era a Mefistófeles, lo que Mefistófeles era a Fausto (perpetuo espíritu de la negación y la contradicción) Uno explica la existencia del otro, la controversia de Romeo y Julieta, donde uno explica al otro en la tragedia. El Fausto fue un factor perturbador de juventud, ningún libro me enseñó más sobre Hegel que el «Fausto» una bella exposición de la filosofía hegeliana de la negación, y de la filosofía del espíritu.
La Política cuando pretende el deber ser de las cosas (su orden) se convierte en ideología dominante, en dogmatismo, en teratología estética. De ahí la importancia de ampliar los límites de nuestro mundo más allá de la estética política de la lengua, aunque resulte una paradoja, a sabiendas que más allá de nuestra lengua no hay nada. Cuando decimos nuestro mundo, hacemos alusión a nuestra lengua. El problema no es de percepción, sino de conocimientos. La percepción es natural, el conocimiento es aprendido. Siendo fieles al pensamiento de Wittgenstein, se desprende esta idea: ‘el mundo es tan grande y ancho, como procuremos que sea nuestra lengua’. ‘Los límites al conocimiento están en la lengua’
Para Aristóteles ‘todos los animales incluidos el hombre tienen voz’, pero solo el hombre posea palabra. Cuando un político dice darle voz al pueblo a ‘la gente’, lo hace desde la convicción que le permite su lengua, y lo que le conviene decir. Los sociólogos sabemos que la realidad no es plana, no es tal cual la percibimos todos, y que a veces la limita la lengua, y menos cuando se presenta en clave de estética política. Lo que subyace a la realidad está más allá de la percepción y de la lengua. Cuando la lengua está construida de lo que percibimos como estética, los sociólogos podemos construir escalas de conocimiento, es decir mundos particulares, mundos virtuales.
Desde hace siglos las ‘ciencias política’ han construido una imagen virtual de hombre, de ahí que digamos que el hombre es una imagen temporalizada, dogmatizada, es decir la doctrina fijada, el Imperativo categórico. El animal político de Aristóteles es el ciudadano, un ser completo. El ciudadano de la ‘Polis’ es aquel que tiene poder ejecutivo, legislativo y judicial, por lo tanto goza de autonomía. Aristóteles no se refiere al bien correcto, universal, sino a todo acto que tiene como finalidad un cierto bien, dentro de la polis, la racionalidad política.
Así la ‘irracionalidad’ cobra sentido Weberiano de ‘libre albedrío’ Es aquello que está fuera de la racionalidad política, fuera del cálculo y predictivo de las ciencias del comportamiento, en este caso de las ‘ciencias políticas’. Por lo tanto un comportamiento racional es un comportamiento sujeto a valores y normas políticas. En este blog pretendo hablar de la ‘estética del poder’ más allá de las fronteras de la lengua, ampliar sus límites estéticos, hacia una realidad ampliada, la sociedad líquida y sus medios líquidos.
Pretendo ser desde este blog un analista «Omnisapiente» no neutral, porque la neutralidad está fuera de la lengua, del mundo conocido. Sería torpe querer serlo o pretender serlo. Tampoco ser un dogmático, porque sería aquella posición epistemológica para la cual no existe todavía el problema del conocimiento. Dicha posición se sustenta en una confianza en la razón humana todavía no debilitada por ninguna duda.
Hay que diferenciar percepción de pensamiento. El pensamiento «presocrático» sigue dominando hoy día en la política, es decir el pensamiento ingenuo. Es la confianza ingenua en la capacidad de la razón humana para resolver los conflictos. Immanuel Kant resuelve el conflicto entre razón y conocimiento científico en ‘La crítica de la razón pura “es decir que el dogmatismo pertenece al campo de la metafísica.
El animal político viene a ser el hombre fáustico, (perpetuo espíritu de la negación y la contradicción) sin ello la política sería dogma sin reflexión, sin diálogo, sin conocimiento, sin Mefistófeles. Lo paradigmático no es la parte animal en el hombre, es lo político. Es lo que amplía las fronteras de la lengua es su superación. Todo paradigma comienza siendo disruptivo con la lengua dominante del poder.
Este blog habla de los urbanistas, pero también de la nueva configuración de la humanidad en TRIBUS. Ayer fue la contra cultura y la brecha generación, hoy «Minority influence» las tribus globales, los integrados. Parafraseando a Umberto Eco / Apocalípticos e integrados. Una fuente para una parte de la política entendida como (SIGNO) semiótica, es decir: aquello de lo que el signo da cuenta, y no el signo en sí. Me Interesa el sentido, pero no el significado, me es indiferente.
Qué difícil me resulta plantearme un viaje a un pasado con más de 45 años en distancia y olvido. Separar el brillo de la sombra, lo trascendente de lo nimio, la ilusión de la utopía, lo idiosincrásico de la apariencia. Una mirada a los años 70’s, es algo más que un relato episódico o sofisma del intelecto. Es un sosegado sentimiento de racionalidad triunfal. Una vista a la contracultura, las protestas sociales, la psicodelia y los campus universitarios. Es una crónica narrativa que describe a una década paradigmática del siglo pasado de mi adolescencia. El decenio de los elegidos, los picos de plata y los nerds.
Los modernos denominan relato a aquellas cosas inanimadas que pueden echar el cuento, –digo- que las cosas al tener historia hablan de sí mismas, tienen alma –primitivismo animista– relatan lo sensible al conocimiento mágico intuitivo. Los antiguos decimos testimonio, narración, crónica, vivencia. Pero cuando se cosifican los hechos la historia se convierte en obituario, entonces, se producen relatos, de ahí la importancia de separar el relato de narración. A diferencia que a los objetos, la mundología humana cuenta historias, narran experiencias, recrean el universo, producen crónicas. Ambos modelos, relato y crónica, manifiestan y modifican –lo digo sin ambigüedades– mi exacerbada dependencia material e inmaterial con el decenio de los 70´s lo que supuso la pátina oxidada de todo lo que digo y dejo de decir. No pretendo ser auténtico, ni autocrítico, tampoco arbitrario, sólo yo.
Y a pesar de todo ello intentaré describir las intimidades que rodearon mi encuentro con Teodoro Petkoff, el político, porque el humano no se aprende en un día, y a veces nunca. Sólo hubo tiempo para empatizar en lo esencial. Pero eso no me impedirá bosquejar una semblanza amable que nos acerqué al contexto simbólico y emocional de ese momento conspirativo del destino, y el cómo y cuándo surgió el diseño del logotipo del puño alzado del partido, movimiento al socialismo MAS.
Estos hechos se sucedieron a caballo entre dos décadas, estando yo afianzado con un pie en cada estribo de los 60´s / 70´s, quizás fueron los periodos de cambio y efervescencia social más icónico en hitos y paradigmas de la historia del siglo XX. Supusieron los años más fértiles de la contracultura y las sempiternas protestas juveniles. Años de movimientos políticos, sociales, económicos; y de la embriaguez de los límites al crecimiento, la tercera vía política, y el socialismo utópico libertario; una auténtica cornucopia mecánica del cambio y el hartazgo.
El encuentro con Petkoff ocurrió en Caracas, en casa de los padres de mi amigo Plinio Junior, compañero de estudios en el Liceo Andrés Bello y de extensas lecturas comprometidas y debates inútiles irresolutos. Lo último que he sabido de él, de Plinio, es su ascendente y brillante carrera profesional como profesor y catedrático de Ciencias Políticas y Sociología, en la Universidad de Princeton USA. Y además que sigue casado con mi exnovia Rebeca, también profesora en Princeton University.
“Princeton es una de las mejores universidades del mundo con siete nominaciones consecutivas al primer puesto por la revista US News & World Report; de 2001 a 2018 logró el puesto número uno 16 veces por encima de las prestigiosas Harvard, Yale, Stanford y Chicago”
El Padre de Plinio era catedrático y profesor influyente en la mejor universidad autónoma de latinoamérica: Universidad Central de Venezuela UCV de Caracas. Ellos vivían en un moderno y modesto edificio de apartamentos frente al Liceo Andrés Bello, en la avenida México, entre el Parque Carabobo y la Galería de Arte Nacional de Venezuela (GAN) y la emisora de Radio Continente.
Esa misma mañana de un día más de primavera, el liceo había sido allanado por los “Tombos” la policía metropolitana antidisturbios del gobierno democrático de Rafael Caldera; después de una intensa protesta de dos días de encierro en el instituto y acoso, los cascos blancos de la policía habían decidido tomar las instalaciones del liceo. En medio de esa batalla campal, entre deflagraciones, gases lacrimógenos, rolazos, y detenciones a diestra y siniestra, pudimos con suerte escabullirnos. El único lugar que se ofrecía franco y seguro para esperar que amainara la refriega y la persecuciones, fue refugiarnos en casa de Plinio, yo y tres compañeros más de estudios.
La Madre de Plinio nos retuvo en el apartamento durante más de dos horas, eran las doce del mediodía, y nos invitó a almorzar. Comimos espaguetis con carne molida, salsa kétchup y PepsiCola. Llegada la hora de abandonar el improvisado refugio (concha), la madre de Plinio, la señora Matilde, no me dejó partir con los demás compañeros, tampoco a Plinio, para evitar que nos metieramos en serios problemas. Yo era el más joven de todos ellos. La realidad es que siempre me trataron con deferencia familiar y especial protección, incluso me lleve mi habitual dosis de reprimenda y sermón. Así que tuve que quedarme hasta que llegara el profesor Hessen, padre de mi amigo y anfitrión, para luego acercarme a casa, sano y salvo, dónde me esperaba otra regañina más. Los padres de Plinio siempre responsables reprobaron mi precoz e impropio activismo político, por estúpido.
El profesor Hessen llegó a las seis de la tarde acompañado de tres líderes políticos populares «in crescendo» de los medios y rotativos del momento: Teodoro Petkoff, Argelia Laya, Pompeyo Márquez. Wow! Era la primera vez que los veía en carne y hueso a las leyendas vivas de la fuga del Cuartel San Carlos, (prisión militar y política) Eran los futuros líderes de la nueva izquierda democrática, de índole socio-cultural y la propuesta contrastada de un intelectual nuevo que supera las contradicciones clásicas de la izquierda marxista y totalitaria. Además era un referente político del incipiente movimiento «Poder Joven», con el cual yo simpatizaba. Éramos una especie de «flower power sin fronteras». Los cuatro venían de ser entrevistados en la emisora de Radio cercana a la residencia de los Hessen, en la avenida México.
Teodoro, Pompeyo, y la filósofa Argelia Laya a quien ya conocía de vista de una charla en el aula magna de la UCV. Ellos se sentaron alrededor de la mesa del comedor, se les veía más humanos, más accesibles, como en una tribu. Revisaban y comentaban la sintaxis de los último retoques del documento final de configuración de un nuevo partido político de izquierda no marxista, junto al profesor catedrático de derecho Plinio Hessen –hablaron sin reservas ni misterios –al parecer el documento había sido redactado con anterioridad y consensuado con otros fundadores y actores de la futura organización. La Madre de Plinio también participó activamente en los debates junto a Petkoff, fungiendo de cicerone. La señora Matilde era buena oradora, poseía un discurso muy agudo, analítico y sagaz, solo equiparable al de Petkoff.
El momento inesperado llegó –lo tengo grabado en el recuerdo– fue cuando Teodoro Petkoff sujetando el documento con la mano izquierda, lanza en ristre, dijo con voz entreverada emotiva y convincente –sólo falta el logotipo para registrar esta vaina– Los padres de Plinio me miraron con complicidad y sonrientes a la vez que me señalaban como la solución al dilema del futuro símbolo. Me sentí ufano, el elegido.
La familia Hessen sabía por experiencia demostrada de mis conocimientos de diseño gráfico e ilustración. Era el creador del logotipo de su pequeña empresa editorial. Y de alguna que otra portada e ilustración; todas ellas óperas primas de un carajito liceísta. Me van a permitir contarles una historia entroncada con la de Petkoff. Luego entenderán su valor y el significado que tuvo en el desarrollo de mi juventud y vida profesional. Y cómo uno de esos trabajos de diseño ordenan y matizan esta historia. La que terminó convenciendo, no sin elogios, del propio Teodoro Petkoff sobre mi idoneidad como creativo y diseñador. Fue la portada y las ilustraciones en plumilla para la «Autobiografía de Yevgueni Yevtushenko», el poeta soviético vivo más importante de occidente del siglo XX. Dicha autobiográfica es a día de hoy una obra proscrita en Rusia, y quizás sea también, la piedra angular para entender al hombre, al político, su pensamiento y obra.
Años después tuve el privilegio y honor de conocer al poeta ruso Yevgueni Yevtushenko, en la Asociación de Escritores de Venezuela, situada en la Av. Lecuna. Aproveche la ocasión para pedirle que me autografiara el libro que traía de casa, se trataba de su autobiografía. Me sorprendió que el poeta desconociera la existencia de la obra que le mostré. Una edición bilingüe, diseñada e ilustrada por mí, de su “Autobiografía precoz” basada en la publicada por primera vez en 1963 en París en una revista semanal por Yevtushenko. En 1966 volvería a ser editada en México, en formato libro; pero nada que ver con la versión bilingüe e Ilustrada como la que yo llevaba para ser autografiada por el poeta.
En ese accidentado episodio pude percibir al poeta nativo que imaginaba mientras ilustraba su autobiografía, incluido el aire que respiraba, era extrañamente el mismo. Vi a Yevtushenko emocionarse cuando fisgaba entre folios e ilustraciones inéditas, a las que yo iba explicando en detalle dándoles vida… La edición clandestina de la autobiografía fue para él una sorpresa, y entre miradas y emociones cruzadas tuvo el propósito de comprarme el libro sin mucho éxito. En un último intento apeló a la intermediación del embajador de Rusia, que nos observaba firme como un gendarme solitario en su garita. Hizo las veces de improvisado delegado de negocios. El ilustre embajador, no era muy diplomático, tampoco destacaba por su lóbulo frontal, hablaba en plata contante y sonante, ofreciendo dinero, regalos, vacaciones en Rusia, y las obras completas de Karl Marx y Engels, en piel. También el embajador iba acompañado de un “jalabolas de turno” el conocido y acaudalado dueño de la joyería Volga, que me dio su tarjeta personal para que pasara al día siguiente por su lujosa Joyería. Intentaron convencerme, lo confieso, por tierra, mar y aire, que les vendiera el libro a cualquier precio.
Por momentos, y a ráfagas, me sentí atrapado en la decadente escalinata del puerto de Odesa como en el film “El acorazado Potemkin” en medio de una balacera. Si Jesús de Nazaret, soportó cuarenta días, siendo tentado por el diablo, unos minutos no iban a vencer a un budista, neoliberal, consumista, hippie, anarquista, diseñador, publicista, anacoreta, y cliente del McDonald’s, el Tropiburger, el Drugstore de Chacaíto, y la librería Tecni-Ciencia, de la Torre Phelps.
Después de varios intentos persuasivos y tendenciosos de fuego cruzado, no me prostituí, no me vendí. Y dado el interés caprichoso, pero humano, del poeta por el polémico libro autobiográfico de sus confesiones sobre la II guerra Mundial, que le valieron la prohibición de salida de Rusia, y una de las peores condenas para un intelectual, el ostracismo absoluto, la anulación de la persona, una muerte en vida. Le dije que me sentiría orgulloso y bien recompensado si lo aceptaba como obsequio… En realidad, al final, me quede sin “chivo y sin mecate”.
En los años venideros tuvimos una insignificante e irrelevante correspondencia de mutuos saludos, además de algún que otro díptico publicitario de su vigorosa agenda de hombre renacentista del siglo XX, un hombre orquesta. La última misiva fue para invitarme a su academia de cine en Rusia. Algo que me fue imposible atender.
Pero volviendo a lo que nos ha traído hasta aquí: Cómo conocí a Teodoro Petkoff, la persona, y la crónica de la gestación del diseño del puño en alto del nuevo partido MAS. Ese día de primavera no hubo tiempo para las dudas, las estrellas se habían alineado en mi favor –me sentía envanecido, ufano. Fue el mismo Teodoro Petkoff quien me interrogó sobre la idoneidad y responsabilidad de asumir el peso histórico de crear los símbolos gráficos de una nueva organización política, con pensamiento y discurso contemporáneo propio. Ese día todo resultó complicidad, urdimbre e historia.
De recordar, puedo subrayar unas frases de Petkoff que me acompañarán toda mi vida: “Si la idea del diseño –me dijo– no se inicia de forma subversiva que amotine tu mente, e insoportablemente recurrente, será algo frío, intrascendente, un fiambre de diseño, correcto tal vez, bonito también, pero sin alma. Queremos algo que tenga alma; no corazón, porque el corazón no soporta el tiempo, te lo voy a decir –claro y raspa’o– Si eres capaz de cambiar la visión que tenemos nosotros del logo para el Movimiento al Socialismo MAS, la misión es tuya, pero sólo hasta el próximo lunes, porque tenemos a alguien trabajando en ello»
La percepción que tenía Petkoff sobre mí cambió bruscamente, pienso que fue más por consideración al Profesor Plinio Hessen, que por la portada e ilustraciones del libro de Yevgueni Yevtushenko. Ahora sé que nunca lo sabré.
Me tocó precisar, antes que reafirmarme en el desafío de Petkoff y compañía. Me la estaba jugando: “Si ustedes tienen, como dicen tener, muchas ideas sobre el deber ser de un símbolo, quizás las estén confundiendo con lo que no debería ser el símbolo, e incluso ambas opciones a la vez son probables y legítimas. Y de ser esta última, no necesitan un diseñador, sino un dibujante o realizador que materialice vuestra idea del signo. Y posiblemente ya tendrán a alguien.
Con todo el respeto deduzco que ustedes no tienen ninguna idea final del diseño, porque todas las ideas no pueden ser válidas a la vez. Concurrentes sí, coincidentes no, y menos en un diseño; la dinámica política de los comportamientos sociales, no es extensible a todo y al todo, a veces lo obvio y evidente no tienen la misma presentación social para todos. La legitimidad de un logo es el recuerdo y consenso sobre una idea, no sobre todas las ideas. La concreción, no la dispersión, es el sujeto del diseño. EL signo antecede al logo, es una cuestión de semiótica elemental. Los signos ‘son parte’ de los procesos de comunicación no verbal de la historia de la humanidad.
No existen empresas creadas a partir de un logotipo. –Todos permanecieron en silencio– un signo vacío no es un logotipo, pretende serlo, pero no lo es. Los logos cuentan cosas que las persona ya conocen y asocian. Es un contenedor de experiencias y recuerdos, en definitiva, tienen una carga narrativa emocional compartida.
En realidad, no tengo que ponerme en modo diseño como ustedes bien sugieren, porque siempre lo he estado. Los logos cuentan o narran lo que los signos han ayudado a crear, se llama prestigio, de ahí la personalidad del logo como recuerdo, o el signo como contenedor” también hay signos que subvierten el orden de las ideas, y las orientan. Pero nunca un signo vacío cuenta historias.
Cuando os escuché hablar de la creación de un nuevo Partido Político, les dije, mi mente no os pidió permiso para elucubrar ideas y emociones, y precisar conceptos, es lo que usted definió magistralmente como insurgencia, le espeté a Teodoro –al que todos miran asintiendo un sí con la cabeza– También para buscar referentes empíricos, no pidió permiso, no solo en las ideas políticas, sino también en los signos comunicacionales históricos y la contemporaneidad del mensaje. Mi mente nunca pide permiso para insurgir y luego pensar, yo lo llamo ímpetu que precede al diseño.
Esa tarde: Todos deliberaron sobre diseño representación y función –la que más, Angélica Laya, la filósofa– lo sorprendente fue que no hubo controversia en el tiroteo de impresiones y argumentos, más bien coincidencias muy bien razonadas, no estaba frente a personas tercas e irreflexivas, botarates, sino de cara a la historia y sus gigantes.
Lo último que recuerdo de Petkoff, además de su insondable mirada azul, fue nuestro apretón de manos, que parecían conocerse de siempre y para siempre, y el “adelante, la misión es tuya compañero”. Pompeyo Márquez se acercó a mí, adelantando su mano a la mía, y me dijo: Espero que tus diseños sean tan buenos como tu retórica comercial…
No hay nada más que añadir que ustedes ya no sepan, o que no acierten sobre mi estimación y respeto por Teodoro Petkoff y los líderes fundadores del MAS: Fue un privilegio conocerlos –como quien ve por primera vez el mar, o lo escucha dentro de un caracol, con independencia del método –El problema surge cuando te habitúas a verlos y escucharlos, dejan de tener magia, sobretodo, cuando descubres que el sonido de los caracoles no es el sonido del mar. Tampoco olvido el peculiar contrato de palabra: «la misión es tuya», sellada con un apretón de manos de todos ellos y el abrazo solidario de la ‘La comandante Jacinta’, la brillante y excepcional Angélica Laya, y el de la familia de mi amigo Plinio.
Nuestros problemas nacionales como Estado y sociedad libre democrática que fuimos, hasta no hace poco, dos lunas llenas, comenzaron desde el momento que dejamos que Hugo Chávez traicionara la soberanía nacional en favor de la invasión político-militar extranjera (hoja de ruta del Foro de São Paulo). Negar esta realidad nos ha desarmado ante el auténtico enemigo invisible, nos ha debilitado ante el invasor cubano. Hemos sido invadidos, asaltados, saqueados, humillados por una fuerza colonial político-militar adiestrada, en la invasión sigilosa sin balas, doctrina de São Paulo. Lo voy a llamar de aquí en adelante «el factor cubano» para evitar entrar en conjeturas y adjetivaciones que nos alejen del fondo de la cuestión.
La invisibilidad del factor cubano en los problemas de ingobernabilidad, ruina y colapso del país, no son por méritos propios del invasor y su aquilatada experiencia colonial, sino, por dejadez y permisividad del oprimido y sus cuitas hemorrágicas contradictorias. La ausencia de una oposición beligerante de fuerza con liderazgo político de amplia base popular, y una clase media dividida y autista, embriagada de éxito social y económico. Ambos con sus antagonismos de clase e interés, obscenamente mezquinos, e irreconciliables a día de hoy, son parte teatral del diseño del invasor.
La cohabitación y coexistencia actual de los viejos partidos políticos del 58 con el régimen totalitario chavista es una (ilusión de armonía) ello ha sido gracias al factor cubano, que han permitido la existencia de partidos tradicionales viviendo con la dictadura, pero sin poder real y sin líderes, dejándolos expuestos a las exigencias y demandas sociales sin capacidad de respuesta, hasta su autodestrucción.
La clase política teatral en su huida hacia adelante se aferra a la inverosímil vía pacífica, la salida política democrática y pactada con el mayor holding criminal internacional de la historia de Latinoamérica, la izquierda fracasada de siempre, reconvertida en organizaciones corruptas, depredadoras y genocidas. El desconocimiento del factor cubano, como mediador en todos los procesos sociales y políticos, e incluso de seguridad nacional, imposibilitan una hipotética salida pactada de la dictadura.
Ser político no es una esencia humana, sino, una condición ciudadana. Cuando los partidos políticos son sombras de su pasado como sucede en Venezuela, y la actividad administrativa del estado languidece y colapsa, también la figura del ciudadano (sujeto de derechos) desaparece junto con la del político. Lo único que no desaparece en la ecuación clásica de las dictaduras, es la constante histórica de: una minoría dominante y una mayoría dirigida y oprimida, sin libertad, y hasta la miseria siempre.
La figura que mejor representa a la clase política de Venezuela en la V República es el teatro de sombras chinescas. El político en apariencia no ha desaparecido del todo del escenario nacional y mediático, es una sombra que no tiene poder real, sino aparente. Esta falsa ilusión de armonía democrática (electoralista) ha permitido el mayor desmantelamiento de la historia de un Estado de forma gradual y silenciosa con la anuencia colaboracionista de los partidos políticos tradicionales. La exposición a la luz que proyecta el régimen sobre los políticos los ha convertido en actores teatrales (tontos útiles) meras sombras chinescas, sin credibilidad, e incluso, odiados por el pueblo, cansados de su retorica mesiánica pacifica.
Alejandro Magno, discípulo de Aristóteles: fue el primer invasor de la historia con método y diseño de conquista. En los imperios que invadió utilizó «Política de fusión» respetando las instituciones culturales, políticas y religiosas, con la falsa apariencia de normalidad institucional para evitar el malestar social, y la resistencia. Así ha sido ejecutado en Venezuela el plan de Foro de São Paulo, por los invasores cubanos, la invasión sin balas. Un ejemplo son los partidos políticos en Venezuela y la Asamblea Nacional, simples sombras chinescas animadas por la luz del régimen.
El otrora político está obligado a ponerle rostro y nombre al hundimiento y colapso del país, señalar culpables e identificarlos, e incluso ‘juzgarlos sumariamente’. La principal tarea subversiva del político será revertir el sentimiento instalado de fatalidad social ruinosa: infortunio, calamidad, desgracia, desastre y desventura, o catástrofe natural divina. Son sentimientos que vapulean al ciudadano desde hace tiempo, desprovisto de nacionalidad y derechos constitucionales. Estos sentimientos son parte del ‘factor cubano’ de dominación, que tiende a Llevar a cero a las personas despojándolas de Churuata, de guayuco y casabe, e incluso, de sobrescribir sus expectativas de vida a partir del miedo y la desesperación.
La fase de disgregación e integración actual se expresa en el Carnet cubano de la Patria, o censo de integración colonial. Es un proceso de inmersión ideológica selectiva de subordinación simbólica a la metrópoli ultramarina de la isla. Su grandeza radica en el carácter voluntario (chantaje) de pertenecía al nuevo estado satélite de cuba.
Francisco de Goya fue el primer cronista gráfico de la historia, pero también fue un pionero de la gráfica como ciencia subversiva hasta el día de hoy. La intención de Goya era según él. «Perpetuar por medio del dibujo, las más notables y heroicas acciones o escenas de nuestra gloriosa insurrección contra el tirano francés». Si el enemigo ‘invisible’ no tiene nombre ni rostro, ni apellidos, difícilmente podemos luchar contra él. “El enemigo tenía acento francés”
Goya señaló al enemigo, lo hizo insoportablemente visible e inhumano. Le puso nombre y rostro al invasor y al colaboracionista. Expresando las fatales consecuencias morales de una invasión. En algunos de los epígrafes de sus grabados denunciaba la crueldad del enemigo, haciendo así que el lector atienda no solo al heroísmo del pueblo y su voluntad de sacrificarse, contra el invasor francés, sino a la irracionalidad, la injusticia y la barbaridad que surgen inevitablemente durante la guerra de liberación nacional.
Todos sabemos que están haciendo las fuerzas de ocupación político-militar cubanas en Venezuela, es un secreto a voces, pero no somos capaces de materializar al invasor en repudio colectivo activo y militante; hacerlo insoportable, insufrible, convertir la indignación en movilización y motivación contra el invasor.
El éxito de la ocupación cubana es el equivalente al asesino global invisible que acabó con millones de vidas en Europa, los virus. No se pude luchar contra lo que no se ve, ni se nombra. A veces las viejas cosas funcionan mejor sin grandes cambios. Mantener un títere visible en el poder, y si es posible criollo, que canalice la indignación hacia un enemigo lógico, especie de, Cabeza de Turco. Es la invasión perfecta.
El ensayista e investigador Juan Liscano, me comento que: A los esclavos se les permitía en las fiestas religiosas disfrazarse (vestirse) como los amos, e incluso que hicieran monigotes y piñatas de ellos con toda fidelidad, para ser golpeados y quemados. Una o dos veces al año se les permitía ser iracundos. Eran una especie de válvula de escape, especie de olla de presión. Este comportamiento es común a todas las culturas en la historia, incluso en la clásica Roma.
El político debe reconvertirse en resistencia anónima subversiva, no por necesidad, sino por lógica y salud pedagógica: La invisibilidad debe ser la norma de la fuerza subversiva. Ser un pendejo y mártir en los calabozos de la contrainteligencia cubana, es un sacrificio inocuo. Sí, es cierto, es muy emotivo, pero no deja de ser estéril. Que el desgaste cambie de bando es hacer público y visible el rostro del enemigo cubano en cada acción. Organizarse por debajo es subversión, lo contrario es sumisión, suicidio ilustrado del pendejo.
El problema letal para una sociedad es estar inmerso en una guerra y no reconocerla como tal, ni reconocerse en ella. Hay muchos muertos, hambre, desmovilizados, presos políticos, destrucción, ruina y colapso del país, y peleas teatrales cainitas, pero no producto de la guerra sino del infortunio y la crisis económica y política (crisis de liderazgo) de ahí la importancia del mantenimiento por parte del invasor de la fachada institucional de los partidos políticos.
La ecuación Alejandrina del invasor perfecto (menos es más) ha sido perfeccionada exquisitamente por el invasor cubano. Si no ves al enemigo no hay guerra. Es una cuestión de cirugía, contra menos invasiva sea la intervención, mejor.
Sin un enemigo perceptible e incluso palpable,insoportable, la guerra de invasión u ocupación es una abstracción intelectual, y por defecto, el invasor también. No hay tanques de guerra, ni tropas, ni uniformes, ni acento cubano, ni banderas de la ocupación. El invasor invisible no es el problema, el problema es otro, es el hambre, la miseria, la guerra económica, el sabotajes, y la derecha fascista. Es el círculo virtuoso Alejandrino: la negación del invasor, per se…
Un Réquiem por las almas de las instituciones y los partidos muertos en 20 años de invasión cubana silenciosa y sin resistencia.